viernes, 10 de julio de 2015

Slenderman

QUE VIENE EL "CUCO"
EN MAYO DE 2014, MORGAN GEYSER Y ANISSA WEIER, DOS MENORES NORTEAMERICANAS, PROTAGONIZARON UNO DE ESOS SUCESOS QUE, COMO HEMOS COMENTADO EN OTRAS OCASIONES, NI ES EL PRIMERO, NI POR DESGRACIA SERÁ EL ÚLTIMO. LO QUE PASA ES QUE EN ESTE CASO EL INDUCTOR ES UN PERSONAJE FICTICIO, PERO DEMASIADO INQUIETANTE...
FUENTE: Revista Enigmas Nº  225, agosto de 2014.
TEXTOS: Esteban Ruiz A.


La información ha sido recogida por todos los medios de comunicación, entre otras cosas porque estamos hablando de dos niñas de apenas 12 años, que en un ataque salvaje le han asestado 19 puñaladas a una ami-ga -al menos hasta entonces- de la misma edad.
El suceso se producía en la localidad de Waukesha, en Wisconsin, y lo sorprendente es que el objetivo final era el de impresionar a un personaje ficticio nacido al abrigo de Internet, al que llaman SlenderMan -utilizaremos la versión más extendida, Slenderman-. Pues bien, dicha agresión les puede costar a ambas la friolera de 60 años de prisión por intento de homicidio en primer grado, ya que la psicosis social que ha despertado el asunto ha hecho que el juez determine juzgarlas como adultas.
Antes de continuar conviene advertir que la joven agredida, de la que hasta ahora no ha trascendido el nombre, se encuentra estable dentro de la gravedad, más aún si pensamos que una de las 19 puñaladas se quedó a milímetros de cercenar la aorta.
De momento todas las informaciones al respecto las ha facilitado el fiscal del condado, el señor Brad Schimel, que además ha añadido que el tribunal de Wisconsin ha fijado ya una fianza de medio millón de dólares para cada una de las adolescentes.
La historia se desencadenó cuando las agresoras accedieron a un portal de Internet que se llama creepypasta wiki, y que está especializado, como el propio nombre indica, en el desarrollo de historias de terror. Fue allí donde tuvieron por primera vez contacto con un desagradable perso-naje llamado Slenderman, una criatura peligrosa y demoníaca, que se presenta como un hombre sin rostro que te observa desde las profundidades de un bosque, aunque en otras ocasiones parece tener tentáculos con los que atrapar al observador. Vamos, un ángel...
Pues bien, según declararon las muchachas, su intención era acabar siendo agentes del propio Slenderman, para lo que previamente debían de cometer un asesinato, y después, huir a la casa que éste tiene en el bosque, para refugiarse. Lo terrible es que, siguiendo con sus declaraciones, llevaban planificando el asesinato desde el mes de noviembre de 2013, y decidieron consumarlo hace apenas una semana, para lo cual invitaron a la agredida a dormir en casa de una de las presuntas asesinas.
La forma de actuar consistiría en esperar a que llegara la noche, y así, protegidas por las sombras, la apuñalarían hasta la muerte. ¿Por qué de noche? Pues porque, según declararon, no querían ver los ojos de la víctima al cometer el asesinato.
La cuestión es que mientras jugaban al escondite en un bosque cercano decidieron “adelantar” el crimen, ya que pensaron que la soledad del entorno propiciaba el asunto, y que, al hallarse en el entorno natural del inductor, quién sabe sí además éste las estaría viendo. Así, tras abalanzarse sobre la víctima le asestaron 19 puñaladas.

En dos meses se han producido dos agresiones de niñas de 12 años en nombre de Slenderman.

Rápidamente los responsables de creepypasta, emitieron un comunicado condenando los hechos, asegurando que “éste es un incidente aislado, y no representa a la comunidad creepypasta como un todo”. Además, añadieron que ellos “no respaldan ni abogan por el asesinato y otro tipo de rituales. Existe una línea entre la ficción y la realidad, y depende de ustedes saber dónde está. Somos un sitio de literatura, no de culto satánico”
Pero... ¿quién es Slenderman?

