La Virgen María, considerada en la teología católica como la madre de Dios, ocupa un lugar excepcional en esa religión y en la cultura occidental. El personaje histórico se ha multiplicado en numerosas representaciones y advocaciones espirituales que hoy son objeto de culto y veneración en diversos santuarios del mundo. Por Rafael Muñoz Saldaña y Yolanda Galaz Tobar
EL PODER DE LA VIRGEN
Historia y desarrollo del culto mariano
FUENTE: Revista MUY INTERESANTE (edición Diciembre de 2009).
FUENTE: Revista MUY INTERESANTE (edición Diciembre de 2009).
En ciertas religiones previas al cristianismo, las mujeres vírgenes representaban un importante papel asociado a la virtud y pureza. El ejemplo más cercano en términos cronológicos es el de las vírgenes vestales de la religión romana. Eran seis sacerdotisas encargadas de cuidar el templo de la diosa Vesta (deidad relacionada con el hogar) en un culto de Estado que se mantuvo vigente entre los siglos VII a. C. y IV d. C. Su selección quedaba a cargo del Pontífice Máximo, una de las más importantes autoridades religiosas de la antigua Roma, y se llevaba a cabo cuando tenían entre seis y siete años de edad. Su etapa de servicio se extendía por 30 años, en los que debían evitar cualquier tipo de contacto sexual. Su hogar era la Casa de las Vírgenes Vestales, ubicada cerca del Foro Romano; allí se encargaban de preparar alimentos rituales, mantener vivo el Fuego Perpetuo del Templo -que fue llevado por Eneas desde Troya- y organizar las ceremonias y festividades en honor a su diosa. Cuando hacían caso omiso del voto de castidad se les enterraba vivas, porque estaba prohibido derramar su sangre.
Además de contar con esta suerte de sacerdotisas, la religión romana adoraba a diversas diosas vírgenes de origen griego. Entre ellas se hallaba la propia Hestia (la versión griega de Vesta), así como Artemisa (diosa de la cacería y la Luna) y Atenea (diosa de la sabiduría), quienes también tienen un equivalente en la mitología nórdica. Esta trilogía femenina cumplía un triple papel -virgen, madre y matrona (en el sentido de una mujer mayor y experimentada)- y, al igual que algunas deidades anteriores, se les relacionaba con las fases cambiantes de la Luna. En ellas se sintetizaba lo mejor de los atributos femeninos; la mujer como dadora de vida, fuente de alimento, conocedora de los misterios de la transformación y muerte, y dueña de conocimientos sobre el mundo. Curiosamente en esas religiones no hallamos una característica central de la Virgen: la capacidad de concebir sin haber mantenido acceso carnal. Ese es el rasgo que distingue a María de todas sus antecesoras.
La historia de María
Para la religión católica Dios posee una sola naturaleza, la divina, pero con tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Siendo un solo Dios, Jesucristo es la representación del hijo en forma humana de Dios mismo, con todo lo que ello conlleva, y María fue escogida de entre todas las mujeres para que de ella naciera el Mesías. Eso explica la importancia que se le da en ese contexto. De acuerdo con diversas interpretaciones teológicas, su existencia se profetiza en el Antiguo Testamento y en sus páginas se encuentran diferentes personajes, tipos y alusiones que la anuncian.
Entre ellos se menciona a Sara, Débora, Judith y Ester, a la esposa que es la figura central del Cantar de los Cantares y hasta elementos simbólicos, como el Arca de la Alianza. Se ha dicho también que guarda unaconexión profunda con Eva. Mientras ésta es la madre carnal de los seres humanos, María es la madre espiritual, pero con el agregado de la gracia -la posibilidad de conseguir y canalizar los favores de Dios.
La importancia de María procede, sin embargo, del Nuevo Testamento y los evangelios del canon. En ellos se dice, en ocho ocasiones, que es la madre de Dios. Estos textos relatan que era descendiente del rey David y que precisamente por esa noble herencia fue elegida para concebirá Dios. Los evangelios apócrifos revelan el nombre de sus padres, Ana y Joaquín, y otros documentos aseguran que era nativa de Bethesda, un barrio de Jerusalén. Al nacer, de acuerdo con el decreto Inefjhbilis Dzus, pronunciado por el papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, estuvo libre del pecado original, fenómeno que se conoce como la 'Inmaculada Concepción", en virtud del cual fue desde el origen una mujer pura, sin la mancha del pecado original.
Asimismo, los evangelios narran su presentación en el Templo a los tres años de edad, donde tal vez se estableció su voto de castidad. A través de ellos también conocemos su matrimonio -concertado entre los padres de ambos- con José, hombre mayor que ella quien se comprometió a respetar su virginidad y a velar por su pureza. El siguiente hecho notable de su vida es la Anunciación, es decir, la aparición del arcángel Gabriel para informarle que el Espíritu Santo concebiría en ella al hijo de Dios, o en lenguaje teológico, para comunicarle la Encarnación del Verbo. En Lucas 1:26-38 conocemos los detalles de este acontecimiento central para los cristianos: "Mas el ángel le dijo: 'No temas, María, porque has hallado gracia cerca de Dios. He aquí que vas a concebir en tu seno, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado el Hijo del Altísimo; y el señor Dios le dará el trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob por los siglos, y su reinado no tendrá fin"'.
En las siguientes líneas queda plenamente establecida su condición virginal. Inquieta por la noticia, María le pregunta al Ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco varón?" (en el lenguaje bíblico conocer significa tener relaciones sexuales). El ángel la reconforta con una explicación enigmática: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá". Momentos después Gabriel le avisa que, como prueba del poder de Dios, su prima Isabel, sexagenaria y estéril, dará a luz un hijo de su marido Zacarías. Ese niño nació y fue Juan el Bautista, quien dedicó su vida a anunciarla venida del Cristo.
Mientras los evangelios del canon presentan una inmediata reacción positiva por parte de María, los evangelios apócrifos describen los hechos de una manera más verosímil desde el punto de vista psicológico: María se asusta por lo acontecido y se considera 'desgraciada' en la medida en que nadie creerá en esa concepción sobrenatural, empezando por su esposo. Sin embargo, los evangelios del canon aclaran que José moderó su reacción inicial de enojo, desconsuelo y repudio provocada por la noticia del embarazo, cuando el ángel del Señor lo visitó en un sueño y le explicó: "José, hijo de David, no temas recibirá María tu esposa, porque su concepción es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús (Salvador) porque Él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mateo 1:24). Estos hechos extraños y paranormales sientan las bases de la religión católica.
