Todos estamos sorprendidos, y no es para menos. La noticia no solo ha tenido un tremendo impacto en el mundo de la ciencia, sino también desde el punto de vista mediático. Y es que no ha habido medio de comunicación que no se haya hecho eco en grandes titulares del fantástico descubrimiento realizado por el CERN de Ginebra (Suiza), el laboratorio más importante del mundo de física de partículas. "Un experimento impulsa el sueño de los viajes a través del tiempo", fue la llamativa frase con la que encabezaba su portada el diario El Mundo en su edición del pasado 24 de septiembre. El experimento, que se ha realizado durante tres años, ha consistido en enviar una fuente de neutrinos desde el CERN hasta el laboratorio subterráneo del Gran Sasso, próximo a Umbría (Italia). Una distancia de 730 km que esas partículas subatómicas sin carga eléctrica y sin apenas masa recorrieron en un tiempo inferior al que lo hubiera hecho un fotón de luz, concretamente en 60 nanosegundos menos (la velocidad de la luz es de 300.000 km/s y estos neutrinos han viajado a 300.006 km/s).
UN DESCUBRIMIENTO SORPRENDENTE
Los 160 físicos que integran OPERA (así se denomina el proyecto experimental del CERN) han hecho un llamamiento urgente a la comunidad científica internacional para que confirme los resultados obtenidos, pues ni ellos mismos salen de su asombro a pesar de haber repetido el experimento en miles de ocasiones. "Queremos que la comunidad científica nos ayude a comprender nuestros enloquecidos resultados, porque esto es una locura", reconoció Antonio Ereditato, portavoz de OPERA y profesor de la Universidad de Berna (Suiza). Su incredulidad es lógica: tales resultados pondrían en entredicho ciertos aspectos básicos de la Teoría Especial de la Relatmdad de Einstein, que establece como límite la velocidad de la luz. Superarla significaría nada menos que ¡riajar al pasado! y, por tanto, que los efectos pudiesen preceder a las causas. Algo inconcebible para el sentido común. Por enésima vez, se oponen las aparentemente irreconciliables leyes de los mundos cuántico y relathista. Por eso, el director general del CERN, Rolf Heuer, que participó en el Congreso Mundial sobre Futuros Colisiona-dores Lineales organizado por la Universidad de Granada a finales de septiembre, pidió prudencia mientras no se repita el experimento de forma independiente. "No creo que Einstein se equivocara. Hay que esperar la confirmación. Solo me creo los resultados de una investigación cuando hay dos experimentos que llegan a la misma conclusión", explicó.
Será, pues, en 2012 cuando tengamos la respuesta definitiva (también sabremos para entonces si existe o no el bosón de Higgs, la llamada "partícula de Dios"). Seguramente, el proyecto MINOS (Main Injector Neutrino Oscillation Search), que se está realizando en las instalaciones del Fermilab, cerca de Chicago (EE.UU.), tenga como próxima misión comprobar si es correcto lo observado por los físicos del CERN. La expectación, obviamente, es enorme y lo que hay en juego es mucho: reconsiderar nuestra idea sobre el Universo. Casi nada. No obstante, las reacciones de los científicos no se han hecho esperar. Muchos han cuestionado el hallazgo, y han afirmado con rotundidad que es totalmente imposible que algo viaje más rápido que la lux.. Aseguran que tal hecho trastocaría las leyes fundamentales de la física moderna. El brillante astrofísico Stephen Hawking considera prematura cualquier conclusión al respecto mientras no se realicen más experimentos. Prefiere mantenerse cauto. "Es demasiado pronto para comentar este asunto, ¡mes hacen falta más experimentos y aclaraciones", afirmó. Enseguida me puse en contacto con varios catedráticos de Física, entre ellos el delegado científico de España en el Consejo del CERN. Les pedí que ofrecieran en exclusiva a MÁS ALLÁ sus opiniones al respecto y aceptaron muy amablemente (ver págs. 26 y 27). Todos han acogido la noticia con gran entusiasmo, pero también con escepticismo y suma prudencia. Son conscientes de