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Un equipo de científicos italianos quiere exhumar el cuerpo de Leonardo da Vinci para verificar a partir del cráneo cómo era el rostro del genial artista del Renacimiento y compararlo con el cuadro de la Gioconda, conservado en el museo francés del Louvre.
¿Es la Mona Lisa un retrato de Leonardo?
Un enigma universal
FUENTE: Revista MAS ALLA Nº 253 (visita www.masalladelaciencia.es).
FUENTE: Revista MAS ALLA Nº 253 (visita www.masalladelaciencia.es).
La idea no es nueva. Entre las enrevesadas teorías que se han propuesto para explicar el misterio del retrato de Mona Lisa, la Gioconda, conservado en la pinacoteca del museo francés del Louvre, se ha barajado la posibilidad de que sea un autorretrato del propio Leonardo da Vinci (1452-1519). Así lo cree un equipo de investigadores italianos que pretende recuperar los restos del afamado artista del Renacimiento, enterrados supuestamente en el castillo de Amboise, en el valle del Loira (Francia). Una reconstrucción facial a partir de una copia en yeso o un escáner digital del cráneo podría dar información sobre la posible semejanza entre el artista toscano y la joven del retrato.
• UN ENIGMA UNIVERSAL
Precisamente, el principal enigma que rodea a este hermoso cuadro descansa en la identidad de la mujer retratada. La tradición, a tenor de los documentos dejados por el arquitecto y pintor italiano Giorgio Vasari en su libro Vidas de los mejores pintores, arquitectos y escultores italianos (1550, revisado en 1568), asegura que podría ser Madonna Lisa Gherardini, la tercera esposa de un acaudalado comerciante florentino, el marqués Francesco Bartolomeo del Giocondo, veinte años mayor que ella y con quien había contraído matrimonio en 1495.
Leonardo conoció hacia el año 1500 a Mona Lisa (Mona es el diminutivo de Madonna), cuando esta contaba 24 años de edad. Dice la tradición que cuando el pintor se encontró con ella la joven acababa de perder un hijo, circunstancia que la sumió en la más absoluta de las tristezas. Para intentar remediarlo, su marido contrató los servicios de músicos y bufones. Sin embargo, Vasari menciona la anécdota de los músicos no por la muerte del niño, sino "para rehuir esa melancolía que se suele dar en la pintura de retratos."
• ¿Es LEONARDO MONA LISA?
Entre otras hipótesis sobre quién aparece en el famoso retrato, también se ha barajado la posibilidad de que se trate de la madre de Leonardo (una mujer desconocida) o de Caterina Sforza. Sin embargo, los italianos están convencidos de que es un autorretrato de Leonardo a los 51 años, puesto que la pintura fue realizada entre 1503 y 1506. Por su parte, las voces discordantes sobre los pasos que se han empezado a dar en dirección a esta nueva hipótesis de trabajo no se han dejado esperar. Varios expertos mundiales en la obra del pintor renacentista han señalado que el estudio es una verdadera locura y que habría molestado incluso al singular artista si este estuviera vivo.
Los tres pies del gato
En más de una ocasión me he preguntado si no nos estaremos dejando llevar en exceso por el misterio de Leonardo da Vinci. Es cierto que la documentación sobre la obra la Gioconda señala que la verdadera identidad de la mujer que aparece retratada es Lisa Gherardini. Su sonrisa se ha convertido en algo misterioso y enigmático. Pero ¿por qué? Se ha dicho que sonreía porque estaba embarazada. No se dice lo mismo de la sonrisa de la Fornarina, de Rafael Sanzio, o de tantas otras mujeres solitarias que posaron sonrientes para los artistas. Margarita Luti, la Fornarina, fue la amante de Rafael, y cuenta con mil y un argumentos más para hacerse preguntas sobre ella. Ahora bien, el verdadero problema es: ¿no nos estaremos dejando llevar por la excentricidad que rodeó a uno de los mejores artistas de todos los tiempos?
Obsesión por la Gioconda
Por alguna razón extraña, Leonardo da Vinci se obsesionó con la joven Lisa, ya que no se separó nunca de aquel misterioso retrato. ¿Se enamoró de la muchacha? El arquitecto y pintor italiano Giorgio Vasari cuenta que Leonardo abandonó Florencia dejando el retrato inacabado. Y añade: "Esta obra la tiene hoy el rey Francisco I de Francia, en Fontainebleu". quien pagó por ella 4.000 escudos de oro.
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