Madre de Jesús
A partir de la Anunciación, lo que sabemos de la Virgen está siempre ligado a la vida de su hijo Jesús, una serie de hechos que forman parte de la cultura religiosa promedio en el mundo occidental: el nacimiento del pequeño -que no afectó la virginidad de su madre-, la circuncisión, la presentación en el Templo, la visita de los Reyes Magos, la huida a Egipto y la vida posterior de la Sagrada Familia en Nazaret. Los vacíos informativos con respecto a la vida de Jesús lo son también con respecto a la existencia de la Virgen, y sólo nos enteramos que, conforme Jesús crecía, María "guardaba sus palabras en el corazón". Varios intérpretes de la historia sagrada en los siglos posteriores no pudieron llenar esos vacíos, pero sí inferir algunos acontecimientos y especular sobre María. Se asume que no tuvo otros hijos (los "hermanos del Señor" mencionados en los evangelios fueron, en teoría, sus primos) y que siguió a 1 lado de José. Se establece, asimismo, su perfecta santidad y Conforme Jesús crecía, la Virgen "guardaba sus palabras en el corazón" su maternidad divina, todo como parte de un sistema de creencias.
Conforme Jesús crecía, la Virgen "guardaba sus palabras en el corazón".
María reaparece en los evangelios cuando Jesús retoma su vida pública. En las Bodas de Cana es ella quien le informa que los invitados se han quedado sin vino. Él le contesta con palabras más bien descorteses para tratarse de una relación filial (u¿Qué nos va en esto a ti y a mí, mujer? Mihora no ha venido todavía"), que han sido material de reflexión en los siglos posteriores. Durante el apostolado de Cristo, María desaparece casi por completo y el propio profeta se desmarca de una relación demasiado estrecha o directa con la madre, como enfatizando su carácter divino. Algunos análisis de esa actitud señalan que, en realidad, Cristo no despreciaba a su madre; más bien trataba de señalar, una y otra vez, la importancia de los vínculos espirituales con Dios, mayor y más trascendente que cualquier relación terrenal incluyendo a la familia consanguínea, Esta impresión de aleja miento y frialdad se disipa en uno de los momentos cruciales de la vida de Jesús: su Pasión. Cuenta la leyenda que madre e hijo se encontraron mientras Cristo ascendía al Calvario y que, al atestiguar lo que pasaba, la Virgen se desmayó. En algunas reconstrucciones del Via. Crucis este episodio se representa con el nombre de "Santa María del Espasmo".
Más allá de esta anécdota apócrifa sabemos -por el Evangelio de Juan- que la Virgen estuvo al pie de la cruz donde Cristo agonizaba, acompañada por Juan, el discípulo más amado. Cristo les dedicó una de sus Siete Palabras (19:25-27): "Jesús, viendo a su madre y, junto a ella, al discípulo que amaba, dijo a su madre: «Mujer, he ahí a tu hijo». Después dijo al discípulo: «Hijo, he ahí a tu madre»." Estas breves líneas sirvieron para que la posteridad definiera a María como madre espiritual no sólo de Juan, sino de toda la humanidad.
Ningún reporte evangélico de la Resurrección refiere, por lo demás, que Jesús se le haya aparecido a su madre, aunque algunos escritores católicos infieren que así fue. María, reaparece en los libros del Nuevo Testamento que siguen a los evangelios. Por el Libro de los Hechos de los Apóstoles sabemos que se mantu vo al lado de los discípulos después de la Crucifixión y hasta eltiempo del Pentecostés, 40 días después de la Resurrección, cuando el Espíritu Santo descendió del cielo con la forma de lengua de fuego y se posó sobre cada uno de ellos para infundirles sus dones. El cuerpo de María se llenó de él por segunda ocasión.
Lo que ocurrió con ella en el tiempo que siguió no es muy claro y la Enciclopedia Católica acepta que "no poseemos ningún documento auténtico directamente relacionado con la vida de la Virgen después del Pentecostés". No hay certezas sobre el lugar donde pasó sus últimos días; algunosexpertos aseguran que permaneció en Jerusalén; otros, que murió en Éfeso. Se calcula que falleció alrededor del año 48 d. C. Los creyentes no se refieren a su muerte, sino a su 'Dormición' y aseguran que, una vez ocurrida, los ángeles bajaron para conducirla al cielo, hecho conocido como Asunción. El vocablo se distingue de la Ascensión de Cristo, porque él no necesitó de los seres alados para dirigirse a las alturas: subió impulsado por su propia fuerza.
Nace el culto mariano
La veneración por la Virgen María fue cobrando forma durante los primeros siglos de la cristiandad. Aparte de la tradición oral y las escrituras que después serían canónicas o apócrifas según las decisiones de los concilios, fue posible gracias a sus primeras representaciones. La más remota (realizada quizás en el siglo II) se halló en las Catacumbas de Priscila, cementerio paleocristiano ubicado en Roma. Aparece acompañada de un profeta del Antiguo Testamento -no se distingue de quién se trata- y está a punto de darle pecho al pequeño Jesús. Hay otras, posteriores, en las Catacumbas de Domitila y Calixto, y en los cementerios de San Pedro y Marcelino. Al parecer a ella se asimiló el culto a la diosa egipcia Isis, la gran Maga, madre protectora de Horus.
Sin embargo, para los primeros cristianos aquellos erantiempos de persecuciones, ya que se les oponía la religión romana de Estado con todo y sus vír genes vestales. Los mártires se convirtieron en ejemplos de fortaleza interior -genuinos "campeones de Dios"- y con certeza a partir de ellos se construyó el modelo de los santos: figuras de valor y entereza excepcionales que, en virtud de haber dado la vida para defender las enseñanzas de Cristo, al morir alcanzaron el estatus de intercesores, o abogados de las causas humanas ante la inteligencia divina.