que, si se confirma, se tratará de un revolucionario hallazgo que afectará a la visión que tenemos actualmente de la realidad. Algunos ya han comenzado a conjeturar-o, más bien, a filosofar- sobre las tremendas implicaciones que el citado experimento acarreará en un futuro. Sin duda, las posibilidades que se vislumbran en el horizonte son infinitas, lo cual confirmaría por enésima vez un axioma que frecuentemente solemos traer a colación quienes nos sentimos atraídos por lo inexplicable: lo que ayer pertenecía al terreno de la ciencia ficción, mañana puede formar parte de la ciencia. ¿Y si ese mañana va es hoy? Lo cierto es que nunca antes se había hablado con tanta naturalidad sobre la posibilidad de viajaren el tiempo. Y menos aún habíamos contado con una evidencia científica que pudiera, en cierto modo, avalarlo. Si la comunidad científica internacional verifica el experimento, podemos estar hablando del advenimiento de una nueva era de la ciencia, hasta el punto de que los científicos tendrían que replantearse de una vez por todas su escepticismo ante hechos enigmáticos como los estudiados por la parapsicología. En ese caso, fenómenos ESP (extrasensoriales) como la precognición y la ivtnocognición, que trascienden las barreras del tiempo, deberían ser analizados a la luz de los postulados de la física cuántica, como ya planteé en un extenso reportaje publicado hace unos meses en esta revista (MÁS ALLÁ, 267).
DESAFÍOS COSMOLÓGICOS
En cualquier caso, es incuestionable que estamos viviendo una época fascinante desde el punto de vista científico. Los conocimientos adquiridos en las últimas décadas en materia cosmológica son abrumadores. La existencia de planetas extrasolares (se conocen medio millar hasta el momento), la presencia de una materia oscura que ocupa el 90% de la materia cósmica, así como de una energía oscura que acelera el ritmo de expansión del Universo, los agujeros negros masivos que devoran galaxias enteras, los quásares, las supernovas, las supercuerdas, el Gran Atractor, etc., forman un paisaje cósmico muy alejado de lo que Galileo observaba a través de su rudimentario telescopio.
Pero ahí no acaba la cosa... El Universo, a pesar de su tamaño infinito, puede contener muchas dimensiones. Al menos, eso defiende el ya aludido Stephen Hawking en su última obra, El gran diseño (Crítica, 2010), escrita en coautoría con el físico Leonard Mlodinow. Según Hawking, nuestro universo puede desplegarse en nada menos que ¡ 11 dimensiones! Lo deduce de la enigmática teoría M. "Nadie parece saber qué significa la M, pero puede ser Maestra, Milagro o Misterio", afiíma. Lo cierto es que la teoría M parece encetrar las claves para desentrañar muchos de los misterios del Cosmos y, sobre todo, para dar por fin con la ansiada Teoría de Todo (o TOE, Tlteory ofEverything) que Einstein fue incapaz de formular; a pesar de su empeño por hallar una ecuación que pudiese unificar todas las fuerzas del Universo. "Según las predicciones de la teoría M, nuestro universo no es el único, sino que muchísimos otros universos fueron creados de la nada (...). Solo unos pocos de ellos permitirían la existencia de criaturas como nosotros", explican Hawking y Mlodinow.
Así, nuestro universo sería, por poner un símil, una G de vapor en agua hirviendo. Algunas burbujas (universos) muy pequeñas se colapsan y desaparecen, pero otras siguen creciendo cada vez más debido a ciertas fluctuaciones cuánticas. Eso mismo le ocurrió a nuestro universo. Nosotros estaríamos situados en la superficie de la burbuja y veríamos cómo el Universo se expande. En realidad, habitaríamos un multiverso formado por una red de universos interconectados mediante túneles espaciotemporales (los llamados "agujeros de gusano"). "En esa hipótesis, nuestra gran explosión no sería quizá la única. Se ensancha, pues, nuestra noción de la realidad. La Historia entera de nuestro universo se conviene en un mero episodio, una faceta nada más,' del infinito multiverso", afirma el astrónomo británico Martín Rees.
