domingo, 24 de noviembre de 2013

OUIJA - II PARTE: ¿Quiénes son? ¿Qué quieren?

Texto: José Manuel Durán Martínez


¿Quiénes son?
¿Qué quieren?

Aunque pueda parecerte extraño, en la actualidad los investigadores no han podido descubrir quién o qué se esconde tras la ouija. Existen varias hipótesis que tratan de explicar el fenómeno pero en definitiva, desconocemos por completo la naturaleza de aquello que contesta a nuestras preguntas. El sistema se utiliza para buscar el diálogo con los espíritus y, a pesar de que se produce un contacto, nadie puede estar seguro de que efectivamente hayamos traspasado la frontera para hablar con los muertos.
Sin embargo, casi la totalidad de los usuarios están convencidos de que sus experiencias son una forma de espiritismo, una puerta abierta para que amigos y familiares difuntos regresen para contarnos sus cosas. Es lógico que piensen así, porque el tablero nos enseña el rostro que nosotros queremos ver. ¿Crees que una persona que se ha sentado junto a unos amigos para usar la ouija y comunicarse con un hermano muerto dudará cuando el vaso afirme ser ese espíritu? Es posible que se emocione, que algunas lágrimas se derramen por sus mejillas, pero evidentemente no cuestionará el contacto  porque, en realidad, quiere creer que todo esto es posible.
También es verdad que los propios comunicantes, durante las experiencias en las que no se busca un diálogo concreto y se deja que sean ellos quienes se presenten, habitualmente se identifican como espíritus. Sin embargo, es muy posible que el origen de las respuestas no se encuentre en ese pretendido más allá. Es más, personalmente estoy convencido de que los espíritus brillan por su ausencia.
Hay una cosa curiosa. Cuantas más experiencias realizas, más seguro estás de que los muertos empujan directamente el vaso; pero si te dedicas a profundizar, en el resultado de las experiencias, si analizas a los participantes de las sesiones, la posibilidad de que hayamos conversado con el más allá se esfuma rápidamente.
esta afirmación no resta importancia al fenómeno ni a las propias experiencias, pero seguro que desencanta a todos aquellos amantes de la ouija que creen que.en el transcurso de sus  sesiones, han logrado conversar con diferentes espíritus.Lamento ser un aguafiestas.

Este punto es bastante más complicado de lo que podamos llegar a imaginar y a pesar de las numerosas experiencias que hayas podido tener.de las respuestas recibidas, podemos afirmar, casi sin temor a equivocarnos, que los espíritus (entendiendo esto como el alma de los difuntos) no se han presentado en ninguna de tus sesiones. Y no sólo en las tuyas, sino también en las mías y en la de cualquier otra persona.
En este apartado voy a exponer una serie de puntos que, espero, te hagan reflexionar sobre el fenómeno y, sobre todo, que despierten tus dudas a la hora de considerar el origen de las respuestas que recibes en tus experiencias o que recibirás en tus futuras sesiones. Estoy convencido de que después de leer estas páginas mirarás el tablero con cierta reserva. Ojalá fueran espíritus, amigo mío, a mi también me gustaría, pero mucho me temo que éstos no acuden a nuestra llamada, sobre todo a través de esta práctica que podríamos considerar como un «espiritismo descafeinado».
En principio es lógico que estas «entidades» se identifiquen como personas fallecí das, porque en realidad se realiza la experiencia para lograr el contacto con los muer tos. No olvidemos también que la ouija se creó con esa finalidad, de ahí que predominen las sesiones vinculadas al más allá. Sin embargo, tal y como se señaló al principio, otro tipo de seres pueden «aparecer» durante tus escarceos con el tablero.
A mucha gente le aburren los espíritus y han encontrado en la ouija, como ya sabemos, una forma directa de comunicarse con los tripulantes de los OVNIs, es decir, con extraterrestres. La misma habilidad que tenemos para aceptar sin más la aparición de los «espíritus» durante las sesiones, la tenemos para creer en las experiencias en las que el vaso se identifica como un alienígena. Ninguna.
La ouija es una puerta abierta para conversar casi con cualquier cosa y tal vez nos quedemos cortos al decir «casi». Sin embargo, lo cierto es que, bien usada, podemos Obtener a través de ella experiencias de todo tipo.
¿Te imaginas descubrir realmente lo que pasó en Roswell en 1947, cuando un supuesto OVNI se estrelló en el desierto? ¿Serías capaz de intentar comunicarte con Jack el Destripador para que te revelara su identidad real? ¿Sabes que con la ouija podrías comunicarte con «La chica de la curva» para que te cuente por qué se «aparece» en realidad a los conductores?