En algunos monumentos funerarios datados entre los siglos IV y V, se representaba a los santos para que bendijeran y protegieran a los difuntos. Entre ellos es sobresaliente la presencia de la Virgen, a quien se identifica con el nombre de Mará, o María. Hay quien asegura que la veneración por ella fue una corrupción del cristianismo original, pero lo cierto es que desde sus inicios la Virgen María tenía una categoría especial que se distinguió y consolidó con el paso de los siglos, y fue también, en gran medida, una construcción de los teólogos. La Virgen figura en las primeras obras teológicas importantes. San Ireneo, obispo de Lyon (130-202), la menciona como "nuestra más eminente abogada", San Ignacio de Antioquia (40-114) establece una conexión entre los misterios de la vida de Jesús y los de la propia Virgen. La Resurrección, el Alumbramiento y la Virginidad de la madre forman un conjunto extraño y prodigioso que, de acuerdo con Ignacio, es por completo desconocido por el demonio.
El significado sobrenatural de la Virgen era un tema que, decididamente, inspiraba a éstos y otros autores de aquellos tiempos. No todos tenían puntos de vista uniformes y se suscitaban controversias siempre ligadas a las discusiones en torno a la figura y el carácter mismo de Jesús. Una corriente aseguraba que era Theotokos, vocablo griego que significa "madre de Dios". Otra, la de Néstor, el patriarca de Constantinopla, la reducía a Christotokos, o "madre de Jesús", pues sólo estaba relacionada con la parte humana de éste, El Concilio de Éfeso (realizado en 431) repudió la 'herejía' nestoriana, se pronunció por el carácter divino y, desde entonces, María ocupó un papel excepcional dentro y fuera de la Iglesia católica.
Su culto comenzó a volverse más popular después del Concilio y desde inicios del siglo V empezó a celebrarse el día de María Theotokos en Jerusalén, que más tarde se convirtió en la fiesta de la Dormición o la Asunción. A partir de un evangelio apócrifo, el Protoevangelio de Santiago, se establecieron las fiestas de la Navidad, la Presentación y la Concepción que fueron reforzando aspectos clave de la personalidad mariana.
En su estudio sobre El culto a la Virgen María, el Papa Juan Pablo II nos señala que éste "se ha desarrollado hasta nuestros días con admirable continuidad alternando periodos florecientes con otros críticos, los cuales, sin embargo, han tenido con frecuencia el mérito de promover aún más su renovación", El jerarca polaco aseguraba que en la época actual "el culto mariano parece destinado a desarrollarse en armonía con la profundización del misterio de la Iglesia y en diálogo con las culturas contemporáneas, para arraigarse cada vez más en la fe y en la vida del pueblo peregrino en la tierra". Uno de los cambios más importantes con respecto a la imagen y el papel de María en la historia del cristianismo es considerarla una figura de primera importancia en la obra de redención humana, Fue el mismo pontífice quien le otorgó ese peculiar carácter de corredento-ra; la consideró una nueva Eva, como madre espiritual y compañera de Jesús, el nuevo Adán o padre espiritual de la humanidad. Por otra parte destacó su papel central en la Pasión: ella aceptó concebir a Jesucristo, dar vida a quien sería la víctima del sacrificio. En consistencia con ese papel, la Iglesia le ha consagrado un tipo de adoración especial, la hiperdulía -realizada por cristianos católicos, ortodoxos y algunos protestantes-, situada entre la dulía que se da a los santos, y la latría que se reserva a Dios, Por otra parte, los teólogos le dedican un área de estudio especial: la Mariología.
Las advocaciones
Más allá de los debates teológicos, la imagen de la Virgen María ha tenido un enorme alcance cultural entre los fieles católicos. En buena medida ha sido posible gracias a las llamadas advocaciones marianas. En su ensayo Las advocaciones mañanas, los padres Javier Alson y Antonio Larroca nos explican que el concepto de "advocación" se refiere, por una parte, al sim pie hecho de invocar y, por otra, a la adoración que se le rinde a un objeto específico que cambia de apariencia en la práctica histórica pero conserva la misma esencia.
A lo largo de los siglos, los diferentes pueblos y culturas han rendido culto a versiones regionales de la Virgen que, sin embargo, es la misma María de las Escrituras, la madre de Jesús que adora, por ejemplo, a la Virgen de Guadalupe, o a la de Fátima, sólo está expresando su amor por la María única y su hijo Jesucristo. Esas adaptaciones particulares son posibles mediante el fenómeno de inculturación, definido por Juan Pablo II en su Encíclica Slavorum Apostoli como "la encarnación del Evangelio en las culturas autóctonas".
Las diversas advocaciones marianas son resultado de ese proceso de inculturación, explican Alson y Larroca, quienes lo fundamentan en la diversidad de necesidades populares y la admirable capacidad de adecuación de María como el arquetipo materno: "Se adapta a cada lugar en su lenguaje, su raza y su vestidura... Hace entender lo que quiere transmitir en el lenguaje y mentalidad de cada pueblo donde interviene". Para describir este fenómeno, los autores -sin escapar a algunos malentendidos históricos- recurren al caso específico de la Virgen de Guadalupe:
El pueblo mexica cada día sacrificaba al Sol seres humanos y le ofrecía sus corazones palpitantes para que siguiera la vida. La Virgen María, que en esta advocación se llama Guadalupe, les dice en su idioma que ya no hagan ese sacrificio, que ella le va a ofrecer a Dios el corazón de su Hijo y que con esa ofrenda es suficiente para satisfacer a Dios. Después de esto dejaron de realizar estos sacrificios humanos, "La Virgen María entró de tal manera en la identidad del pueblo mexicano que incluso se dice comúnmente que antes de mexicano se es guadalupano, y sabemos lo que implica para ellos ser mexicanos, su fuerte cultura e identidad como pueblo y país."
A esta visión católica hay que enfrentar algunos aspectos críticos. Una elaboración artificial, una invención, para impulsar los planes de evangeli-zación o consolar a un pueblo inmerso en un conflicto histórico. El otro es que muchos fieles que se apegan a alguna advocación mariana no guardan un rigor metodológico a la hora de creer: no todos tienen claro que, en teoría, la patrona de su localidad es un reflejo de María y que ésta es, a su vez, un reflejo de Cristo, y que éste es una imagen de Dios. Así las cosas, algunos cultos locales, como el guadalupanismo, parecen por momentos religiones independientes. Mientras tanto, otras derivaciones del cristianismo, como la religión protestante, se resisten a venerarla.
