Otras civilizaciones en nuestra galaxia

La revista española MAS ALLA entrevistó al polémico autor de la “ecuación Duncan”. Las declaraciones del astrónomo Duncan Forgan sobre la posibilidad de que existan otras civilizaciones inteligentes en nuestra galaxia dieron la vuelta al mundo y levantaron una gran polémica. MÁS ALLÁ ha hablado con él y con otros prestigiosos expertos para analizar los pros y los contras de su método, según el cual nuestra galaxia podría albergar entre 361 y 38.000 civilizaciones inteligentes.

Otras civilizaciones en nuestra galaxia:

¿38.000 civilizaciones inteligentes?

La ecuación de Duncan Forgan para determinar el número de civilizaciones extraterrestres que puede haber en nuestra galaxia se acercará mucho más a la realidad a medida que la sonda Kepler de la NASA vaya descubriendo nuevos planetas extrasolares más parecidos a la Tierra y los datos sobre ellos se vayan incorporando a la fórmula. Ahora el problema es que los detectados hasta la fecha (unos 350) son mucho más masivos que nuestro planeta: el menos denso, Gliese 581, tiene el doble de masa que la Tierra.

Para entender en qué ha basado su investigación Duncan Forgan, estudiante
de doctorado del Instituto de Astronomía del Real Observatorio de la Universidad de Edimburgo (Escocia, Reino Unido), hay que retroceder en eltiempo hasta 1961. Ese año Frank Drake, profesor de Astronomía de la Universidad de Santa Cruz (California, EE.UU.) y presidente del Instituto SETI (dedicado a la búsqueda de inteligencia extraterrestre), formuló una polémica ecuación –la ecuación de Drake– para calcular el número de civilizaciones extraterrestres inteligentes que podría haber en nuestra galaxia. Una década antes de que Drake hiciera pública su célebre ecuación, el físico y premio Nobel italiano Enrico Fermi había planteado lo que con el tiempo terminaría por llamarse la “paradoja de Fermi”. La paradoja formula varias preguntas sobre las civilizaciones extraterrestres, tales como dónde están o por qué no tenemos pruebas de su existencia. Preguntas a las que se ha dado varias respuestas: “ellos” están aquí, pero escondidos, porque el contacto con la Tierra está prohibido por razones éticas; “ellos” estuvieron aquí, pero ahora están extinguidos, y, finalmente, “ellos” estarán aquí si la humanidad logra sobrevivir el tiempo suficiente. Más de medio siglo después, y pese a los grandes avances experimentados en el campo del conocimiento del Universo, los expertos siguen estando divididos entre las propuestas de Fermi y Drake.


LAS ECUACIONES DE DRAKE Y DE DUNCAN

La hipótesis de Duncan Forgan se basa en la ecuación de Drake, que formula lo siguiente: N = R* x fp x ne x fl x fi x fc x L

En ella, las distintas variables son: N, número de civilizaciones de nuestra galaxia capaces de comunicarse a través del espacio. R*, ritmo anual de formación de estrellas con condiciones adecuadas para la vida. fp , fracción de estrellas con planetas en su órbita. ne , número de planetas que se encuentran en un lugar adecuado para albergar vida: ni demasiado cerca, ni demasiado lejos de su estrella. fl , fracción de esos planetas en los que puede originarse la vida. fi , fracción de planetas con vida en los que puede desarrollarse la vida inteligente. fc , fracción de planetas con vida inteligente en los que puede desarrollarse la tecnología necesaria para las comunicaciones interestelares. L, duración de una civilización tecnológica.

Duncan utiliza la misma ecuación que Drake, pero incluye un elemento nuevo, fg , que hace referencia a la fracción de estrellas que podrían albergar planetas habitables. La ecuación de Duncan es, pues, la siguiente: N = R* x fg x fp x ne x fl x fi x fc x L


