viernes, 6 de enero de 2017

8 Cosas que no sabías de los Reyes Magos.


Si eres de Latinoamérica o España, y además practicas el catolicismo (aunque no necesariamente), seguro sabrás quiénes son los Reyes Magos, esos personajes que según la tradición y el Evangelio de san Mateo visitan al niño Jesús en su nacimiento. La historia real detrás de esta leyenda tiene otros datos, aunque, claro, no completamente verificables.

Ilustración de Jerome Snyder


Cosas que quizá no sepas de los Reyes Magos.



1.- ¿Reyes? ¿de dónde?
En su Evangelio Mateo sólo habla de “magos”, no indica ni sus nombres ni sus rangos o títulos. La palabra “magos” señalaría aquí la condición de sabios u hombres de ciencia. Incluso los historiadores han sostenido que pertenecían al zoroastrismo.
Además, cuando Mateo escribe “de Oriente” –siendo que están en Palestina–, puede indicar, según los expertos, que provenían de “la región de Babilonia”, y ser los “doctores babilónicos de la tradición oral”, escuela que sobreviviría hasta el siglo VIII.



 2.- Más datos en los evangelios apócrifos.
Específicamente en el del Pseudo Tomás –o Evangelio armenio de la Infancia– cuentan que llegaron con tres legiones de soldados: de Persia, de Babilonia y de Asia, y además los vinculan familiarmente, es decir, que tenían algún tipo de parentesco entre ellos.


 3.- Melchor, Gaspar y Baltasar...
En ninguna parte del Evangelio de san Mateo aparecen los nombres de los Reyes Magos las primeras referencias, sin embargo, provienen del siglo V,de dos textos: el Excerpta latina barbari, donde los llaman Melichior, Gathaspa y Bithisarea, y del Evangelio armenio, cuyos nombres son Balthazar, Melkon y Gaspard.


Mosaico de la iglesia de San Apolinar en Rávena en el que se recoge por primera vez por escrito el nombre de los tres Magos en el año 520.

La iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena, Italia, en un friso que representa la procesión de las vírgenes, conducida por tres personajes ataviados al modo persa, que van a darle ofrendas a la Virgen, sentada en un trono con el niño Jesús en una rodilla.



4.- Tres regalos, ¿tres Reyes Magos?
La tradición nos cuenta que una vez la estrella los guió a Belén, donde nació Jesús, le regalaron oro –por su condición de rey de los judíos–, incienso –por su condición divina– y mirra –compuesto utilizado para embalsamar, aludiendo a su futuro sufrimiento y muerte–.
Por ello se dio por sentado que eran tres, pero según otras tradiciones y relatos fueron cuatro, siete o doce los Reyes Magos que viajaron.



La referencia de que son tres la da Orígenes en el siglo IV, y en el V el papa León I el Magno estableció este número oficial para toda la cristiandad.



5.- ¿Baltasar era de raza negra?
Debido al afán de la iglesia por universalizar el cristianismo, a partir de la alta Edad Media –entre los años 476 y 1000– se acostumbró representar a Baltasar como de raza negra, para simbolizar y explicar la adoración de los Reyes Magos como representantes de todas las razas conocidas hasta entonces.



Así, Melchor sería europeo y Gaspar asiático.


6.- Las tumbas de los Reyes Magos está en ¿Colonia?
 Una leyenda cuenta que luego de la resurrección de Cristo, el apóstol Tomás los encontró en Saba, donde fueron bautizados y nombrados obispos.
En el año 70 habrían sido martirizados y depositados los tres en el mismo sarcófago posteriormente santa Elena llevó los restos a Constantinopla, desde donde en el siglo XII Federico I Barbarroja los trasladó a Colonia.



Monumento donde reposan supuestamente los restos y reliquias de los Reyes Magos, en la Catedral de Colonia.

A esta localidad comenzó a llegar un gran número de peregrinos a visitar los restos de los Reyes Magos, y por esta razón se inició la construcción la catedral de esta ciudad –que tardaría 600 años en hacerse–, convirtiendo a Colonia en uno de los tres grandes centros de peregrinación, junto a Roma y Santiago de Compostela.


7.- ¿Por qué el 6 de enero se celebra el Día de Reyes?
En la tradición católica, el 6 de enero es el día de la Epifanía, es decir, cuando Jesús toma forma humana en la Tierra y se da a conocer al mundo pagano, específicamente ante los Reyes Magos de Oriente. En muchos países católicos se tomó la costumbre de unir ambas festividades, hasta que poco a poco se olvidó el significado de la epifanía y se la asoció con la adoración de los Magos.