Pero con dos mil años de historia a cuestas y los cientos de rostros que le han dado igual número de culturas locales -incluyendo a la religión islámica, que la llama Maryam bint Imran y la consideran como una mujer sumamente virtuosa- la Virgen está hoy más viva que nunca como una suerte de madre espiritual de la humanidad. Es difícil que la inocente doncella judía que recibió la visita del arcángel Gabriel haya imaginado su perdurabilidad en el corazón de los creyentes, de los sufrientes, de los afligidos que día tras día le imploran, entre estampas y velas, el fin de sus padecimientos. "Dichosos -reza un evangelio apócrifo- el asno y el buey del pesebre que atestiguaron su maternidad, vieron salir de su vientre a Jesús recién nacido y compartieron con ellos su tibio aliento en la noche de Belén".
Para la religión católica Dios posee una sola naturaleza, la divina, pero con tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Siendo un solo Dios, Jesucristo es la representación del hijo en forma humana de Dios mismo, con todo lo que ello conlleva, y María fue escogida de entre todas las mujeres para que de ella naciera el Mesías. Eso explica la importancia que se le da en ese contexto. De acuerdo con diversas interpretaciones teológicas, su existencia se profetiza en el Antiguo Testamento y en sus páginas se encuentran diferentes personajes, tipos y alusiones que la anuncian.
Entre ellos se menciona a Sara, Débora, Judith y Ester, a la esposa que es la figura central del Cantar de los Cantares y hasta elementos simbólicos, como el Arca de la Alianza. Se ha dicho también que guarda una
La importancia de María procede, sin embargo, del Nuevo Testamento y los evangelios del canon. En ellos se dice, en ocho ocasiones, que es la madre de Dios. Estos textos relatan que era descendiente del rey David y que precisamente por esa noble herencia fue elegida para concebirá Dios. Los evangelios apócrifos revelan el nombre de sus padres, Ana y Joaquín, y otros documentos aseguran que era nativa de Bethesda, un barrio de Jerusalén. Al nacer, de acuerdo con el decreto Inefjhbilis Dzus, pronunciado por el papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, estuvo libre del pecado original, fenómeno que se conoce como la 'Inmaculada Concepción", en virtud del cual fue desde el origen una mujer pura, sin la mancha del pecado original.
Asimismo, los evangelios narran su presentación en el Templo a los tres años de edad, donde tal vez se estableció su voto de castidad. A través de ellos también conocemos su matrimonio -concertado entre los padres de ambos- con José, hombre mayor que ella quien se comprometió a respetar su virginidad y a velar por su pureza. El siguiente hecho notable de su vida es la Anunciación, es decir, la aparición del arcángel Gabriel para informarle que el Espíritu Santo concebiría en ella al hijo de Dios, o en lenguaje teológico, para comunicarle la Encarnación del Verbo. En Lucas 1:26-38 conocemos los detalles de este acontecimiento central para los cristianos: "Mas el ángel le dijo: 'No temas, María, porque has hallado gracia cerca de Dios. He aquí que vas a concebir en tu seno, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado el Hijo del Altísimo; y el señor Dios le dará el trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob por los siglos, y su reinado no tendrá fin"'.
En las siguientes líneas queda plenamente establecida su condición virginal. Inquieta por la noticia, María le pregunta al Ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco varón?" (en el lenguaje bíblico conocer significa tener relaciones sexuales). El ángel la reconforta con una explicación enigmática: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá". Momentos después Gabriel le avisa que, como prueba del poder de Dios, su prima Isabel, sexagenaria y estéril, dará a luz un hijo de su marido Zacarías. Ese niño nació y fue Juan el Bautista, quien dedicó su vida a anunciarla venida del Cristo.
Mientras los evangelios del canon presentan una inmediata reacción positiva por parte de María, los evangelios apócrifos describen los hechos de una manera más verosímil desde el punto de vista psicológico: María se asusta por lo acontecido y se considera 'desgraciada' en la medida en que nadie creerá en esa concepción sobrenatural, empezando por su esposo. Sin embargo, los evangelios del canon aclaran que José moderó su reacción inicial de enojo, desconsuelo y repudio provocada por la noticia del embarazo, cuando el ángel del Señor lo visitó en un sueño y le explicó: "José, hijo de David, no temas recibirá María tu esposa, porque su concepción es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús (Salvador) porque Él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mateo 1:24). Estos hechos extraños y paranormales sientan las bases de la religión católica.
Madre de Jesús
A partir de la Anunciación, lo que sabemos de la Virgen está siempre ligado a la vida de su hijo Jesús, una serie de hechos que forman parte de la cultura religiosa promedio en el mundo occidental: el nacimiento del pequeño -que no afectó la virginidad de su madre-, la circuncisión, la presentación en el Templo, la visita de los Reyes Magos, la huida a Egipto y la vida posterior de la Sagrada Familia en Nazaret. Los vacíos informativos con respecto a la vida de Jesús lo son también con respecto a la existencia de la Virgen, y sólo nos enteramos que, conforme Jesús crecía, María "guardaba sus palabras en el corazón". Varios intérpretes de la historia sagrada en los siglos posteriores no pudieron llenar esos vacíos, pero sí inferir algunos acontecimientos y especular sobre María. Se asume que no tuvo otros hijos (los "hermanos del Señor" mencionados en los evangelios fueron, en teoría, sus primos) y que siguió a 1 lado de José. Se establece, asimismo, su perfecta santidad y Conforme Jesús crecía, la Virgen "guardaba sus palabras en el corazón" su maternidad divina, todo como parte de un sistema de creencias.
Conforme Jesús crecía, la Virgen "guardaba sus palabras en el corazón".
María reaparece en los evangelios cuando Jesús retoma su vida pública. En las Bodas de Cana es ella quien le informa que los invitados se han quedado sin vino. Él le contesta con palabras más bien descorteses para tratarse de una relación filial (u¿Qué nos va en esto a ti y a mí, mujer? Mi
Más allá de esta anécdota apócrifa sabemos -por el Evangelio de Juan- que la Virgen estuvo al pie de la cruz donde Cristo agonizaba, acompañada por Juan, el discípulo más amado. Cristo les dedicó una de sus Siete Palabras (19:25-27): "Jesús, viendo a su madre y, junto a ella, al discípulo que amaba, dijo a su madre: «Mujer, he ahí a tu hijo». Después dijo al discípulo: «Hijo, he ahí a tu madre»." Estas breves líneas sirvieron para que la posteridad definiera a María como madre espiritual no sólo de Juan, sino de toda la humanidad.