EL MÉTODO DE DUNCAN

Para formular su hipótesis Duncan ha creado una simulación matemática de una galaxia similar a la nuestra. Ha trabajado con un superordenador perteneciente a la Alianza Escocesa de las Universidades de Física que posee la Universidad de St. Andrews (Escocia, Reino Unido). El software utilizado ha sido diseñado por él mismo en un lenguaje informático llamado FORTRAN, que se utiliza en trabajos de computación numérica de alto rendimiento. En su amplio informe Duncan explica detalladamente los pasos que ha seguido para efectuar sus cálculos. Simplificando, son los siguientes: 1) generar una galaxia de “N” estrellas con parámetros de distribución similares a los de las ya observadas; 2) generar sistemas planetarios para esas estrellas; 3) asignar vida a algunos de los planetas dependiendo de los parámetros conocidos y 4) en el caso de los planetas capaces de albergar vida, se continúa con el proceso de evolución hasta el desarrollo de vida inteligente. Para ello se utilizan ecuaciones estocásticas, que reflejan la evolución aleatoria de un sistema a lo largo del tiempo. Los cálculos se han realizado mediante el método MonteCarlo (MCR), que permite dar solución a problemas físicos y matemáticos por medio de la simulación de variables aleatorias. Esta metodología se ha empezado a emplear recientemente en el campo de la astrobiología.


ESCENARIOS POSIBLES

El investigador escocés ha contemplado varios escenarios posibles de biogénesis basados en distintas hipótesis sobre el origen de la vida en la Tierra. El primero, denominado “de la Tierra Rara”, sostiene que los planetas como el nuestro, capaces de albergar vida animal compleja, son una rareza dentro del Universo. Según esta hipótesis, nuestra galaxia contiene 361,2 planetas con vida inteligente. El segundo escenario se basa en la hipótesis de “la Tortuga y la Liebre”, según la cual los planetas como la Tierra son comunes en el Universo, pero las condiciones para que se desarrolle en ellos una civilización son muy complejas. Atendiendo a este escenario, el resultado se eleva a 31.573,52 planetas con condiciones adecuadas para albergar vida inteligente. Por último, está la hipótesis de la panspermia, según la cual la vida en la Tierra procede de otros planetas y llegó al nuestro a través de un asteroide o, según algunos investigadores, fue enviada aquí por otras civilizaciones más evolucionadas. Según esta hipótesis, podría haber 37.964,97 planetas aptos para albergar civilizaciones avanzadas. En sus conclusiones Duncan afirma que sus cálculos se acercan bastante a la realidad. No obstante, reconoce que, debido a las limitaciones actuales, con los métodos empleados hasta la fecha solo se ha podido encontrar planetas extrasolares mucho más densos que el nuestro (MÁS ALLÁ, 244), aunque confía en que gracias al satélite europeo COROT y la sonda Kepler de la NASA a partir de ahora se descubran planetas extrasolares más parecidos a la Tierra, lo que acercaría los resultados de su ecuación mucho más a la realidad. En una entrevista concedida a MÁS ALLÁ, Duncan nos habló de su polémica ecuación y de otras cuestiones relativas a la posible existencia de vida extraterrestre inteligente en nuestra galaxia.


UNA COPIA DE LA VÍA LÁCTEA

¿En qué ha basado los cálculos que le han llevado a afirmar que existen otras civilizaciones inteligentes?
Hemos basado nuestros cálculos en un modelo computacional de la Vía Láctea, una copia exacta de nuestra galaxia que es posible realizar aun sin conocerla en su totalidad. El resultado son billones de estrellas y planetas simulados. Partiendo de lo que sabemos sobre la vida en la Tierra, a algunos de estos planetas les hemos permitido desarrollar vida y después, dependiendo de factores como su masa, su tamaño o su temperatura, hemos seleccionado unos cuantos. En algunos de ellos la vida ha evolucionado hacia formas inteligentes, en otros no. De todo esto hemos sacado conclusiones.

Pero estos cálculos son solo números...
Es verdad, son solo números, pero números que representan la mejor estimación en función de la información más actualizada que poseemos sobre nuestra galaxia. No podemos decir con absoluta seguridad que hay 361 o 37.964 civilizaciones en la Vía Láctea. Todo lo que podemos decir es que estos números son el resultado de un modelo computacional, dado que este está todavía incompleto, de la misma forma en la que hay lagunas en nuestro conocimiento sobre el Universo.

¿Cuántos exoplanetas se descubren cada día? 
En 1995, cuando se descubrió el primer exoplaneta (planetas que se encuentran fuera de nuestro sistema solar), estábamos en un ratio de un planeta cada uno o dos años, pero en la actualidad se descubren alrededor de 50 o 60 al año. Además se prevé que este número vaya en aumento cuando estén disponibles nuevas herramientas de observación.