Para colmo, cada universo tendría muchas otras dimensiones, aparte de las cuatro conocidas (largo, alto, ancho y el tiempo). No se pueden constatar mediante la observación, pero sí tenemos modelos matemáticos con dimensiones adicionales que nos proporcionan una muy aceptable descripción de todo ello. Es más, los sorprendentes hallazgos del proyecto OPERA del CERN, en cierta medida, parecen demostrar la existencia de esas dimensiones extra. "Aunque 10 u U dimensiones no parecen tener nada que ver con el espacio-tiempo de nuestra experiencia -asegura Hawking-, la idea es que las otras 6 ó 7 dimensiones están enrolladas con un radio de curvatura tan pequeño que no las observamos, solo somos conscientes de los cuatro dimensiones restantes, grandes y casi planas".
Pero ¿se podran descubrir algún día esas otras dimensiones extra en el Gran Colisionador de Hadrones LHC de Ginebra? Eso esperan los cosmólogos más optimistas. Algunos, de hecho, ya han sugerido que los neutrinos lanzados por el CERN, más que viajar a una velocidad hiperlumínica, lo que han hecho es tomar un atajo a través de una dimensión extra aún desconocida por nosotros, motivo por el cual han recorrido el trayecto en menos tiempo que lo haría la luz. Apoyaría esta hipótesis la teoría de supercuerdas, que predice la existencia de otras dimensiones, no necesariamente pequeñas, sino enormes y hasta infinitas (una cuerda cósmica puede atravesar toda la longitud del Universo). Por tanto, estaríamos en una especie de universo membrana, que sería como una superficie cuatridimensional en un espacio-tiempo de dimensionalidad más elevada.
TÚNELES INTERESTELARES
El notable cosmólogo Kip Thorne, titular de la cátedra FeyTiman de Física Teórica en el Instituto Tecnológico de California (EE.UU.), estuvo el pasado mes de julio en Tenerife, participando en el Festival Starmus (MÁS ALLÁ, 270), en el que expuso sus novedosas teorías científicas. Es uno de los mayores expertos mundiales en los llamados "agujeros de gusano". De hecho, asesoró al astrónomo Carl Sagan en la documentación de su novela Contacto, que describe el fascinante viaje que realiza la astrónoma Eleanor Arrmvay a través de uno de esos pasadizos interestelares. Serían puentes que unen regiones distantes del Universo. Si viajasemos a través de ellos nos desplazaríamos casi instantáneamente entre dos puntos del espaciotiempo separados por miles de millones de kilómetros. "El agujero de gusano tiene dos entradas llamadas 'bocas', una (por ejemplo) cerca de la Tiemí, y la otra (por ejemplo) en órbita en tomo a Vega, a 26 años-luz de distancia. Las bocas están conectadas entre sí por un túnel (el agujero de gusano) a través del hiperespacio que podría tener solo un kilómetro de longitud. Si entramos en la boca próxima a la Tierra nos encontraremos en el túnel.
Viajando tan solo un kilómetro por el túnel alcanzaremos la otra boca y saldremos cerca de Vega, a 26 años-luz de distancia medidos en el Universo externo", aclara Thorne.
Este físico sostiene que la única forma de mantener abierto el agujero de gusano es atravesándolo con algún tipo de material que separe, gravitatoriamente, sus paredes. Él lo llama "material exótico", ya que es completamente diferente a cualquier material conocido. Aún está por comprobar si las leyes físicas permiten que exista material exótico, pero hay un buen candidato: las fluctuaciones del vacío del campo electromagnético. En ese caso, una civilización infinitamente avanzada podría construir agujeros de gusano para viajes interestelares rápidos si lograra deformar y retorcer el espacio a escalas macroscópicas. Tendría, por tanto, que desgarrar dos agujeros en el espacio y unirlos, lo cual produciría una singularidad del espacio-tiempo.