EL NUEVO “COCO”
Si tuviéramos que definir a este personaje, que, todo hay que decirlo, es un ídolo de terror en los EEUU, tendríamos que empezar por su rostro, simplemente porque no tiene. Esa es quizás la característica más siniestra de Slenderman. Pero hay más...
Normalmente, como si se tratase de una especie de barón Samedí del panteón de creencias haitiano, va vestido con un traje negro, en ocasiones sus brazos se transforman en viscosos tentáculos, y suele habitar en los bosques cercanos a las ciudades.
Y por si no fuera suficiente, además, es un demonio con muy malas pulgas cuya altura supera con creces los dos metros. Su afición más conocida es la de acosar, secuestrar, torturar, y si se tercia, matar, especialmente a cuanto niño/niña se pone en su camino.
El profesor de folklore de la Universidad de Indiana, JeffreyA. Tolbert, desarrolló un profundo estudio de la figura de Slenderman y su influencia en la sociedad real. De este modo, aseguraba que “como un monstruo, Slenderman personifica la extrañen simultánea y la familiaridad que caracteriza a lo siniestro. Creado por los usuarios en la foros Something Awful, la representación más común es como un hombre inexplicablemente alto, flaco, cabeza sin rostro, con una incongruentemente tendencia a esconderse en los bosques, y viste un traje negro y corbata. A veces tiene tentáculos o múltiples extremidades similares a insectos, y a veces no. Él mata, provoca la locura; su presencia nunca es un buen augurio para los que lo ven. Como construcción autoconsciente, se ha servido de una comunidad masiva de participantes en línea en Internet para que el fenómeno crezca imparable.
En términos más simples, Slenderman es una síntesis de imágenes y tendencias presentes en la cultura popular contemporánea y el folklore sobrenatural”.
Al parecer -siempre según quienes creen firmemente en él-, la primera vez que se pronunció su nombre fue en el año 1986, cuando entre los escombros de un edificio derruido en una ciudad de California -de la que jamás ha estado claro el nombre, aunque sí el del edificio: Stirling City Librar y blaze- apareció una extraña fotografía en la que aparecían 14
niños jugando en un parque, y al fondo de la misma, observándolos en silencio junto a un árbol, aparecía una siniestra criatura de gran estatura y sin rostro, del que incluso parecían salir una especie de tentáculos. Y tras esta imagen, el siguiente texto: “No queríamos ir, no queríamos matarlos, pero su silencio persistente y sus horribles brazos extendidos eran confortables., Un sinsentido, en apariencia.
Y como este tipo de leyendas urbanas se extienden a velocidad vertiginosa, más en nuestros días gracias a las redes sociales, pronto surgieron añadidos. Y es que al parecer, Slenderman -el “hombre delgado”- no dejó títere con cabeza ya que todos y cada uno de los pequeños murió tiempo después asesinados por el misterioso cazador.
  
Los memes... ¿qué es esto?
Asegura el folklorista y profesor de la Universidad de Indiana, Jeffrey A. Tolbert, que "Slenderman se encuentra junto a un sin número de fenómenos similares en un área de creciente interés: los memes de Internet. Como Lyne S. McNeill ha señalado: 'La aparición de formas tradicionales de expresión en Internet, y la observación y recreación de las mismas por otras personas, adaptadas a nuevos contextos, no ha pasado desapercibida para la propia comunidad de Internet, que ha adoptado el concepto de memes para identificar algo que imita deliberada y explícitamente las características atribuidas a las leyendas, pero en el mundo real”. Pues eso...


Slenderman sería un hombre muy alto, sin rostro, que vestiría siempre de negro y cuyo hobbie es atacar a los más pequeños.



Eso es, grosso modo, lo que miles, quizás cientos de miles de personas creen. Pero lo cierto es que dicha fotografía, que existe y que además pueden ver en las páginas de este reportaje, forma parte de una serie de dos que años atrás, concretamente en 2009, realizó el fotógrafo Eric Knudsen. La cuestión es que, tal y como afirmaría por activa y por pasiva -entre otros medios en la revista Rolling Stone-, se presentó a un concurso de fotografía organizado por el fon> de Internet Some-thing AwfuI -“algo horrible”- con el pseudónimo de Víctor Surge. El objetivo de la convocatoria era que se presentaran trabajos creados a partir de fotografías, que debían de mostrar efectos paranormales inspirados en un incendio ocurrido en la década de los ochenta del pasado siglo, y en algunas de las novelas del genio del terror, Stephen King. Dicha fotografía comenzó a recorrer el planeta, y las historias entorno a ella fueron en aumento: orígenes, hechos luctuosos, fenómenos extraños... y como colofón, un personaje siniestro que surgía en la misma y que poco después de que terminara la convocatoria ya había maneras hasta para invocarlo. Una locura... Locura que además creció como la espuma cuando entraron en acción los seguidores del fan art, del cosplay, o del creepypasta -ver recuadro-.