8.- Regalos.
Entrado el siglo XIX, se adoptó la costumbre de que los Reyes Magos llevaran juguetes a los niños –claro está, en los países católicos–, y ya no se hizo más la distinción en sus funciones (Melchor llevaba oro, Gaspar incienso y Baltasar mirra, aunque en costumbres posteriores Melchor regalaba dulces y miel, Gaspar ropa y cosas prácticas, y Baltasar castigaba a los niños que se hubiesen portado mal). 

Manteniendo la tradición celebrada en países como Etiopía, Brasil & Grecia...

Imágenes: (c) Can Stock Photo / erikamariag, Birmingham Museum and Art Gallery, Lawrence OP, Waiting For The Word, © José Luiz Bernardes Ribeiro /, Helgi Halldórsson. y snot311. 


¿Qué fue de los Reyes Magos después de Belén?
Una vez cumplida su misión, nada se sabe de ellos, aunque no faltan leyendas y tradiciones sobre su destino. (Está claro que sobre este tema, la capacidad de ficción no tiene límites).
Unos les devuelven a sus países donde renegaron de sus religiones paganas y vivieron el cristianismo el resto de sus vidas hasta ser bien ancianos.
La catedral de Colonia presume de albergar sus restos en un sepulcro de oro en la catedral que tiene por nombre Tres Reyes Magos. Una nota necrológica de la catedral dice así:
Habiendo sufrido muchos juicios y fatigas por el evangelio, los tres sabios se encontraron en Sevá el año 54 d.C. para celebrar la fiesta de Navidad. Poco después de las celebraciones de la misa, murieron: san Melchor el 1 de enero con 116 años san Baltasar el 6 de enero a la edad de 112, y san Gaspar, el 11 de enero con 102 años.
Lo que sí se sabe es que no forman parte del santoral: nunca fueron canonizados pues no hay certeza de que aquellos Magos que adoraron a Jesús fueran tres, ni de sus nombres, ni de su existencia histórica, aunque paradójicamente sus restos han sido seguidos meticulosamente desde la antigüedad…



Ilustración de Nerina Canzi.

miércoles, 4 de enero de 2017

Libros Misteriosos


¿QUÉ ESCONDEN SUS PÁGINAS?


La palabra escrita siempre ha sido un elemento extremadamente poderoso. Y más si se trata de textos unidos a lo misterioso, a lo esotérico o a las más RARAS MALDICIONES, porque algunos de ellos, al parecer, han llevado a sus poseedores hasta la locura o, incluso, hasta la muerte. Aunque LA LISTA DE ESTOS LIBROS PROSCRITOS ES AMPLIA Y COMPLEJA, a continuación vamos a detallar algunos de los que más interés han despertado entre bibliófilos eruditos o simplemente curiosos de lo extraño.


por Blanca Ramos Jarque
Revista Española Más Allá Nº 333, Noviembre 2016.

La curiosidad del hombre ha sido siempre más atrevida y fuerte que el miedo a ser perseguido, por ejemplo, por tener en su poder algunos textos clandestinos y peligrosos. Intrigas, muertes y saberes ilimitados se han reunido en las páginas de libros que encierran distintos misterios, muchos de ellos todavía sin resolver. Algunos de estos especiales textos han desaparecido para siempre y otros son auténticos mitos o casi leyendas. Incluso, los expertos han dudado hasta de la existencia inicial de alguno de ellos, pero ¿qué ocultan realmente estos libros?