Es fácil. Solamente tienes que adecuar la sesión y tener paciencia. Tarde o temprano,  no sería de extrañar, acabarás estableciendo contacto con «algo» o «alguien» que no dudará en hablarte largo y tendido sobre lo que sucedió en Roswell. Estoy seguro de que a través del tablero puedes recibir una historia fantástica, donde los militares, los científicos, el gobierno de los Estados Unidos y una raza extraterrestre serán absolutos protagonistas. Podrás saber si hubo o no supervivientes; si se usó la tecnología de la nave siniestrada; el resultado de las autopsias a los tripulantes del OVNI; podrán contar-Ir si ha habido otros estrellamientos en la Tierra en los últimos años y si existió un contacto entre los humanos y los alienígenas o todo fue un burdo montaje que los ufólogos orquestaron años después. En este caso, la información sería abundante y fantástica. Pero no real.
Jack el Destripador, como cualquier otro personaje histórico, puede ser una fuente de Información extraordinaria y la ouija, con lo que le gusta exagerar e inventarse las cosas, podría ofrecernos un enfoque muy diferente de lo que todos sabemos sobre titos personajes, mezclando sin duda datos históricos reales con otros de difícil constatación. A buen seguro que cualquiera de nosotros podría pasar alguna noche con el dedo depositado suavemente sobre el vaso, recibiendo respuestas del mismísimo Jack. Podríamos preguntarle por qué mataba a aquellas mujeres; por qué dejó de hacerlo; si fue atrapado o consiguió librarse; cómo y quién era realmente. La ouija puede responder estas incógnitas, ofreciendo además valiosas informaciones, entre ellas nuevas víctimas del Destripador que nunca se le achacaron. Las conversaciones con este «espíritu» contendrían frases y situaciones impactantes. Pero no serían reales.
Para los amantes del misterio, la ouija puede ser un recurso para provocar situaciones extraordinarias. No solamente pueden querer comunicarse con investigadores ya fe scidos sino que incluso podrían intentar establecer contacto con «fantasmas» archiconocidos en el mundo de la parapsicología, como Verónica, el espíritu de una chica que, según algunos rumores, murió a manos de su novio y que puede ser invocado con un libro y unas tijeras. Imagínate por unos momentos que puedes hablar con el «jinete sin cabeza» o con cualquier fantasma que pulula por lugares encantados. Una sesión donde se pretende establecer una directa comunicación con «la chica de la curva», tal y como se preguntaba más arriba, podría ofrecernos jugosos detalles, como su nombre, edad y otros datos personales para poner rostro a la imagen fantasmal. Aunque algo difícil, con seriedad y muchos intentos, se podría lograr un contacto. Pero no sería real.
Todo esto quizá te parezca algo confuso pero, como verás enseguida, no lo es tanto La ouija es una práctica fascinante. Eso es algo que nadie que conozca el fenómeno puede poner en duda; pero hay que tener una cosa bien clara: no hay que creerse NADA de lo que obtengamos a través de ella, y eso incluye a la identidad de los comunicantes.
El gran problema de aquellos que usan la ouija es precisamente tomar como verdades absolutas las respuestas que ofrece la tabla, sin cuestionar nunca ni las informaciones ni la naturaleza de las mismas. Craso error.
Si algo define a la tabla eso es, sin duda, lo mentirosa que puede llegar a ser. ¿A qué te resultaría difícil aceptar que a través de la ouija podemos comunicarnos con personajes de ficción como Peter Pan, Blancanieves, Spiderman o Rompetechos? ¡Claro!, es algo imposible. Y si se me ocurriera presentarte las experiencias que indican que algunas personas han hablado con estos personajes de ficción, es muy posible que me tacharas de loco o que no quisieras escuchar paparruchadas, ¿verdad? Pues debes saber que es cierto. Varias personas pueden presumir de haber recibido comunicaciones de Mortadelo y Filemón, «hombres lobo» e incluso objetos inanimados. Es completamente absurdo, pero la ouija es así.
Durante esas experiencias, fue la propia tabla quien se identificó como esos personajes, ante la sorpresa de los presentes. Nadie en su sano juicio aceptaría las respuestas obtenidas durante esas sesiones, por mucho que los agentes de la TÍA hablaran de «El Super», el profesor Bacterio u Ofelia. Si no aceptamos estas experiencias, tan reales como cualquier otra, ¿por qué hacerlo cuando la ouija se identifica como nuestro abue lo fallecido? ¡No es lógico!
¿Qué diferencia hay entre una sesión donde el vaso dice ser la madre de uno de los presentes y otra en la que se identifica como Pulgarcito? El fenómeno es el mismo. Un vaso que recorre el tablero para situarse en las letras y formar palabras. ¿Por qué aceptar la primera y rechazar la segunda? Es evidente que ni la madre ha acudido a la llamada ni Pulgarcito es capaz de responder a nuestras preguntas.