 

Así, la “vida y milagros” de Slenderman iban cogiendo consistencia, conforme se creaban imágenes de él en diferentes foros de arte alternativo, o los relatos breves circulaban a velocidad endiablada en diferentes foros de en los que él era el protagonista.



UN FAKELORE
MUY PELIGROSO

Pero, ¿por qué despierta ese miedo rayano con lo físico y absolutamente real? El citado Jeffrey A. Tolbert, asegura que “la figura de Slenderman, camina sobre dos marcos conceptuales distintos pero relacionados. Primero, es un signo de extremo miedo, la evolución final de algo terrible. En segundo lugar, referencia sutilmente los procesos comunicativos auto-conscientes que dieron origen a la tradición propia que son, de hecho, la razón de su existencia continuada como un icono de Internet”.
De este modo aparece un concepto hasta ahora desconocido: el fakelore o falso folklore, algo que con las nuevas tecnologías, y especialmente las redes sociales, va cogiendo la consistencia necesaria para que en momento dado, historias como la de Slenderman cobren vida propia, y generen todo un corpus de creencias que acaben por dotar al personaje de una historia sólida, al punto de que a una mente joven e inmadura le resulte prácticamente imposible distinguir dónde se halla la frontera que separa la leyenda urbana de la realidad.


Entonces y sólo entonces se pueden producir sucesos como el que ya he relatado al abrir estas páginas, o el más reciente. Porque a principios del mes de junio, es decir, dos semanas después del ataque de Wisconsin, una joven de 13 años, tras colocarse una máscara para cubrir su rostro, apuñaló a su propia madre infringiéndole varias heridas leves, esta vez en Ohio. Los compañeros del diario español ABC reflejaban así la información: “Una niña de 13 años apuñaló a su madre este fin de semana, en Ohio, Estallos Unidos. La madre, que sufrió varias heridas menores, declaró que su hija se había inspirado en Slenderman, un personaje de ficción nacido en Internet”. Lógicamente, los responsables de creepypasta se han apresurado a advertir en su web, como ya hicieran apenas una semana antes tras los sucesos de Wisconsin, que ésta “contiene material de ficción que puede ser demasiado terrorífico para lectores jóvenes”; porque llegado el caso esos jóvenes lectores es más que evidente que no son capaces de distinguir la realidad de la ficción.


Es quizás en ese extremo donde quienes han visto negocio en todo este asunto, han decidido -posiblemente con toda la intención- potenciarlo. Y lo cierto es que si dejamos a un lado los ataques de adolescentes enloquecidas, la fórmula ha sido un acierto. Baste decir que, por ejemplo, Marble Hornets, el portal de ya titube creado por Troy Wagner, donde podemos ver las grabaciones asociadas a los estragos que puede causar Slenderman en los curiosos que se acercan hasta sus dominios, aglutina más de 300.000 seguidores de todo el planeta, y los vídeos que muestra han sido reproducidos ya por más de sesenta millones de usuarios. ¿Su éxito? Utilizar la fórmula denominada “metraje encontrado”. ¿Que qué es esto? ¿Recordáis El proyecto de la bruja de Blair? Pues sería algo parecido; un género cinematográfico que hace uso del falso documental para crear una realidad que no es tal. Los protagonistas de la cinta aparecen puntualmente delante de la misma, y casi siempre son ellos los que “manejan los mandos”, de tal forma percibimos la respiración, y hasta casi oler la tensión. Ese es su éxito: hacer real lo que aparentemente no lo es.
Pero hay más. Porque el fenómeno de este nuevo “coco” es de tal calibre, que basta con deletrear en cualquier buscador de Internet la frase “canción de Slenderman”, para que aparezca un coro de niñas demoniacas susurrando entre tintineos esta especie de invocación. Todo un efecto.
Por supuesto el mundo de las apps no ha permanecido ajeno, y en 2012 salió a la luz una de las más descargados: Slender: The Eight Pages, donde el jugador es uno de esos niños que tanto gustan al “hombre delgado”, y que armado -o armada- con una linterna cuyas pilas se agotan conforme pasan los minutos, han de reunir las ocho pruebas que han sido escondidas en un bosque sombrío antes de que Slenderman dé con nosotros.
Estamos hablando de una historia creada, parte de ese nuevo folklore que sólo sirve y se sirve de Internet; una leyenda en la que lo importante es que quien se acerca a Slenderman sea consciente de que se trata de eso... sin más.