EL PRIMER LIBRO MALDITO
El título de primer libro maldito lo ostenta el llamado Libro de Thot. Se trata del papiro, según distintas fuentes, más antiguo de la Humanidad y en el que se habrían contenido todos los secretos del mundo. 
Este otorgaba un poder ilimitado a todo aquel que lo tuviera en sus manos y era una recopilación de todos los saberes que se referían a la medicina, a la filosofía y a la magia. En el Antiguo Egipto se le atribuyeron ya toda serie de males y desgracias y, aunque fue copiado en secreto en numerosas ocasiones a lo largo de los siglos, estos ejemplares fueron desapareciendo sin remedio, uno tras otro.
El autor de esta mágica obra es el propio dios de la sabiduría, Thot, que tenía autoridad sobre todos los demás dioses. El considerado también como el inventor de la escritura es representado con cuerpo humano, pero con cabeza de ibis y con una pluma de caña y una paleta con tinta en las manos. Los griegos lo identificaron con el dios Hermes y, en algunos casos, también con el fundador de la alquimia.
Elementos todos que acrecientan todavía más su leyenda. El papiro de Turis, que fue descifrado y publicado en 1868 en París, es el texto que recoge la primera alusión a este misterioso libro. En él se cuenta una especie de conspiración contra el faraón en la que habrían participado los principales consejeros del reino y que buscaba acabar con su poder a través de pócimas y una especie de figurillas de cera que reproducían sus rasgos fielmente. Cuando se descubrió la trama, seis damas de la Corte y 40 funcionarios implicados fueron condenados a muerte y ejecutados.
Aquí es cuando un ejemplar del Libro de Thot, portador de estos saberes, se quema por primera vez. La segunda referencia que tenemos de este peligroso papiro son textos que lo colocan en manos de Kanuas, hijo de Ramsés II, quien decía tener en su poder el original y no una copia. Los contenidos más asombrosos de este libro y que maravillaron al faraón eran tales como el control de la tierra, los océanos y los cuerpos celestes, poder mirar al sol cara a cara, comunicarse con los animales o, incluso, poder resucitar a los muertos. Kanuas, asustado por la importancia de tanto saber, decidió deshacerse de él, por lo que vuelve a desaparecer. Una tercera mención a su existencia se encuentra en la llamada Estela Metternich. Este bloque de piedra verde oscuro totalmente tallado – fechada en el reinado de Nectanebo II (360-343 a.C.)– fue descubierto en 1828 en Alejandría, durante las excavaciones en un antiguo monasterio franciscano y debe su nombre al príncipe Klemens Metternich, canciller de Austria, a quien se la presentó el vicerrey de Egipto Muhammad Ali Pasha. En esta estela protectora que actualmente se puede ver en el Metropolitan Museum de Nueva York, el propio Thot explica que hizo quemar su temido libro y que expulsó al demonio Set y a los siete señores del mal.
El Corpus Hermeticum, una colección de 24 textos sagrados escritos en lengua griega entre principios del siglo I a.C. y finales del II d.C. que contienen las principales teorías 
creencias herméticas, también hace referencias al Libro de Thot, pero sin especificaciones exactas sobre su localización. Igualmente, son varias las teorías que afirman que las barajas del tarot parecen estar íntimamente relacionadas con este libro. En algunos famosos textos como La Historia de la magia, de Jean-Baptiste Pitois, conocido como Paul Christian, en 1876, se explica que estas cartas ocultan el auténtico conocimiento escondido en el Libro de Thot.

UN ENIGMA DE LA CRIPTOLOGÍA
Sin duda, el Manuscrito Voynich –así se llama el segundo libro de nuestra lista– fascina hasta a los más escépticos. Esto es porque, no en vano, se trata del único manuscrito de origen medieval que no ha conseguido ser descifrado hasta este momento. Las teorías son muchas y variopintas: un sistema de comunicación único para encontrar un supuesto tesoro, un manual para un envenenador, un recetario para alcanzar la eterna juventud...
En realidad, parece ser una especie de libro científico compuesto por más de 200 páginas, divididas en cinco secciones (una sucesión de hierbas y platas, astronomía, biología, mapas y algo parecido a un recetario). Está lleno de ilustraciones inquietantes a base de combinaciones en las que se describen, por ejemplo, plantas exóticas o pequeños personajes femeninos. Fue escrito por un autor anónimo en un idioma incomprensible y mediante un alfabeto hasta el momento no identificado. Actualmente, se conserva en la Biblioteca Beinecke de Libros Raros y Manuscritos de la Universidad de Yale (EE.UU.). Representa una mezcla perfecta.