PANSPERMIA

¿Puede la vida viajar de uno a otro planeta a través de los asteroides?
Es muy posible que los asteroides sean portadores de vida, tal y como sostiene la teoría de la panspermia. Si un planeta es golpeado por un asteroide, parte de él puede ser empujada hacia el espacio. Y si esos trozos de roca contienen bacterias y estas logran sobrevivir, es muy posible que la vida pueda trasladarse entre dos mundos.

¿Podría la vida en la Tierra haberse iniciado de esa forma? 
Sí. La Tierra podría haber sido “inseminada” por la colisión de un asteroide. Pero no es tan fácil. El espacio es un entorno extremadamente hostil, con temperaturas cercanas al cero absoluto, altos niveles de radiaciones perjudiciales y carente de nutrientes. Cualquiera de estos factores puede provocar que la bacteria no sobreviva a su viaje interplanetario.

Según una de sus estimaciones, podría haber 37.964 civilizaciones inteligentes. ¿Cómo imagina esas formas de vida, con rasgos humanos o totalmente distintas a nosotros? 
En la Tierra hay registradas cerca de 10 millones de especies y se sospecha que en total alberga alrededor de 30 millones. La Naturaleza tiene una gran variedad de formas de vida. Asumir que la vida inteligente –si existiera- se parecería a nosotros sería algo de lo que enorgullecernos. Sin embargo, parece lógico pensar que, así como nosotros somos el fruto de la adaptación a nuestro planeta, esas otras formas de vida inteligente serán el fruto de la adaptación a sus planetas.

Ya, pero no ha contestado a mi pregunta. ¿Cómo se las imagina? 
Eso es algo para los autores de ciencia ficción, no para los científicos. Aunque deberíamos asumir que posiblemente vivan en hogares elaborados por ellos mismos, ya sea a través de la tecnología o de cualquier otra forma. Y también deberíamos asumir que posiblemente tengan “curiosidad científica”, como mínimo la suficiente para construir dispositivos con los que poder transmitir a través de las estrellas. Pero esto no podemos afirmarlo realmente.

¿Cree que esas otras civilizaciones estarán más desarrolladas que la nuestra?
Es bastante posible que “ellos” estén altamente avanzados. Si nosotros los detectamos, han tenido 10.000 años para desarrollarse o destruirse a sí mismos, lo que es, en efecto, posible, como demuestra la capacidad de destrucción de la raza humana. Pero también es posible que sean menos avanzados que nosotros. En cualquier caso, mi opinión es que dos civilizaciones alienígenas –si existieran– no serían comparables en tales términos. Juzgar a simple vista su superioridad o su inferioridad sería imposible.


CONTACTO IMPROBABLE

¿Es probable o improbable que los humanos lleguemos a contactar con civilizaciones extraterrestres? 
Es improbable por dos razones. En primer lugar, el mero tamaño de nuestra galaxia implica que estas hipotéticas civilizaciones se han desarrollado a enormes distancias, a más de 10.000 años luz de la Tierra. Es decir, si enviamos un mensaje ahora, los presuntos extraterrestres no lo recibirán hasta dentro de 10.000 años, por lo que nosotros no obtendríamos una contestación hasta después de otros 10.000. Teniendo en cuenta la duración de la existencia humana, eso es mucho tiempo. El segundo problema es que si esas otras civilizaciones no han desarrollado instrumentos de comunicación afines a los nuestros la probabilidad de mantener una conversación es mínima.

En el hipotético caso de que los humanos pudieran contactar con otras civilizaciones extraterrestres, ¿cómo piensa que sería esa comunicación? 
Las posibilidades de contacto físico –por ejemplo, un encuentro con un alienígena– son casi imposibles debido a las distancias. Pienso que la vía de contacto más probable, es posible que la única, sería a través de radio.


PANEL DE EXPERTOS

MÁS ALLÁ ha consultado a varios prestigiosos investigadores nacionales e internacionales para saber qué opinan sobre la ecuación de Duncan Forgan y sus resultados. También les hemos preguntado cuál es su postura acerca de la posibilidad de que exista vida extraterrestre. Estas han sido sus respuestas:

Seth Shostak Astrofísico del Instituto SETI
“El modelo de Duncan es realmente interesante y un ambicioso intento de crear un modelo sobre la existencia de vida en nuestra galaxia. Sin embargo, el problema es la falta de precisión en los datos de algunos parámetros clave. Recrear la vida cósmica supone un esfuerzo admirable, pero requiere introducir datos de los que carecemos en gran medida”.