Ningún reporte evangélico de la Resurrección refiere, por lo demás, que Jesús se le haya aparecido a su madre, aunque algunos escritores católicos infieren que así fue. María, reaparece en los libros del Nuevo Testamento que siguen a los evangelios. Por el Libro de los Hechos de los Apóstoles sabemos que se mantu vo al lado de los discípulos después de la Crucifixión y hasta el
Lo que ocurrió con ella en el tiempo que siguió no es muy claro y la Enciclopedia Católica acepta que "no poseemos ningún documento auténtico directamente relacionado con la vida de la Virgen después del Pentecostés". No hay certezas sobre el lugar donde pasó sus últimos días; algunos
Nace el culto mariano
La veneración por la Virgen María fue cobrando forma durante los primeros siglos de la cristiandad. Aparte de la tradición oral y las escrituras que después serían canónicas o apócrifas según las decisiones de los concilios, fue posible gracias a sus primeras representaciones. La más remota (realizada quizás en el siglo II) se halló en las Catacumbas de Priscila, cementerio paleocristiano ubicado en Roma. Aparece acompañada de un profeta del Antiguo Testamento -no se distingue de quién se trata- y está a punto de darle pecho al pequeño Jesús. Hay otras, posteriores, en las Catacumbas de Domitila y Calixto, y en los cementerios de San Pedro y Marcelino. Al parecer a ella se asimiló el culto a la diosa egipcia Isis, la gran Maga, madre protectora de Horus.
Sin embargo, para los primeros cristianos aquellos eran
En algunos monumentos funerarios datados entre los siglos IV y V, se representaba a los santos para que bendijeran y protegieran a los difuntos. Entre ellos es sobresaliente la presencia de la Virgen, a quien se identifica con el nombre de Mará, o María. Hay quien asegura que la veneración por ella fue una corrupción del cristianismo original, pero lo cierto es que desde sus inicios la Virgen María tenía una categoría especial que se distinguió y consolidó con el paso de los siglos, y fue también, en gran medida, una construcción de los teólogos. La Virgen figura en las primeras obras teológicas importantes. San Ireneo, obispo de Lyon (130-202), la menciona como "nuestra más eminente abogada", San Ignacio de Antioquia (40-114) establece una conexión entre los misterios de la vida de Jesús y los de la propia Virgen. La Resurrección, el Alumbramiento y la Virginidad de la madre forman un conjunto extraño y prodigioso que, de acuerdo con Ignacio, es por completo desconocido por el demonio.
El significado sobrenatural de la Virgen era un tema que, decididamente, inspiraba a éstos y otros autores de aquellos tiempos. No todos tenían puntos de vista uniformes y se suscitaban controversias siempre ligadas a las discusiones en torno a la figura y el carácter mismo de Jesús. Una corriente aseguraba que era Theotokos, vocablo griego que significa "madre de Dios". Otra, la de Néstor, el patriarca de Constantinopla, la reducía a Christotokos, o "madre de Jesús", pues sólo estaba relacionada con la parte humana de éste, El Concilio de Éfeso (realizado en 431) repudió la 'herejía' nestoriana, se pronunció por el carácter divino y, desde entonces, María ocupó un papel excepcional dentro y fuera de la Iglesia católica.
Su culto comenzó a volverse más popular después del Concilio y desde inicios del siglo V empezó a celebrarse el día de María Theotokos en Jerusalén, que más tarde se convirtió en la fiesta de la Dormición o la Asunción. A partir de un evangelio apócrifo, el Protoevangelio de Santiago, se establecieron las fiestas de la Navidad, la Presentación y la Concepción que fueron reforzando aspectos clave de la personalidad mariana.
En su estudio sobre El culto a la Virgen María, el Papa Juan Pablo II nos señala que éste "se ha desarrollado hasta nuestros días con admirable continuidad alternando periodos florecientes con otros críticos, los cuales, sin embargo, han tenido con frecuencia el mérito de promover aún más su renovación", El jerarca polaco aseguraba que en la época actual "el culto mariano parece destinado a desarrollarse en armonía con la profundización del misterio de la Iglesia y en diálogo con las culturas contemporáneas, para arraigarse cada vez más en la fe y en la vida del pueblo peregrino en la tierra". Uno de los cambios más importantes con respecto a la imagen y el papel de María en la historia del cristianismo es considerarla una figura de primera importancia en la obra de redención humana, Fue el mismo pontífice quien le otorgó ese peculiar carácter de corredento-ra; la consideró una nueva Eva, como madre espiritual y compañera de Jesús, el nuevo Adán o padre espiritual de la humanidad. Por otra parte destacó su papel central en la Pasión: ella aceptó concebir a Jesucristo, dar vida a quien sería la víctima del sacrificio. En consistencia con ese papel, la Iglesia le ha consagrado un tipo de adoración especial, la hiperdulía -realizada por cristianos católicos, ortodoxos y algunos protestantes-, situada entre la dulía que se da a los santos, y la latría que se reserva a Dios, Por otra parte, los teólogos le dedican un área de estudio especial: la Mariología.
Las advocaciones
Más allá de los debates teológicos, la imagen de la Virgen María ha tenido un enorme alcance cultural entre los fieles católicos. En buena medida ha sido posible gracias a las llamadas advocaciones marianas. En su ensayo Las advocaciones mañanas, los padres Javier Alson y Antonio Larroca nos explican que el concepto de "advocación" se refiere, por una parte, al sim pie hecho de invocar y, por otra, a la adoración que se le rinde a un objeto específico que cambia de apariencia en la práctica histórica pero conserva la misma esencia.
A lo largo de los siglos, los diferentes pueblos y culturas han rendido culto a versiones regionales de la Virgen que, sin embargo, es la misma María de las Escrituras, la madre de Jesús que adora, por ejemplo, a la Virgen de Guadalupe, o a la de Fátima, sólo está expresando su amor por la María única y su hijo Jesucristo. Esas adaptaciones particulares son posibles mediante el fenómeno de inculturación, definido por Juan Pablo II en su Encíclica Slavorum Apostoli como "la encarnación del Evangelio en las culturas autóctonas".