Sobre su datación, y tras una ardua polémica sobre si este pergamino era realmente una falsificación, en 2009, el laboratorio de la Universidad de Arizona y el Instituto McCrone de Investigación de Chicago realizaron el estudio del carbono-14. Esta prueba, con 95% de fiabilidad, disipó las dudas sobre el origen del manuscrito, cuya fecha de realización se estableció finalmente entre 1404 y 1438.
Pero la historia conocida del Voynich comienza de la mano de John Dee (1527-1608/9), matemático, astrólogo,ocultista y famoso navegante británico entusiasmado por el mundo de la alquimia, la adivinación y la hermética, además de coleccionista de escritos extraños; y de John Dudley (1501-1553), duque de Northumberland, quien encontró en una pequeña abadía del Condado de Essex un manuscrito realmente único. Un papiro que regaló a su amigo Dee en el que aparecía un texto único y que, según se explicaba en su prólogo, era una copia de un original realizada por Roger Bacon (1214-1294), filósofo, científico y teólogo escolástico inglés que desarrolló un trabajo muy relevante en su época. A partir de aquí, son muchos los expertos que trataron de descifrar sus secretos sin ningún éxito.
En 1586, Dee se lo regala al emperador Rodolfo I. Entre 1612 y 1622, pasa por las manos de Jacobus Horciky de Tepenecz y por el alquimista Georgius Barschius. El jesuita Atanasio Kircher, especializado en criptología, y con el que contacta Barschius, también intenta descifrar el texto en varias ocasiones sin conseguir ningún resultado.
Hacia 1680, la historia del manuscrito se pierde para reaparecer en 1912. En esta fecha es cuando Wilfred Voynich, librero de antiguo y coleccionista, lo compra en el colegio jesuita de Modragone, en Italia, junto con otros 30 documentos más. Es a partir de 1915 cuando el misterioso manuscrito recibe su actual nombre, al exponerse por primera vez en Chicago.
Adolph Cyrus Roidingereht también está ligado a la historia de este texto, ya que afirmó tener una especie de guía de traducción de un código lingüístico que le había legado uno de los antepasados de Bacon.  Tampoco consiguió ningún resultado concluyente. Muchos criptógrafos especializados en descifrados durante la II Guerra Mundial, de nacionalidad estadounidense y británica, realizaron igualmente estudios infructuosos. Solo en 2014, un profesor y lingüista de la Universidad de Bedfordshire en el Reino Unido, llamado Stephen Bax, arrojó algo de luz al problema, al establecer un método basado en comparación de vocablos y palabras con los de otros textos medievales escritos en árabe y otras lenguas. Así, llegó a identificar alguna palabra, nombres de algunas plantas, por ejemplo. Este concluyó que podría tratarse de alguna antigua lengua creada en Asia u Oriente Medio.
Finalmente, y sin muchas más conclusiones, se ha conocido que la universidad de Yale ha otorgado a la editorial española Siloé, con sede en Burgos, el permiso para clonar el extraño escrito en septiembre de 2006. Quizá sea un nuevo punto de partida para futuros estudios. Hasta ahora, el misterio sigue sin resolverse.


GRIMORIOS: MAGIA Y SOMBRAS
Según la Real Academia Española, un grimorio es un libro de fórmulas mágicas usado por antiguos hechiceros. Este tipo de obras, también llamadas textos de nigromancia, generalmente datadas entre el siglo XIII y el siglo XVIII y con unos conocimientos muy especiales, encierran en sus páginas secretos que han sido perseguidos durante muchos años por los más variados personajes.
Correspondencias astrológicas, listas de ángeles y demonios, fórmulas para realizar aquelarres y encantamientos, diversas instrucciones para conseguir talismanes de todo tipo o mezclas con distintos medicamentos para lograr la curación de enfermedades son algunos de los temas que contenían. Muchos de ellos tienen su origen en ciertos saberes de magia oriental y árabe anteriores.
No cabe duda de que el libro más codiciado y buscado de este grupo de libros misteriosos es el conocido con el nombre de Grimorio de San Cipriano o Ciprianillo, de forma popular. Los deseos por conseguir esta obra y desentrañar todo su saber han llevado a algunos de los osados perseguidores, según la tradición, a caer en la locura, a enfermar gravemente o la más absoluta de las ruinas.