NO SON QUIENES DICEN SER
Eso es algo que tienes que tener siempre presente cuando realices una sesión de espiritismo. La ouija puede adoptar la identidad que quiera y habitualmente se hará pasar como una persona fallecida. No te lo creas y tómate la experiencia como un pasatiempo, sin llegar a considerarla un juego porque, indudablemente, no lo es.
Si durante una de tus sesiones recibes mensajes del genial Correcaminos o del malvado Coyote, es posible que te rías y te burles, pero no aceptarás esa parte de los mensajes. La misma actitud debes mantener cuando el vaso se identifique como un familiar, amigo difunto.
Por si te queda alguna duda, lo repito, pese a lo que digan los pretendidos expertos que pululan alrededor de los tableros ouija. Tómate lo siguiente como un axioma a respetar y tener siempre presente:
No existe ninguna prueba, ¡ninguna!, que demuestre el contacto con los espíritus a través de la ouija.
Las experiencias pueden ser fascinantes independientemente del origen que le queramos dar a nuestros comunicantes. Muchos de los resultados de las sesiones tienen mucho que ver con las creencias, mentalidad, inteligencia y aficiones de los participantes, de ahí que animemos desde estas páginas a anotar siempre las preguntas y las respuestas que se realicen durante la sesión, porque es en esas transcripciones donde pueden estar las claves para explicar la experiencia.
Si un grupo experimentado de contacto quiere establecer comunicación con, por ejemplo, un grupo de heavy metal de la categoría de Judas Príest, es posible que la ouija ofrezca información sobre la banda y sus componentes, identificándose no como un músico concreto sino como la banda en sí, algo que resulta imposible.
Un amigo del autor estuvo hablando junto a otras personas durante más de media hora con un sombrero. De esta peculiar manera se identificó el presunto espíritu, rechazando cualquier relación con el más allá y afirmando una y otra vez ser ese objeto inanimado.
Puedes intentar experiencias de este tipo, tratando de comunicarte con piedras, ordenadores, dibujos animados, personajes de ficción, ventanas y cualquier cosa que se te ocurra, incluso con personajes famosos de exitosas series de televisión, como el agente Jack Bauerde 24. Sería raro que no obtengas respuesta. ¿Te imaginas? Hablando con el agente federal de la UAT, con las piedras, con Superman, con tu propio ordenador, con una película, con un actor, con el capitán Sparrow de Los Piratas del Caribe. Sí. Una completa locura pero es muy posible que el vaso se mueva y se identifique como lo que tu estás buscando. La ouija es precisamente eso.

Si lo que buscas es algo más normal y deseas el contacto con un hermano fallecido, Un padre, un primo o un amigo..., es indudable que también obtendrás respuesta y el vaso recorrerá las letras inscritas en la tabla para hablarte e identificarse como tal. Insisto: ¿Por qué creer una cosa y la otra no?