Las diversas advocaciones marianas son resultado de ese proceso de inculturación, explican Alson y Larroca, quienes lo fundamentan en la diversidad de necesidades populares y la admirable capacidad de adecuación de María como el arquetipo materno: "Se adapta a cada lugar en su lenguaje, su raza y su vestidura... Hace entender lo que quiere transmitir en el lenguaje y mentalidad de cada pueblo donde interviene". Para describir este fenómeno, los autores -sin escapar a algunos malentendidos históricos- recurren al caso específico de la Virgen de Guadalupe:
El pueblo mexica cada día sacrificaba al Sol seres humanos y le ofrecía sus corazones palpitantes para que siguiera la vida. La Virgen María, que en esta advocación se llama Guadalupe, les dice en su idioma que ya no hagan ese sacrificio, que ella le va a ofrecer a Dios el corazón de su Hijo y que con esa ofrenda es suficiente para satisfacer a Dios. Después de esto dejaron de realizar estos sacrificios humanos, "La Virgen María entró de tal manera en la identidad del pueblo mexicano que incluso se dice comúnmente que antes de mexicano se es guadalupano, y sabemos lo que implica para ellos ser mexicanos, su fuerte cultura e identidad como pueblo y país."
A esta visión católica hay que enfrentar algunos aspectos críticos. Una elaboración artificial, una invención, para impulsar los planes de evangeli-zación o consolar a un pueblo inmerso en un conflicto histórico. El otro es que muchos fieles que se apegan a alguna advocación mariana no guardan un rigor metodológico a la hora de creer: no todos tienen claro que, en teoría, la patrona de su localidad es un reflejo de María y que ésta es, a su vez, un reflejo de Cristo, y que éste es una imagen de Dios. Así las cosas, algunos cultos locales, como el guadalupanismo, parecen por momentos religiones independientes. Mientras tanto, otras derivaciones del cristianismo, como la religión protestante, se resisten a venerarla.
Pero con dos mil años de historia a cuestas y los cientos de rostros que le han dado igual número de culturas locales -incluyendo a la religión islámica, que la llama Maryam bint Imran y la consideran como una mujer sumamente virtuosa- la Virgen está hoy más viva que nunca como una suerte de madre espiritual de la humanidad. Es difícil que la inocente doncella judía que recibió la visita del arcángel Gabriel haya imaginado su perdurabilidad en el corazón de los creyentes, de los sufrientes, de los afligidos que día tras día le imploran, entre estampas y velas, el fin de sus padecimientos. "Dichosos -reza un evangelio apócrifo- el asno y el buey del pesebre que atestiguaron su maternidad, vieron salir de su vientre a Jesús recién nacido y compartieron con ellos su tibio aliento en la noche de Belén".
La devoción del Rosario
Entre los ritos del culto mariano el rezo del Rosario ocupa un lugar preponderante. En una Bula de 1569 el Papa San Pío V lo definió así: "El Rosario o salterio de la Santísima Virgen es un modo piadosísimo de oración, al alcance de todos, que consiste en ir repitiendo el saludo que el ángel le dio a María; interponiendo un Padre Nuestro entre cada
diez Aves Marías y tratando de ir meditando mientras tanto en la vida de Nuestro Señor". Originalmente consistía en 15 Padres Nuestros y 150 Aves Marías, cifras que hoy se han elevado a 20 y 200. respectivamente Los místenos que llaman a la meditación se clasifican como Gozosos, Luminosos, Dolorosos y Glonosos.
Concebido como una
árabe, es una serie de cuentas en una cadenilla que permiten registrar manualmente el numero
de oraciones pronunciadas Un
Una parte fundamental del Rosario actual es la Letanía Lauretana, dirigida a la Virgen y a Jesús, compuesta en el siglo XVI En ella se pronuncia una serie de ruegos a la Virgen, que los sucesivos Papas han enriquecido con nuevas tíneas Se acostumbraba rezarla en latín, pero después del Concibo Vaticano n (1962-1965) se reza en la lengua local de la comunidad correspondiente.
Sus frases son una serie de elogios dirigidos a María y sin duda son las líneas más bellas que se le han dedicado a cualquier mujer en la historia de la literatura: "Madre de la divina gracia". "Madre inmaculada", "Espejo de justicia". 'Trono de sabiduría". Tuerta del cielo". "Estrella de la mañana" y "Consuelo de los afligidos", son sólo algunas de ellas
'Stabat Mater'
Entre las diferentes obras artísticas realizadas para celebrar a la Virgen destaca el Stabat Mater o Estaba la madre Se trata de un poema, compuesto por el autor italiano Jacopone da Todi (1230-1306). en el que se describe el sufrimiento de María al pie de la Cruz donde expira Jesucnsto. Su inicio reza así en la traducción reahzada por el poeta Félix Lope de Vega:
La Madre piadosa estaba
junto a la cruz y lloraba
mientras el Hijo pendía
Cuya alma, triste y llorosa.
traspasada y dolorosa.
fiero cuchillo tenía.
¡Oh. cuan triste y cuan aflicta
se vio la Madre bendita.
de tantos tormentos llena!
Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.
junto a la cruz y lloraba
mientras el Hijo pendía
Cuya alma, triste y llorosa.
traspasada y dolorosa.
fiero cuchillo tenía.
¡Oh. cuan triste y cuan aflicta
se vio la Madre bendita.
de tantos tormentos llena!
Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.
Lo más interesante de este poema es que. desde su creación y hasta el presente, ha sido musicatizado en más de400 versiones, entre las que se encuentran obras de gran belleza compuestas por autores tan importantes como Josquin Desprez (1500). Orlando di Lasso (1585). Marc-Antome Charpentier (ca. 1680). Domenico Scarlatti (1715). Antonio Vivaldi (1715). Giovanni BatistaPergolesa (1736). Franz JosephHaydn (1767). Luigi Boccherini (1781 y 1800). Gioacchino Rossáni (1837). Antonin Dvorak (1877). Francas Poulenc (1950). Krzysztof Penderectó (1962) y Arvo Párt (1985). Los de Vivaldi. Pergolesi y Boccherini forman parte de las piezas sacras más importantes en la histona de la
La Virgen de Czestochowa
La reliquia más sagrada de Polonia y uno de sus mayores símbolos nacionales es un icono de la Virgen María, quien está cubierta con un manto ornamentado con flores de hs y carga al niño Jesüs, el cual lleva en su
Se supone que llegó a Czestochowa en el siglo XIV y se dice que salvó a Polonia de una invasión sueca en el siglo XVII -episodio conocido como El Diluvio- por lo que el rey Jan Kazimierz la coronó com o reina y protectora de su nación en 1656. La piel de su rostro es negra, al parecer por las quemaduras que el retablo surnó durante un incendio. En la mejilla derecha muestra dos rasguños, aparentemente hechos con su espada por un husita que cayó fulminado de inmediato Su santuario es el más concurrido de Polonia y recibe millones de peregrinos cada año. A lo largo de su historia se le han atnbuido numerosos milagros, entre ellos el de proteger a las personas de los rayos.