“Hay como mínimo media docena de mundos en nuestro sistema solar que podrían contener agua en estado líquido y, por consiguiente, alojar vida. Nuestra galaxia puede albergar un millón de planetas alrededor de otras estrellas… ¡Sería asombroso si no hubiera vida abundante!”.

Alan P. Boss Astrofísico y miembro del equipo de la misión Kepler de la NASA 
“Es una gran investigación de un trabajo previo, con la diferencia de que Duncan ha intentado concretar las inexactitudes existentes en relación con varios aspectos de la ecuación de Drake”.

“Pienso que hay vida en otros mundos. Tenemos evidencias de que existen planetas parecidos al nuestro; de hecho, estamos cerca de probarlo por medio del telescopio Kepler de la NASA, que contabilizará cuántas ‘Tierras’ hay, por ejemplo, en un millón de estrellas”.

Miquel Serra Astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC)
“Constituye un buen intento de mejorar la ecuación de Drake a partir de parámetros de la astrofísica actual, pero no llega a resultados concluyentes o no sabe expresarlos en las conclusiones”.

“No me cabe ninguna duda de que debe haber vida orgánica similar a la terrestre en otros enclaves del Cosmos. El problema es que en este momento la humanidad no tiene las herramientas para demostrarlo, lo que significa que, hoy por hoy, estamos solos en el universo”.

MARK BURCHELL El escéptico: En declaraciones a varios medios de comunicación estadounidenses, Mark Burchell catedrático de Ciencias del Espacio de la Universidad de Kent (Reino Unido), ha afirmado que “los aspectos biológicos y sociales de la ecuación [de Forgan] resultan especulativos. Estamos demasiado limitados por las observaciones de un solo caso –la vida en La Tierra– como para hacer predicciones de si hay vida en otra parte”.


¿HAY ALGUIEN AHÍ? En busca de vida inteligente

Desde la Tierra hemos enviado varios mensajes por si hay alguien más en nuestra galaxia buscando “vecinos”. El primero partió en 1972. La sonda espacial Pioneer 10 transportó una placa de oro que contenía dibujos que mostraban la posición de nuestro planeta en nuestro sistema solar, así como información sobre los seres humanos. Actualmente la Pioneer 10 se encuentra fuera de nuestro sistema solar, en dirección a la estrella Aldebarán, dentro de la constelación de Tauro. El segundo mensaje se envió el 16 de noviembre de 1974 en forma de ondas de radio desde el radiotelescopio de Arecibo –el más grande el mundo–, situado en Puerto Rico.

Frank Drake, Carl Sagan y otros expertos fueron los encargados de diseñar el mensaje, que contenía información sobre nuestro sistema solar, nuestro planeta y el ser humano. Su destino era el grupo de la estrella globular M13, que se encuentra aproximadamente a 21.000 años luz de la Tierra, por lo que la respuesta –si es que llega– se hará esperar bastantes años. No obstante, algunos piensan que se recibió en 2001 a través de un círculo de las cosechas que apareció en Chilbolton (Reino Unido).


DUNCAN FORGAN... ...visto por su profesor

El doctor Ken Rice, profesor del Instituto de Astronomía de la Universidad de Edimburgo y supervisor de las investigaciones de Duncan Forgan, ha hablado a
MÁS ALLÁ sobre su pupilo en estos términos: “Como investigador, Duncan es muy meticuloso, se motiva y resuelve muy bien los problemas. Tiene las cualidades ideales para ser un gran investigador. Ha hecho un trabajo muy interesante. No participé en su estudio, ya que lo hizo él por su cuenta, pero, por lo que yo sé, ha ampliado sustancialmente la información que conocíamos hasta ahora”.

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Bonus Tracks: VIDA EN LA GALAXIA.

La composición química de las estrellas del disco de la galaxia es similar a la del Sol. Por lo tanto, se podría esperar de ellas que tuvieran sistemas planetarios en torno suyo,

¿Qué posibilidades reales existen de que haya vida en los sistemas planetarios de otras estrellas? La respuesta no es tan sencilla, pues no todas ellas son iguales a nuestro Sol. Algunas son muy calientes, tienen una vida muy corta y emiten mucha luz ultravioleta, de efectos letales para la vida. Por lo mismo, no se espera que contribuyan a su aparición. Otras, por el. contrario, son muy frías y poco luminosas, de modo que los planetas que orbitan a su alrededor deben estar congelados. Sin embargo, en la Vía Láctea hay un gran número que presenta condiciones semejantes a las del Sol. Si sólo el 10% de las estrellas de la galaxia exhibiera características similares a éste, eso significaría que unos 20 mil millones de ellas son aptas para el surgimiento de la vida.