Espíritus burlones
La gran mayoría de los usuarios de la ouija tiene una respuesta para todo esto. Piensan que en estas experiencias se pueden colar «seres del Bajo Astral» que dirán unos «espíritus burlones», objetarán otros. Y es que cuando algo no casa con lo que queremos siempre podemos sacar cualquiera de estas entidades, pero si lo pensamos bien no deja de ser una excusa fácil para explicar un punto relevante del fenómeno.
Los adolescentes tienden a achacar cualquier cosa a la intervención de los espíritus burlones, afirman que son entidades que están ahí para gastar bromas y junto a ellos, nos encontramos con espíritus buenos o puros y, naturalmente espíritus malignos. Recordemos una de las preguntas típicas que realizan en las sesiones: ¿Eres bueno? Si el vaso responde afirmativamente ¡estupendo!, pero qué pasa, ¿Los espíritus malos no mienten?
Recuerdo las experiencias de unos jóvenes que recibieron comunicaciones enviadas, aparentemente, por hombres lobo. Los comunicantes comentaban sus hazañas atacando  a seres humanos en bosques frondosos que consideraban sus dominios. La noche de la sesión había una gran luna llena situada sobre la cabeza de los muchachos y, para más inri,dos días antes habían emitido por uno de los canales de televisión una película sobre Licántropos. Evidentemente nadie debe creer que estas criaturas de ficción empujaban el vaso para narrar a los chavales sus sangrientas peripecias pero objetar que todo se debe a la presencia de espíritus burlones es, cuando menos, restarle importancia a un fenómeno que sin duda la tiene.
La ouija esconde secretos y siempre será impredecible. Por esa razón, tal y como apuntaba casi al principio, es preferible que sean ellos, sean quienes sean, los que se Identifiquen. A menudo lo harán como espíritus y nos contarán cosas curiosas; en otras ocasiones seguro que nos sorprenderán.
Nadie tiene pruebas ni razones de peso para demostrar que realmente son lo que dicen ser por lo que el autor no puede etiquetar de «espíritus» lo que aún no se conoce, porque al decirlo ya estamos ofreciendo una explicación falsa para el fenómeno.
La mejor aptitud es encogerse de hombros, seguirle el juego al comunicante y tirar para adelante. Que nos cuente su historia, que responda a tus preguntas y después
despidete de él, es muy posible que la próxima vez, en la siguiente sesión, todo sea diferente.
Suele resultar bastante extraño que la ouija aporte datos objetivos y concretos que se puedan corroborar en días posteriores, tras una pequeña investigación. Habrás leído muchas historias, pero la mayoría no son del todo ciertas porque si analizamos las experiencias de los usuarios, descubrimos que la sesión no ha trascurrido tal y como la cuentan, de ahí la importancia de anotar, siempre, las preguntas, las respuestas y cualquier tipo de anécdota o comentario.
Si has logrado contactar con alguien fallecido, pídele su nombre completo, edad, número de teléfono, lugar de residencia, descripción física de su casa y de él mismo, número de hermanos, nombre de los padres, fecha de nacimiento, fecha de defunción.. . tras la experiencia dedícate a cotejar esos datos aunque ya te advierto que suelen ser falsos. ¿Por qué? ¿Acaso los muertos solo se acercan a estas sesiones para perder el tiempo y pasar un rato divertido? ¡Qué triste!
Espero que si te acercas a estos tableros lo hagas para pasar un momento agradable o experimentar algo nuevo, no esperes grandes cosas de tus contactos porque en realidad no son gran cosa. Deseo de corazón que tu anhelo no sea lograr la comunicación con un ser querido. Con el número de experiencias acumuladas irás descubriendo que en realidad no has hecho más que perder el tiempo y tendrás la extraña sensación de que se han reído de ti. ¿Espíritus burlones? ¡No! La ouija.
Este sistema debería servir para establecer contacto con las víctimas asesinadas de casos sin resolver, para que ellas mismas puedan ofrecernos la información precisa para capturar a los responsables, ¿Verdad? Y sin embargo, estas cosas no pasan. Si por lo que fuera intentáramos la comunicación con una persona desaparecida o asesinada, es muy posible que el contenido de los mensajes durante esa experiencia fueran terribles, desalentadores, cargados emocionalmente y, también, falsos. ¿Espíritus burlones? ¿Así lo explicamos?