La Virgen de la Candelaria
Una de las advocaciones mañanas más antiguas, cuya fiesta se celebra bs días 2 de febrero y 15 de agosto, es patrona de las Islas Canarias, en España, y de diversas ciudades en Colombia, Perü, México, Cuba, Costa Rica, Honduras, El Salvador. Venezuela y Chile -específicamente en la ciudad de Copiapó- Su tradición se remonta a inicios del siglo XV. cuando dos pastores guanches (indígenas de Cananas) de Tenerife vieron aparecer a una mujer que portaba a un pequeño en brazos. La imagen, convertida en una escultura, se trasladó a una cueva, pues los guanches la identificaron con sus deidades aborígenes. La aparición está ligada a la conquista de Canarias efectuada por los españoles en la etapa posterior y a la evangelización Ha llegado a decirse que la imagen fue introducida por unos frailes mallorquines que habían visitado la zona antes de la Conquista. En el siglo XVI la Virgen fue reconocida como Patrona Universal del Obispado de Cananas. Fue coronada en 1889 y es la patrona del Ejército Español el día de su fiesta recibe honores militares y visitan su Basílica los ctignatanos del gobierno. La imagen original desapareció durante un temporal en 1826 y la figura entronizada hoy es una reproducción elaborada al año siguiente, fiel en todos los detalles, incluyendo las extrañas leyendas (aun sin descifrar) inscritas en sus prendas.
La Virgen de Guadalupe
Considerada una de las advocaciones mañanas más importantes del mundo, la Virgen de Guadalupe desempeñó un papel de excepcional importancia en el proceso de evan-gelización desarrollado por los españoles en las Americas. De acuerdo con el relato canónico de los hechos -el documento conocido comoNican Mopohua-, en diciembre de 1531 se le apareció al indio Juan Diego Cuauhtlatoatzin (canonizado en 2002) en el cerro del Tepeyac. en cuatro ocasiones. En la ultima (el 12 de diciembre) le indicó que se presentara ante el obispo Fray Juan de Zumárraga y le llevara unas rosas -milagrosamente disponibles en invierno- dentro de su ayate -una especie de manta de fibra vegetal utilizada por la clase más baja-. Al desanudado no habla flores, sino una imagen milagrosa de la Virgen, con pronunciados rasgos indígenas, la mayor reliquia del catolicismo mexicano Aunque a lo largo de los siglos se ha puesto en duda la veracidad de estas apanciones. la devoción por Guadalupe -a quien se venera en la Basílica edificada cerca del sitio de los acontecimientos-, ha ido en aumento y hoy es el dnico símbolo que da cohesión a la fragmentada sociedad mexicana. Los modernos antropólogos reconocen en ella elementos propios de las antiguas deidades prehispánicas En 2000 el Papa Juan Pablo u, uno de sus grandes devotos, le concedió el título de "Reina de México y Emperatriz de América".
SIGLO XVIII: La Virgen de la Esperanza Macarena
Esta imagen de culto, ricamente vestida con telas ornadas de pasamanería, una radiante y elevada corona, y varios prendedores con esmeraldas engastadas, muestra una expresión de intenso sufrimiento en el rostro y representa a la María Dolorosa por el martirio de su hijo Realizada por un escultor anónimo, reside en la Basíbca del Barrio de la Macarena, en la ciudad de Sevilla. España, consagrada en 1966 En ella se ha instalado la Hermandad de la Esperanza Macarena, cofradía fundada a & nales del siglo XVI. la cual se encarga de administrar el culto de su imagen más preciada, cuya devoción se extiende a otros lugares de España e incluso a otros ámhatos que cuentan con comunidades de residentes españoles, como Miami, México. Filipinas y Colombia Entre otros atnbutos. se le considera Reina de Sevilla y santa patrona de los toreros. Los actos de culto más importantes se llevan a cabo el 18 de diciembre, fiesta oficial de la Virgen, y también durante la Semana Santa, cuando la sacan a la calle para encabezar la Madruga, una dramática procesión en la que también se exhibe la imagen de Nuestro Padre Jestis de la Sentencia Dispensadora de varios milagros, la Macarena es también la santa patrona de los enamorados. Según un popular pasodoble. si la Virgen ayuda a que el cariño sea correspondido, se le debe rezar una novena como muestra de agradecimiento.
Nuestra Señora del Carmen, Reina de Chile
La devoción mañana del pueblo de Chile se remonta al arribo de las huestes de Don Pedro de Valdivia, quien a su llegada en 1540. traía en el arzón de su montura una pequeña imagen de la Virgen del Socorro, la que actualmente se encuentra en el altar mayor de la Iglesia de San Francisco. Tras la fundación de Santiago, se señaló el lugar donde se edificaría la primera iglesia de Chile, correspondiente a la Parroquia del Sagrario.
Si bien la devoción a María ya era muy fuerte cuando llegaron los agustinos en 1596, fueron ellos quienes dieron a conocer a la Virgen del Carmen, fundando la Cofradía del Carmen años después -a la que pertenecieron militares y destacados miembros de la sociedad chilena-; tras el arribo de las monjas carmelitas desde Bolivia, se fortaleció el culto hacia la Virgen del Monte Carmelo.
Al comenzar el período independentista americano, y también durante la reconquista, el Ejército de Chile se puso bajo el amparo de la Virgen del Carmen, acudiendo a ella en cada una de las ocasiones en las que la estabilidad y segundad de la Patna se han visto en peligro. El Ejército Libertador de los Andes le juró fidelidad a Nuestra Señora del Carmen, en su peligrosa travesía; y el 5 de enero de 1817, el Gene ralJ osé de San Martín encomendó a su ejército a la Virgen, jurándola como Patrona del Ejército de los Andes, y entregándole su bastón de mando como ofrenda Algunos días después, tras la batalla de Chacabuco. Bernardo O'Higgins proclamó a la Virgen del Carmen como "Patrona Generalísima de las Armas de Chile".