No siempre las condiciones estelares son propicias para le formación de vida. Aquí se dibujan dos estrellas gemelas en la constelación de Cefeo. Un chorro de gas emitido por la mayor envuelve a ambas.

LA DISTANCIA ADECUADA 


Sin embargo, la aparición de la vida en torno a una estrella no sólo depende de que ésta exhiba condiciones similares a nuestro Sol. Es preciso, además, que tenga un planeta orbitando a la distancia adecuada.

En nuestro sistema solar, el planeta Mercurio está demasiado cerca del Sol, por lo que su superficie es muy caliente. En cambio Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón están demasiado lejos, por lo que se hielan.

Sólo Venus, la Tierra y Marte se encuentran a la distancia correcta como para tener una temperatura compatible con la formación de la vida. Sin embargo, por factores que aún no son claros para la ciencia, estos planetas han evolucionado de manera muy diferente entre sí. Venus es un verdadero infierno, con temperaturas de casi 500 grados y una atmósfera tan densa que la presión en ella supera 90 veces a la terrestre. Además (y como si lo anterior fuese poco), en la atmósfera hay nubes de ácido sulfúrico. Con razón se dice que muchos infiernos de la literatura son sólo un pálido reflejo de un paisaje venusiano.

Marte, al contrario, perdió casi toda su atmósfera y con ella la capacidad para retener líquidos sobre su superficie. No hay mares, ni océanos, ni ríos, ni lagos. Sin embargo, en el pasado tuvo ríos y agua fluyente, como lo prueban las fotografías tomadas por las sondas espaciales Mariner. Algo pasó (ignoramos qué) que la transformó, debilitándola; haciéndola tan sutil que ya no pudo conservar más líquidos. Las naves Vikins fracasaron en su búsqueda de vida en su superficie, No se han detectado ni animales ni plantas, ni siquiera microorganismos, que son la más mínima expresión de ésta.

Para recibir emisiones de radio procedentes de otras civilizaciones en la galaxia, los científicos proponen el uso masivo de radiotalescopios, tal como se ilustra en esta maqueta.

SEMEJANTES A LA TIERRA


Si en torno a la mitad de las estrellas de nuestra galaxia semejantes al Sol orbitase un planeta, en el lugar preciso como para tener una temperatura favorable a la aparición de la vida, entonces en la Vía Láctea habría diez mil millones de planetas semejantes a la Tierra.

Ahora bien, para conocer en cuántos de ellos puede haber vida inteligente y con habilidad tecnológica, con la cual pudiésemos comunicarnos por radio, habría que saber cuán probable es que ésta surja cuando las condiciones de un planeta son las adecuadas; cuán factible es que evolucione hasta generar seres inteligentes y, por ultimo, cuán posible es que éstos formen una sociedad de orientación tecnológica.

La consideración de todos estos factores escapa al dominio de la astronomía y.es de competencia de ciencias como la bioquímica, la biología o la sociología. Sin embargo, según estimaciones de varios científicos, es posible que en uno de cada cien planetas surja una civilización técnicamente avanzada. Por lo tanto, en la Vía Láctea habría cien millones de planetas en los que, en algún momento de su desarrollo, surgió una civilización tecnológica.

No todas las civilizaciones evolucionan forzosamente hacia sociedades tecnológicas. En el universo pueden haber muchas integradas por poetas (que posiblemente sobrevivan mejor), muy respetables por cierto. Desgraciadamente, con ellas nunca podremos, comunicarnos utilizando las ondas de radio. Nuestra intención se centra en las civilizaciones tecnológicas no porque las consideremos "las más avanzadas" o las mejores del cosmos, sino que porque sólo con ellas podemos entrar en contacto.

Más urgente que conocer cuántas civilizaciones esperamos estén ahí, en algún lugar de la Vía Láctea, a la espera de comunicarse con nosotros, es resolver un problema crucial: saber cuál es la longevidad de una civilización técnicamente avanzada.

¿Cuanto vive una civilización de esta naturaleza antes de autodestruirse o de sucumbir frente a problemas provocados por ella misma y que es incapaz de resolver?