¿JUGARRETAS DE LA MENTE?
¿Qué podemos sacar de provecho en una sesión de espiritismo? La verdad es que francamente poco. Algunos investigadores, en un alarde de rizar el rizo y llevando sus propias experiencias en una dirección determinada, afirman haber logrado contactar con los vivos.
¿Sorprendido? No es para menos. Al parecer, y siempre según algunos estudiosos, es posible usar la ouija para comunicarse con el subconsciente de personas vivas cuando estás, por ejemplo, se encuentran dormidas. Hay casos muy curiosos al respecto y siguiendo esta línea, podríamos decir que ojalá la Vasografía sirviera para que los familiares de personas que están en coma pudieran establecer contacto con ellas, pero mucho  me temo que de producirse semejante contacto la experiencia resultaría desagradable. dura y falsa. ¿Espíritus burlones otra vez?
Recuerdo en una ocasión a un matrimonio que intentando comunicarse con un familiar fallecido quisieron hacer una ouija. Un conocido les había hablado de ella y sentían gran curiosidad por intentar la comunicación. Lo hicieron una tarde, sentados en la cocina de su propia casa. Requirieron la presencia de su familiar; pensaban en él, pronunciaban su nombre y habían colocado una fotografía suya junto al tablero. Nunca pudieron imaginar que aquella tarde iba a cambiar sus vidas. Usaban una arandela de madera  y ésta comenzó a desplazarse alrededor de la ouija hasta formar la palabra «HOLA». Pero la arandela no se detuvo, siguió situándose sobre las letras, hasta formar el siguiente mensaje: «SOY HITLER». El matrimonio levantó el dedo y se miró asombrada. Volvieron a ponerlo y la misma frase se repitió: «HOLA, SOY HITLER». Esta vez la pareja continuó y comenzó a hacer preguntas. El pretendido espíritu de Hitler afirmaba haber  sido traicionado y ofreció nombres de oficiales que conspiraron contra él (algunos de aquellos nombres correspondían a la realidad, pero otros parecían completamente inventados). «Hitler» habló de la terrible situación que vivió en el bunker, cuando estaba siendo asediado y de lo que sentía en aquél momento y cómo llevó a cabo Su suicidio. Admitió haberse equivocado al tomar esa decisión y lo lamentaba profundamente, sobre todo por Eva, su mujer. Esta pareja aún en la actualidad está convencidaa de que habló con el pequeño dictador. Yo siempre lo puse en duda. Y tú debes hacer le mismo.
Algunos meses después, otra persona creyó recibir mensajes del mismísimo Adolf Htler y estaba muy excitado por la conversación que había mantenido con él ya que aseguraba que «seguía vivo y que lo advirtiera a la humanidad porque iba a regresar más ansioso que nunca». «Está furioso.-decía nuestro informador.-y me ha dicho que hubo un montaje en abril de 1945. No murió y prueba de ello es que su cadáver nunca fue hallado».
Evidentemente todo esto no es real, las dos experiencias no pueden ser verídicas. Es indudable que las sesiones son genuinas, que las respuestas se produjeron pero la información resultaba falsa o confusa y, de lo que no tenemos que tener duda alguna, es que en ninguna de las dos sesiones, Hitler hizo acto de presencia.


EL NOMBRE DE LAS ENTIDADES
Nunca debemos aceptar las palabras que nos ofrece la ouija y a pesar de que en muchas ocasiones se presentan como fallecidos, a veces son muy ambiguos en sus respuestas. Cuando se les pregunta por sus nombres, podemos encontrarnos con respuestas normales como «Carmen», «Sofía», «Carlos», «Eduardo» y muchas veces no les gusta ofrecer demasiados detalles sobre ellos mismos. Pero a veces, dicen llamarse «456», «V», «XZ», «Lord», «Fet» o «M76» y las conversaciones que se mantienen con estos últimos son tan interesantes y válidas como las que se pueden obtener con los primeros.
Tal y como se ha indicado.es habitual que la ouija afirme ser el «espíritu» con el que queremos comunicarnos y, con un procedimiento tan sencillo, resulta cuando menos sospechoso que obtengamos resultados satisfactorios y que las respuestas procedan no solo del más allá sino de nuestros propios familiares ya fallecidos, actores ya difuntos o personajes históricos. Sería muy interesante mantener un diálogo con Juana de Arco, para que nos cuente todo el proceso que sufrió antes de ser quemada en la hoguera o que el propio Jesucristo nos narre su penuria en el momento de la crucifixión. Pero esas historias narradas a través de la tabla, jamás deben ser tomadas como verdades, para que lo entiendas mejor, un grupo de contacto e incluso algunos adolescentes en su primera experiencia, podrían recibir respuestas de Jesucristo y a buen seguro que la historia narrada sería brutal e impactante, pero... sería mucho más rica en detalle si, por ejemplo, pocos días antes alguno de los participantes hubiera visionado La Pasión, de Mel Gibson, por lo que ya puedes hacerte cuál es el origen de las respuestas o, en su defecto, de dónde se obtiene la información que queda plasmada durante la sesión de, repito, este espiritismo descafeinado.