Pero también a través de estos hipotéticos agujeros de gusano podríamos viajar al pasado o al futuro. Es lo que defiende el físico teórico Paul Davies (MÁS ALLÁ, 266), que se imagina nuestro universo como un queso suizo, repleto de agujeros interconectados. "Las bocas de entrada y salida del agujero de gusano no señan entonces agujeros negros, que no dejan escapar jamás sus presas, sino simples regiones donde reinase una gravedad mayor. Un hipotético observador podría llegar hasta allí con total seguridad de poder luego regresar sin ser engullido para siempre", explica Davies. A través de esos agujeros de gusano podríamos trasladamos no solo a otras dimensiones, sino a otras épocas. ¡Harían las veces de máquinas del tiempo!, ya que las distorsiones espaciotemporales que provocan nos permitirían viajar a mayor velocidad que lo hace un rayo de luz. El físico Paul Halpem también aborda esta cuestión en su obra Los agujeros de gusano cósmicos (1993): "La creación de una máquina del tiempo basada en un agujero de gusano sería un acontecimietito de lo más extraordinario que cambiaría para siempre la Historia. Los científicos podrían utilizar dicho aparato para realiwr viajes al futuro con fines de investigación, mientras que los historiadores lo uti-liyirían ]wm volver a examinar el pasado de fonna meladora", asegura con entusiasmo. Puede sonar a fantasía, pero existen modelos matemáticos, basados en la Teoría de la Relatividad, que apoyan esta posibilidad. De hecho, los agujeros de gusano fueron descubiertos matemáticamente en 1916, como una solución a la ecuación de campo de Einstein. Más tarde, en los años 50 del siglo pasado, el físico John A. Wheeler los estudió en detalle, considerando que son "pasadizos" que crean una interconexión cuántica conectando dos regiones diferentes del espacio.
Poco después, en 1966, un aventajado alumno suyo, Robert Geroch, utilizó métodos globales para demostrar que es posible construir un agujero de gusano deformando el espacio-tiempo. Y hoy día, los físicos de vanguardia especulan sin pudor sobre la asimetría del tiempo, como ocurre en el mundo imaginario de Alicia a través del espejo, de Lewis Carroll, en el que hay efectos que preceden a las causas. En principio, nadie hasta ahora ha experimentado esos supuestos viajes temporales. ¿O tal vez sí?
TORMENTAS EN EL TIEMPO
Jenny Randles, directora de investigaciones de la British UFO Research Association (BUFO-RA), recoge en su revelador libro Viajando en el tiempo (2002) numemsos testimonios de personas que aíiiTnan haber sido transportadas de forma inexplicable en el tiempo o en el espacio. Incluso sugiere la idea de que los ovnis sean más bien artefactos que nos visitan desde nuestro futuro. Tal vez si Hawking hubiera tenido en cuenta esa posibilidad, por muy remota que nos parezca, no habría afirmado en cierta ocasión que "no existe mejor prueba contra el viaje en el tiempo que el hecho de que todavía no nos hayan invadido hordas de turistas dd futuro".
No es que la hipótesis de los crononautas haya gozado de mucha popularidad entre los ufólogos, pero ha sido tenida en cuenta en ciertos momentos por investigadores de la talla de Antonio Ribera (MÁS ALLÁ, 15 y 150). "Una de las hipótesis más seductoras, y que llegó a cautivarme, fue la del 'viaje en el tiempo': es decir, la que presenta a los tripulantes de los ovnis como hombres del futuro (...). Esta hipótesis explicaría muchas cosas: en primer lugar, la propia apariencia física de estos viajeros del tiempo. Muchos biólogos y antropólogos están de acuerdo en que el hombre del futuro tendrá un gran desarrollo encefálico junto a un escaso desarrollo físico y muscular. Los humanoides vistos cientos de veces junto a sus naves posadas en el suelo, o que protagonizan tantos casos de abducción, encajan perfectamente en esta tipología del futuro", reconocía el pionero de la ufología española. Volviendo a la obra de Randles, llama poderosamente la atención la cantidad de casos magníficamente documentados que contiene y que -lejos de referirse a episodios sobrenaturales o de extraterrestres- pueden estar relacionados más bien con alguna anomalía de la Naturaleza aún ignorada por la comunidad científica. Una anomalía que provoca nada menos que distoreiones espaciotemporales, como si en nuestro mundo, ocasionalmente, surgieran de la nada agujeros de gusano. Esos testimonios se refieren a extrañas nubes resplandecientes que flotan casi a ras del suelo y emiten chispas eléctricas que provocan a su alrededor perturbaciones graxitacionales, acompañadas de un sonido semejante al zumbido de un enjambre de abejas o al que produce un transformador eléctrico. Además, esas nubes causan en el testigo cercano emociones cutáneas, irritación de los ojos, dolor de cabeza, náuseas, reducción de las percepciones sensoriales y estados alterados de conciencia (el factor Oz). Pero lo más llamativo sería, como ya hemos dicho antes, las discontinuidades espaciotemporales que ocasionan. "El testigo se desplaza literalmente a cierta distancia sin que existan medios explicables que se lo permitan. Con frecuencia el desplazamiento es corto, pero las repercusiones de este traslado instantáneo consisten en que tiene lugar gracias a medios que no están en consonancia con la ciencia tal y como la conocemos", asegura Randles.