La única civilización tecnológicamente avanzada que, conocemos es la nuestra, y ha vivido como tal (es decir, con capacidad para comunicarse mediante ondas de radio con otros puntos del espacio) digamos que del año 1946, unos 62 años. Esto es, un lapso muy pequeño comparado con la vida de la galaxia.

Si las civilizaciones avanzadas carecieran de la sabiduría suficiente como para superar los problemas que trae consigo el avance tecnológico, y sólo vivieran (por ejemplo) cien años, los cien millones de civilizaciones de nuestra galaxia ya estarían extinguidos; pues para saber cuantas están vivas hoy, basta con averiguar qué porcentaje representa cien años en relación a la edad de la galaxia, una vida del orden de los diez mil millones de años. La proporción es uno a cien millones.

Eso significa que hoy estaría viva sólo una de los cien millones de civilizaciones que hayan existido en la Vía Láctea:
La nuestra. :look:


ALGO DE OPTIMISMO 


Pero no seamos tan pesimistas. Supongamos que una civilización técnicamente avanzada viviese mucho tiempo, unos cien millones de años, por ejemplo, y que solucionase todos los problemas que se le presentan. En ese caso habría en toda la galaxia un millón de civilizaciones que estarían vivas hoy y con las cuales podríamos, en principio, establecer contacto mediante ondas de radio.

Este numero (un millón de civilizaciones) puede parecer muy grande, pero las posibilidades de comunicación son menores si se recuerda que la distancia típica entre dos estrellas es de unos 4 años-luz, por lo que la distancia típica entre dos civilizaciones estelares sería de 400 años-luz. Aún si lográsemos saber exactamente cuál estrella contiene al planeta donde está la civilización más cercana a la nuestra, la posible conversación con sus miembros no sería fácil. Si en este momento dijésemos "¿Aló?", nuestro llamado demoraría 400 años en llegar a ellos; si respondieran de inmediato, pasarían otros 400 años antes de que su contestación a nuestro "Aló" (no sabemos cómo dirán ellos "Aló") llegase de vuelta. Es una posibilidad bastante poco excitante la de hablar por teléfono de ida y vuelta, en vivo y en directo, con nuestros vecinos más próximos. Las comunicaciones deberían ser en una sola dirección. Nosotros podríamos mandar una gran cantidad de información en mensajes radiales especialmente codificadcs para que ellos los comprendieran, y tener la esperanza de que algún día, alguien los escuchara, supiera de nuestra existencia en el cosmos y aprendiera algo de nosotros. De igual modo, deberíamos escuchar con antenas adecuadas las bandas de radio, para saber si alguien, desde algún punto de la galaxia, ha radiado ya un mensaje dando a conocer su presencia y contando cómo es la civilización a que pertenece. Se trata de practicar la actividad de los radioaficionados, pero en escala cósmica.

El descubrimiento inequívoco de otras civilizaciones en la galaxia puede ser uno de los mayores impactos sufridos por nuestro mundo. Sería fascinante aprender millones de cosas impensadas gracias a1 contacto con seres extraterrestres inteligentes.

Algunos temen ese contacto, pues hay una altísima probabilidad de que seamos una de las civilizaciones más atrasadas de la galaxia. Si hubiese muchas, seria porque han vivido largo tiempo como tales, varios millones de años; y nosotros, como civilización tecnológica, sólo tenemos cuarenta años, un instante en comparaciones con millones de años. Los temores humanos van desde los que creen que vendrían a comernos, matarnos, robarnos, etc. (suponiéndolas a los extraterrestres características muy humanas), hasta los que piensan que el impacto seria tan grande que todo nuestro desarrollo histórico-cultural pasaría a segundo plano en relación al suyo, y que nos ocurriría lo que les pasó a los incas y a los aztecas precolombinos, que fueron culturalmente avasallados por el europeo.

PRIMER CONTACTO




Por el momento han sido identificados algo más de 300 planetas extrasolares, la mayor parte gigantes de gas semejantes a Júpiter. Sin embargo, los avances en los sistemas de detección permiten encontrar cada vez más con características parecidas a la Tierra, hasta el punto de que algunos astrónomos plantean que en pocos años podríamos dar con un exoplaneta -planeta que no pertenece al Sistema Solar- capaz de albergar vida tal y como la conocemos, e incluso vida inteligente. Con este último fin la NASA tiene preparado el lanzamiento de la sonda Kepler en febrero de 2009, la cual va equipada con un fotómetro capaz de detectar mundos en zonas consideradas por los astrónomos como habitables.