Si NO SON ESPÍRITUS... ¿QUÉ SON?
En gran cantidad de ocasiones (aunque no en todas) se trata de fraude inconsciente, es decir, los propios usuarios de la ouija tienden a conducir la experiencia mediante sus preguntas y la información que obtienen en los mensajes son datos que ya conocen; muchas veces incluso tiene gran relación con cosas recientes. Por ejemplo, no hace mucho un chico me contaba que había logrado mantener un rico y jugoso diálogo con un romano, que le estaba facilitando bastante información sobre aquélla época. Lo curioso de todo esto es que el chico, dos semanas antes de obtener esta experiencia, se había comprado en DVD la serie Romo, que meses atrás había emitido un canal de televisión. Ante casos como este, no podemos inclinar la balanza sobre la posibilidad de que en realidad el contacto fuese real, es decir que un espíritu de siglos pasados empujara la moneda para ofrecer respuestas.
En primera estancia es lo que parece, ¿verdad? Este instrumento permite o facilita el contacto con los muertos, ¿quién sino va a empujar el vaso? Curiosamente cuanto más ahondas en tratar de desentrañar este aspecto del misterio, descubres que si en una balanza colocas por un lado los datos que sustentan esta inquietante posibilidad y en la otra toda la información que la rechaza, la balanza pronto acabará inclinándose hacia este último lado. A groso modo, y diciéndolo de un modo quizá un tanto brusco,en las sesiones con la ouija, «los espíritus no tienen la educación de presentarse».
Si no estás conforme con lo que se ha dicho hasta ahora y aceptas esas experiencias en las que puedes hablar con tu abuelo o amigo fallecido pero rechazas, por imposible, los mensajes recibidos por Caperucita Roja o los mismísimos Oliver o Benjí de los dibujos animados.Tú mismo puedes hacer la prueba. Es fácil. Si no te cuestionas esta posibilidad es porque, además, eres de esas personas que ven posible que los espíritus queden atrapados en el lugar donde se ha ejecutado la sesión, o que esos espíritus sean capaces de manifestarse haciendo alarde de sorprendentes efectos paranorma-les,así como tomar posesión de tu cuerpo o hacer tu vida desgraciada. Si es así, le estás otorgando a los espíritus (¿cómo sabes que son en realidad quienes dicen ser?) y a la ouija un poder que, en realidad.no tienen.
Cuando estés en el transcurso de una sesión con la ouija, fluida y rica en respuestas, pide a tus compañeros que cierren los ojos. Te llevarás una fuerte sorpresa porque si nadie ve el tablero parece que los espíritus se quedan ciegos.
Puedes hacer otra prueba más. Tú y tus amigos,antes de poner el dedo sobre la moneda o el vaso, taparos los ojos con una venda y te aseguro que acabaréis cambiando de hobby. Si logras que el vaso se mueva.su movimiento será tímido y sin sentido alguno, sin que aparezcan respuestas coherentes. Pero hay más pruebas que puedes realizar.
Tal y como se explica al comienzo de este recorrido por el mundo de la ouija, existe gran variedad de tableros, de diversas formas y diseños. Si tú y tus amigos estáis habituados a una misma tabla (quizá alguno del grupo la haya comprado en alguna tienda esotérica) o quizá sois de esas personas que gustan de preparar una «ouija casera» para cada sesión, prueba alguna vez con una tabla cuyas letras no sigan el orden habitual y que estén distribuidas de manera desordenada. A buen seguro que tú y tus amigos tardaréis bastante en obtener mensajes coherentes... precisamente hasta que vosotros os adaptéis al nuevo tablero y vayáis conociendo la ubicación de las letras, curioso, ¿verdad?
Cuando se le pregunta a un espíritu por su nombre y el vaso se coloca en la «R», los propios participantes, muchas veces de forma totalmente involuntaria y sin darse apenas cuenta de ello, buscan la siguiente letra en el tablero, posiblemente una «O». Aquí hay.entre otras, dos opciones: Rocío o Roberto. Alguno de tus amigos puede mirar directamente a la «C» o a la «B» y dependiendo dónde se coloque el vaso, el resto es bastante fácil. Con un «tablero ciego» la dificultad es mayor pero sólo, tal y como se ha dicho, hasta que se aprende la distribución de las letras. Podemos pensar que a los «espíritus» también les cuesta adaptarse a las nuevas situaciones; esos «espíritus» capaces de aparecerse, de mover objetos.de tomar posesión de una persona, de causar desgracias, de adivinar el futuro... en realidad todo parece bastante más sencillo, ¿no crees?