San Cipriano de Antioquía –no San Cipriano, obispo de Cartago, como en alguna ocasión se ha atribuido por error– es el autor de este libro especial. El padre jesuita Pedro de Ribadeneyra (1526-1611), biógrafo, escritor e historiador de la Iglesia, recoge en los dos exitosos volúmenes de su Flos Sanctorum o Libro de la vida de los santos, editados en Madrid en 1599 y 1611, una biografía de este particular personaje. Vivió en el siglo III y nació en Antioquía, entre Siria y Arabia. También se explica que sus padres poseían fortuna y eran idólatras, por lo que iniciaron a su hijo en el culto de los falsos dioses. Era un gran lector, y Grecia, Egipto o la India fueron algunos de los países que visitó recogiendo saberes de lo más variados.
Cuando Cipriano de Antioquía llegó a la treintena, se convirtió al cristianismo, influido por la obra de Antipo, entonces  obispo de Antioquía, y por un suceso muy especial. Aglaide era un joven que se había enamorado de una muchacha
llamada Justina y pretendía casarse con ella, si bien esta le rechazaba una y otra vez, pues quería consagrar su vida a Cristo. Entonces, decidió pedirle ayuda a Cipriano, que intentó mediante varios conjuros que la chica acepte, pero sin conseguirlo. Cipriano invocó a Lucifer para preguntarle la causa de su falta de éxito y este le respondió que el dios de los cristianos es el señor de todo lo creado, incluido él, y que nada podía hacer contra aquellos que hiciesen la señal de la cruz. Después de esto, Cipriano renegó del diablo y se convirtió, aunque no sin antes recoger en un libro todo el conocimiento mágico que había atesorado durante su vida. En este texto se encuentran prácticas mágicas, conjuros y oraciones.



Justina y el propio Cipriano se dedicaron a partir de ese momento a la oración y a la predicación hasta que fueron decapitados, tras salir ilesos de unas tinas de pez ardiendo  con las que el juez Eutolmo les quiso martirizar. Sus reliquias se encuentran en la actualidad repartidas entre Roma, León y Toulouse. Es uno de los libros mágicos más buscados desde su creación.
El segundo de la lista de grimorios a estudiar (o quizá a evitar) es el conocido como Grimorio del Papa Honorio. Uno de los libros encuadrado en el apartado de magia negra que más controversias ha despertado en la Historia. Las fuentes y los escritores católicos difieren sobre la autoría de este polémico libro, puesto que no reconocen que sea el papa Honorio III el encargado de su redacción. Este Papa, cuyo nombre era Cencio Savelli, nació en Roma en fecha desconocida y murió en esta misma ciudad en 1227. En 1216 fue elegido Pontífice y, aunque tenía una edad avanzada, su pontificado fue de enorme actividad. Siguiendo la labor de su predecesor en el cargo, Inocencio III, quiso recuperar Tierra Santa –su objetivo principal fue la realización de la quinta cruzada decretada en el cuarto Concilio de Letrán– y la completa reforma de la Iglesia. Ciertamente, este texto constituye
una obra tan elaborada que solo parece haber podido ser escrita por una persona que manejara a la perfección los parámetros de la liturgia cristiana, así que el perfil del Papa coincide plenamente con ello, y refuerza la teoría de que este sea su autor. En realidad, esta obra es tan controvertida y especial porque reúne un notable número de fórmulas y plegarias sacadas de ritos cristianos, pero empleadas para invocar a demonios y criaturas tales. Incluye además, por ejemplo, el momento adecuado, incluso las horas en concreto, para invocar a un demonio, tablas astrológicas y talismanes asociados a cada acción. Este grimorio también ha sido confundido en muchas ocasiones, ya que existen otras obras esotéricas que se titulan de la misma forma, pero cuyo desarrollo y contenido nada tiene que ver con este. Este tipo de textos aparecieron en el siglo XIX, y muchos de ellos no eran más que señuelos para engañar a los compradores que buscaban copias de la obra original. Y, aunque la enumeración podría ser muy larga, el tercer y último libro elegido entre estas obras señaladas es La gallina negra (La poule noire, en francés, o la Black Pullet, en inglés). Se trata de uno de los grimorios más recientes, pues su redacción está fechada a finales del siglo XVIII. Según la tradición, su autor fue un oficial francés que sirvió en la campaña desarrollada para la ocupación napoleónica de Egipto. La obra empieza con una especie de relato que cuenta como un soldado fue emboscado con su ejército por un grupo de beduinos y quedando él como único superviviente. Se ocultó entonces en la región de Giza, donde un anciano turco le enseña la existencia de una cámara secreta bajo las pirámides y así aprende los secretos de la gran biblioteca de Ptolomeo. Este texto se encarga después de recoger los secretos del ocultismo, describiendo los poderes de anillos y talismanes a través de diversas fórmulas. Y llega a hablar hasta de vampiros. El apartado que hace referencia a estos seres es el más extraño de todos los que contiene, incluso explica cómo desarrollar un ritual de invocación. Una joya de la que circulan algunas copias.




