En la aviación, el más mínimo error puede tener consecuencias fatales. Durante las últimas décadas, las distracciones de la tripulación, las fallas mecánicas, un clima inhóspito y los atentados terroristas han ocasionado impactos colosales de aeronaves. El desafortunado saldo: miles de víctimas e incontables pérdidas multimillonarias. Te presentamos 20 tragedias de la aviación comercial.
Por Ollin Islas Romo
En 2001, Claudio Pía, un psiquiatra argentino experto en aerofobia, mostró al mundo los resultados de una investigación llamada 'Miedo a volar', en la que participaron 900 pasajeros de diversas aerolíneas. Dos de sus hallazgos más reveladores indicaron que de cada tres personas que abordan un avión, una siente miedo durante alguna fase del vuelo y que de cada cinco, una nunca realiza un viaje por temor a que la aeronave se estrelle.
De acuerdo con la psiquiatría, la aerofobia es el resultado de un conjunto de miedos, como el temor a la muerte y al terrorismo, además, la fobia a las alturas y a los espacios cerrados. Para muchos expertos, estos temores se han incrementado debido a la exposición constante en los medios de comunicación de desastres, como el ataque terrorista que ocurrió el 11 de septiembre en Nueva York.
Pero ¿qué tan peligroso es viajar en un avión? José Alfredo Flores Aviles, controlador de Tránsito Aéreo, dice que 'Volar en avión es el modo de transporte más seguro que existe". Y es totalmente cierto. El diario The New York Times reveló que la probabilidad de morir en un accidente aéreo es de 1 en 4.S millones, mientras que la de fallecer en un choque automovilístico es de 1 en 5,000. Viajar en avión es incluso más seguro que hacerlo en ferrocarril: un estudio de la Universidad de Dartmouth, en New Hampshire, establece que la probabilidad de perder la vida en un accidente de tren es de 1 en 500 mil.
Aunque resulta poco probable fallecer en una colisión aérea, los accidentes suceden y muchos son fatales. Según una investigación realizada por Boeing, en la que se analizaron diversas catástrofes de aeronaves, las principales causas de ellas son un error de la tripulación (55%), fallas mecánicas del avión (17%) y el clima (13%). "Los errores humanos más comunes son provocados por una mala capacitación, distracciones y, en muchos casos, exceso de confianza: a veces, los pilotos creen que están haciendo lo correcto y no es así", dice Flores Aviles. Las equivocaciones humanas no sólo pueden provenir de los pilotos: también los controladores de tránsito aéreo, quienes se encargan de dirigir el paso de los aviones por el espacio aéreo y los aeropuertos, deben desempeñarse con un margen de error de cero. Su labor es clave porque de ellos depende que las aeronaves se encuentren sincronizadas, lo cual en ocasiones es imposible debido a factores variables, como el clima. Quizá por eso diversos estudios catalogan este empleo como uno de los cinco más estresantes que existen.
La buena noticia respecto a los accidentes aéreos es que son absolutamente prevenibles. Alfredo Flores Aviles explica que para evitarlos es necesario "dar más y mejor capacitación a todo el personal aeronáutico y proporcionar un buen mantenimiento a las aeronaves". Si las aerolíneas se muestran dispuestas a invertir más dinero en entrenamientos de calidad, las reacciones de los pilotos, ante situaciones de peligro, serán más eficaces y la cantidad de confusiones o distracciones disminuirá. Asimismo, el mantenimiento adecuado de una flota representa una mayor detección de fallas y el reemplazo de piezas que se fatigan con el uso. Cuando las aerolíneas adoptan un procedimiento impropio de reparación, con el fin de ahorrarse dinero, multiplican las posibilidades de que su aeronave, tarde o temprano, protagonice una colisión. La sabiduría popular siempre lo ha dicho: a la larga, lo barato sale caro.
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