DIME CÓMO ESCRIBES Y TE DIRÉ QUIÉN ES
Tener la trascripción de las sesiones es muy importante para que vayas conociendo mejor este fenómeno y, si al cabo de unos meses logras comunicarte con la misma «entidad», puedes corroborar la información que te dé o no volver a hacer las mismas preguntas. Pero no es sólo relevante por eso, sino porque para un investigador tener la información de todo lo que ha pasado durante la experiencia es vital, ya que las propias respuestas dicen mucho del origen de las mismas, siempre y cuando tengamos acceso a todos y cada uno de los participantes.
En una ocasión, durante una experiencia, el pretendido espíritu dijo, literalmente: «me estoy avurriendo». Vaya, lo primero que podemos pensar es que desde el más allá también se cometen errores ortográficos, pero antes había que comprobar una cosa. Separé
a todos los participantes y les pedí que escribiesen varias palabras en un papel.entre ellas «aburrimiento». Uno de ellos lo hizo con «V», igual que el espíritu. Y siempre pasa igual. Cuando se detectan ciertas expresiones o errores gramaticales, entre los participantes siempre aparece alguien que suele escribir de esa manera, por lo que el origen de las respuestas podría encontrarse bastante más alejado del más allá de lo que pensamos.
Esta visión de la ouija, más racional y factible que la que apunta hacia el desconocido mundo de los espíritus, no le resta importancia al fenómeno ya que pese a que los propios participantes son responsables (directos o no) de las respuestas que se obtienen durante las sesiones (al menos en un buen número de experiencias) eso no significa que sean fraudulentas, en absoluto.
Prueba alguna vez a comunicarte con un objeto inanimado, como un bolígrafo o revístales posible que te lleves una grata sorpresa;sobre todo cuando notes que el vaso se desplaza y que afirma ser ese bolígrafo. Puede convertirse en una conversación absurda, con frases estúpidas del tipo «se me acaba la tinta», «me aprietas demasiado», «escribo mucho». La mente juega un papel importantísimo en una experiencia ouija y la imaginación es ilimitada. Puedes obtener prácticamente lo que quieras, pero... desconfía siempre de la realidad de estas informaciones y, por supuesto, duda sobre la naturaleza de los supuestos «espíritus».