Estando las tropas realistas en Talcahuano, y viendo que la independencia pehgraba, el pueblo de Santiago se reunió en la Catedral el 14 de marzo de 1818. e imploraron la protección del cielo, prometiendo levantar un templo a Nuestra Señora del Carmen en el lugar en el que se decidiese la batalla favorable a las tropas independentistas. Por medio de un Decreto Supremo, el 7 de mayo de 1818. O'Higgms oficializó el Voto de los patriotas y el suyo propio, y en los mismos llanos de Maipü. donde los patriotas derrotaron a los realistas, se erigió el Templo Votivo en conmemoración de la victoria obtenida -el pnmer templo se levantó en 1892.
Así, la Reina de Chile ha sido de gran consuelo para el pueblo cuando se ha visto enfrentado a países vecinos: durante la guerra contra la Confederación Perd- Boliviana y la Guerra del Pacífico, la gran mayoría de los soldados acudieron al frente con escapularios del Carmen llenos de fervor patrio y religioso. Tras el fin de la Guerra del Pacífico, el General Manuel Baquedano se postró ante los pies de Nuestra Señora del Carmen y colocó su victoriosa espada en sus manos, ante la aclamación eufórica del pueblo. Desde el 24 de octubre de 1923. por decreto Vaticano, emitido por el Papa Pío XI. se venera a la Virgen del Carmen como "Patrona de Chile":
"A la Bienaventurada Virgen del Monte Carmelo, Patrona Principal de toda la República Chilena, concediéndole todos los privilegios y honores que a los principales Patronos de los lugares por derecho competen ".
Durante un acto realizado en la Plaza de Armas, encabezado por Monseñor Rafael Edwards. se le hizo un juramento nacional de fidelidad a Nuestra Señora del Carmen, la que fue coronada como Reina de Chile el 19 de diciembre de 1926. La imagen de la Virgen del Carmen de Maipú fue coronada en 1987. por el Papa Juan Pablo II.
La Virgen de Lourdes
Su historia comienza con la de una joven francesa, originaria de Lourdes, llamada Marie-Bernadette Soubirous Nacida en 1844. la ]oven era hija de un molinero y tenia ocho hermanos sumidos en la pobreza. En la infancia padeció cólera y asma, pero su suerte cambió radicalmente entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858. periodo en el que presenció diversas apariciones de la Virgen María, quien se le reveló como la Inmaculada Concepción. Sus padres, el clero y las autoridades locales se negaron a creer en el reporte de las apariciones, pero Bernadette. como la llamaban cariñosamente, nunca se retractó de sus testimonios. A los 22 años ingresó como novicia al convento de las Hermanas de la Caridad de Nevers y allí permaneció el resto de sus días dedicada a la oración. Los mensajes que le transmitió la Virgen fueron la invitación a la penitencia y a un modo de vida modesto, así como la solicitud de edificar una iglesia. En la gruta donde tuvieron lugar las apanciones. la propia Virgen hizo brotar de la roca un manantial de aguas cristalinas a las que se atribuyen propiedades curativas. En 1862 la Iglesia aprobó la veracidad de las apariciones y Bernadette, quien muñó en 1879, fue canonizada en 1933. Su santuario abarca 52 hectáreas y 22 lugares de culto, entre los que destaca una imponente basílica Cada año recibe la visita de seis millones de fieles.
La Virgen de Fátima
Los acontecimientos relacionados con esta advocación mañana, también llamada Nuestra Señora del Rosario de Fátima. ocurrieron en la población de ese nombre, situada en la región central de Portugal, entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917. Una niña de 10 años llamada Lucía dos Santos, y sus primos menores Jacinta y Francisco, vieron surgir la luminosa imagen de la Virgen en una encina. La señora les pidió que regresaran al mismo sitio el día 13 de los siguientes seis meses para encontrarse con ella. Los pequeños compartieron su experiencia con los habitantes locales, quienes los acompañaron a las sucesivas citas En la Ultima apanción atestiguaron el llamado Milagro del Sol. fenómeno astronómico que aún no tiene explicación científica Aparte de diversas profecías y el consejo de rezar elRosano. la Virgen comunicó tres secretos o misterios a Lucía. Se supone que uno de elíos era el atentado que sufriría e1 Papa Juan Pablo n el 13 de mayo de 1981 -mismo día dedicado a la Virgen de Fátima. a quien el pontífice se encomendó camino al hospital, y en cuya corona fue puesta, al año siguiente, la bala que intentó acabar con su vida- . El relato halló inmediata resonancia en Portugal, una nación sumamente catóhca, y en el sitio de los encuentros se edificó un importante santuano que recibe anualmente cuatro millones de visitantes, entre los más ilustres se cuentan Paulo VI, en 1967, y Juan Pablo E, en 1982.1984 y 2000. Mientras Jacinta y Francisco murieron muy poco después de los hechos, Lucía, quien ingresó al Carmelo, falleció el 14 de febrero de 2005.
La Virgen de Medjugorje
El 24 de junio de 1981 dos chicas que jugaban en el monte Podbrdo. a las afueras de Medjugorje, pequeño poblado croata situado entonces en Yugoslavia y ahora en Bosnia Herzegovina, fueron testigos de la aparición de la Virgen, rodeada de un intenso halo de luz y con un pequeño cargado en brazos. La imagen les hacia señas de acercarse. En esa jornada y la siguiente condujeron a otros adolescentes al lugar de la aparición y se dice que, en total, seis jóvenes pudieron apreciarla En los días subsecuentes la noticia se difundió por el pueblo y para el 28 de jumo más de 15 mil personas se dieron cita en el lugar. La policía del régimen comunista, sin embargo, prohibió que se congregaran. Al conocer los hechos Jozo Zovko, el párroco local, se negó a aceptarlos y trató de disuadir a los creyentes de reconocerlos Sin embargo, durante la celebración de una misa la Virgen se le manifestó Según se cuenta, desde entonces reaparece a diario en la iglesia local, a las 17:40 de la tarde, aunque sólo los videntes pueden percibirla. Rodeada de hechos prodigiosos, como las transformaciones del Sol, la Virgen ha revelado 10 secretos relacionados con graves catástrofes que podrían mitigarse mediante la conversión de los ateos Durante la guerra de Yugoslavia la fe por esta advocación mañana fue en aumento; sin em bargo. hasta el presente el Vaticano se resiste a aceptar la veracidad de las apariciones de Medjugorje.
hola que tal oye no me puedes mandar el archivo de la revista completa porfa te lo agradeceria al asrockdeath@hotmail.com
ResponderEliminarEl artículo está completo.
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