¿ESCRITO POR EL DIABLO? 
Pero si realmente hay un clásico entre los libros extraños de nuestra historia ese es el Codex Gigas, es un caso ineludible. El Código del Diablo o el Código de Satanás –sus
otras denominaciones– es uno de los manuscritos antiguos medievales escritos sobre pergamino más inquietantes. Su encuadernación tiene unas dimensiones espectaculares, de 92 x 50,5 cm, algo totalmente único, y ronda los 75 kg de peso. Conserva 312 hojas de las 320 que tenía originalmente, alguien arrancó ocho de ellas por causa que aún se desconoce. Entre los contenidos más emblemáticos que contiene se encuentra la Chronica Bohemorum, la obra más antigua de la historiografía checa, realizada por Cosmas de Praga Literatura MÁGICA (1045-1125), un religioso, escritor e historiador que ocupó el cargo de decano capitular de Praga. Esta es una copia de una calidad excepcional. Su fecha de creación se  estima entre 1204 y 1230, datos que aparecen en el propio texto como la muerte del obispo Andreas de Praga, en 1223, registrada en la necrológica que incluye y la falta de más nombres posteriores a 1230 hacen pensar que esa franja temporal es la correcta. Y una nota que aparece en la primera página del códice establece, además, como su primer propietario al monasterio benedictino de Podlazice.




De su autor se desconoce cualquier tipo de dato sobre su identidad o sobre los motivos que le llevaron a la realización de esta extraña obra. Dadas las características físicas de la escritura, su continuidad y precisión en la composición sí se puede afirmar que fue realizado por un solo hombre y que, según los historiadores, debió dedicar al menos una veintena de años a su trabajo.
Otros admiradores del códice afirman, por el contrario, que fue realizado en una sola noche. Esta leyenda popular explica que el autor del códice fue un monje benedictinoque había sido condenado a morir emparedado vivo por un crimen horrible, pero para evitar su muerte, este propuso crear un libro monumental, nunca visto antes, como manera de honrar al monasterio. En él se unirían los textos bíblicos y todo el conocimiento del mundo. Además, como decimos, todo ello lo haría en una sola noche. Cuando llegó el momento, el monje, sin saber qué hacer para cumplir la descabellada tarea que había propuesto, recurrió a Satanás, al que le pidió ayuda. Este aceptó a cambio de que su imagen apareciera en una de las páginas del libro. Esta representación del diablo que, realmente terminó contenida entre sus páginas, es uno de los puntos más inquietantes que rodean al libro. 
Su camino ha sido largo. De su monasterio de origen, el libro se trasladó al cisterciense de Sedlec, donde fue comprado en 1295 por el abad Pavel Bavor para la biblioteca del monasterio de Brevnov. Cuando este fue saqueado, los monjes lo rescataron y se refugiaron en el monasterio de Broumov. Allí fue custodiado hasta que, en 1594, el emperador  Rodolfo II lo sumó a su colección en el castillo de Praga. Al final de la Guerra de los Treinta Años, el ejército sueco se hizo con él y, a partir de 1648, la reina Cristina de Suecia lo incluyó en su espectacular colección de arte. Desde su llegada a Suecia, el valioso códice ha salido de allí en contadas ocasiones. Finalmente, el Códice del Diablo regresó a Praga en septiembre de 2007 para ser exhibido en la Biblioteca Nacional durante unos meses.






VUELVE LOCO A TODO EL QUE LO LEE 
Excalibur (1938) es un libro misterioso, maldito y realmente inquietante. Se trata de la obra maestra del fundador de la cienciología, Lafayette Ron Hubbord (1911-1986). Según su polémico autor, que durante toda su vida fue famoso por establecer estrechas conexiones con el ocultismo, este particular ensayo fue inspirado cuando este estuvo clínicamente muerto durante ocho minutos en una operación quirúrgica.
Este texto, al parecer, tiene la capacidad de volver loco a todo aquel que se atreve a leerlo. Realmente, y a pesar de lo que se ha escrito sobre el tema, el libro sí que existe, pero nunca ha sido publicado. Solo determinados miembros de la cienciología han tenido y tienen acceso a él. Después de escribirlo, Hubbord repartió una serie de copias entre el futuro que nos espera, pasando por la verdad sobre la existencia de Dios. Pretende ofrecer la verdadera perspectiva de la vida del hombre. Hubbord llegó a afirmar de su obra que, sin duda, iba a tener más impacto que la propia Biblia. Lo cierto es que el libro maldito se ha mantenido oculto por los irremediables efectos que produce.