EL DIABLO ASOMA LA NARIZ
Si vas a utilizar la ouija debes estar preparado porque, tarde o temprano, vas a recibir la «visita» del Demonio. Pero no te asustes que tampoco es para tanto.
Una de las extrañas peculiaridades del tablero, casi como si fuera un capricho, es la de lanzar mensajes que suelen asustar bastante a todos o algunos de los participantes, como: «Alíate con Satán», «Soy Lucifer», «Os habla el Diablo», «Seréis hijos de Belcebú». Si a ti te ocurre esto espero que no te asustes demasiado porque, en realidad, no hay motivo. Probablemente se trate del aspecto más infantil del fenómeno y no hay de qué preocuparse porque, como ya sabemos, no son quienes dicen ser.
Para mucha gente esto es motivo para considerar la experiencia negativa, pero tú tienes que tomártelo como un chiste, levantar el dedo y procurar olvidarte de todo. O bien, si lo prefieres, puedes volver a intentarlo. Como ya se mencionó en el capítulo dedicado a «la sesión», puedes mantener una conversación muy rica e interesante con un presunto espíritu aunque, en cualquier momento, te surjan frases «pretendidamente diabólicas» que te dejen desconcertado. Son esas «interferencias» de las que se hablaba anteriormente y que nadie sabe por qué se producen... ¿o sí?
Sobre la ouija se ha tejido una leyenda negra que ha sido alimentada a costa de rumores infundados, otorgándole al tablero un poder o influencia que los «grandes expertos» en la materia califican de diabólica o infernal. Cuando se cuentan historias de la ouija siempre tiende a exagerarse como si en realidad estuviéramos narrando una historia de miedo. Pero Satán está de moda y la tabla es un buen medio para que se juegue con esta insólita parcela del fenómeno. Para que tengas una idea más o menos clara de aquello a lo que te enfrentas, si no hubieras leído este apartado del libro, es posible que tus experiencias fueran limpias hasta que te fueses informando más del fenómeno, pero ahora estoy convencido que tendrás a «Satán» en tus primeras sesiones, lo cual, si reflexionas, te arrojará algo de luz sobre el «lugar» de donde surgen las 'espuestas que se obtienen a través del tablero.
Siguiendo en esta línea, creo que podemos explicar otra de las razones por las que los «mensajes diabólicos» son una constante en las sesiones de espiritismo. El diseño de la cuija tiene mucho que ver. Como te dije, los jóvenes gustan de dibujar junto a las let-as del abecedario y los números palabras como «MUERTE» o «INFIERNO», porque las consideran necesarias o bien porque las han visto en algún lugar. Otros dibujan el rostro de un demonio y estos elementos tienden a condicionar el resultado de las experentias. De hecho, y lo hemos comprobado personalmente, se obtienen más mensajes dramáticos y de carácter diabólico con tableros repletos de dibujos de demonios, fantasmas, serpientes, fuegos extraños, símbolos esotéricos, que en las ouijas normales que sólo tienen los números, las letras del abecedario y las palabras «Sí», «NO», «HOLA» y «ADIÓS». No podemos dudar que los dibujos del tablero pueden provocar ciertas contestaciones y este aspecto es fácil comprobarlo.


A MODO DE CONCLUSIÓN
Hay que reconocerlo: sabemos muy poco de la ouija y lo que conocemos se basa en hipótesis y sugerencias. Creo que hay elementos suficientes, si no para negar la intervención de los espíritus en las sesiones, sí al menos para dudar (y mucho) sobre la identidad de estos pretendidos espíritus. No podemos negar que en ocasiones se producen fenómenos o experiencias que escapan a toda lógica, lo cual parece indicar que es posible (aunque raro) que el contacto con algo ajeno al ser humano es posible a través de este «sistema de contacto». Sin embargo, espero que entiendas que muchas veces no es así sino todo lo contrario y no podemos meter la pata pensando que cada vez que colocamos el dedo sobre el vaso y éste cobra movimiento lo hace «por la fuerza de los espíritus».
La ouija es manipuladora, mentirosa y eso lo descubrirás tras pocas sesiones. Sea lo que fuere aquello que se manifiesta durante las sesiones, parece querer jugar con los participantes, como si fueran borregos en un juego absurdo y extraño.Tal vez el tablero sea el Juego de los Espíritus.
Mucha gente considera este fenómeno una patraña, ven absurdo que a través de algo aparentemente tan burdo se puedan recibir comunicaciones del más allá. Eso no debe molestarte, porque es muy común que esta forma de pensar siente mal a quienes usan el tablero, como si se tratara de una ofensa. Debes aprender a vivir con ello y, aunque ya se ha dicho en otra parte de este manuales aconsejable que no trates de convencer a nadie de la realidad del fenómeno.
Al margen de que creamos o no en este tipo de experiencias, de que aceptemos que son los espíritus quienes nos brindan respuestas, o seres de otros planetas, nuestra mente, el subsconsciente, otras entidades o que no sea todo más que una broma, lo cierto es que la Vasografía es algo que se practica mucho, demasiado quizá, por personas que no están convenientemente informadas, lo cual conlleva ciertos riesgos, ciertos peligros. No podemos negar que existen experiencias negativas, personas que lo han pasado muy mal por acercarse a estos tableros que muchos consideran malditos. No se trata de un juego y a pesar de que ya se han vertido en estas páginas algunos consejos para evitar pasar miedo o ser dominado por los «espíritus», no estará de más que conozcamos un poco más el aspecto oscuro del fenómeno.

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