Por otro lado, hay casos en los que el testigo observa cómo el tiempo se ha desplazado hacia adelante, pasando horas y hasta días cuando realmente su percepción era que solo habían transcurrido escasos minutos. Todos esos elementos se han considerado siempre ligados a la casuística OVNI, preferentemente a episodios de abducción, cuando más bien puede tratarle de una interpretación errónea, como car Randles. "Está claro que las tormentas en el tiempo son globalmente más coherentes y científicamente, mas creíbles tiene la mayoría de los sucesos superlativamente extraños que reciben mayor atención por parte del público", asegura.
El fenómeno de las tormentas en el tiempo, como ya se denomina, puede estar directamente relacionado con lo que hemos estado abordando a lo largo del presente artículo: la existencia de otras dimensiones y de universos paralelos. En este sentido, si eliminamos de tales historias su ropaje sobrenatural o extraterrestre, seguramente hallemos datos fiables que nos pongan sobre la pista de ciertas anomalías que ocurren en nuestro mundo -la conexión con otras realidades coexistentes- y que deberían llamar la atención de la ciencia, por muy desconcertantes que nos resulten. ¿Acaso no lo es también que los neutrinos superen la velocidad de la luz y viajen en el tiempo? "El peso de los datos, la improbabilidad de un engaño a gran escala y los claros indicios científicos demuestran que la tormenta en el tiempo tiene muchas prohabilidades de convertirse en un fenómeno real. Hay algo que la provoca y sabremos de qué se trata si la estudiamos rigurosamente", asegura Randles. Ahora es el momento de averiguar si esas anomalías que ocurren a nuestro alrededor tienen una posible explicación científica teniendo como base los experimentos del CERN que demuestran la naturaleza atemporal de ciertas partículas cuánticas y la posible existencia de otras dimensiones extra. El tiempo, nunca mejor dicho, lo dirá...
EL REINO DE MAGONIA
"Creo más bien que el fenómeno OVNI es una indicación de la existencia de otras dimensiones más allá del espacio-tiempo. Puede que los ovnis no procedan del espacio, sino de un mitltivcrso que nos rodea y cuya inquietante realidad hemos persistido en refutar a pesar de las pruebas que tenemos desde hace siglos. Una teoría semejante es necesaria para explicar al mismo tiempo los casos modernos y las crónicas de Magonia, las abducciones y el componente psíquico". Así de rotundo se pronunció el astrónomo y ufólogo Jacques Vallée en su obra Crónica de otros mundos (1994). Es cierto que el fenómeno OVNI encaja mejor en la hipótesis inteixlimensional que en la popularizada hipótesis extraterrestre. La variedad de formas, tanto de naves como de "ufonautas", el comportamiento absurdo, la transgrvsión de nuestras leyes tísicas, la conexión paranormal, la pérdida de la noción del tiempo que sufren los testigos de presuntos encuentros cercanos así como las víctimas de supuestas abducciones, la aparición y desaparición repentina de ovnis y su apariencia paratísica, hacen que muchos investigadores contemplen este fenómeno como la manifestación de una inteligencia extrahumana que coexiste con nosotros pero en una dimensión distinta. La complejidad del fenómeno OVNI es tal que la hipótesis extraterrestre deja muchos interrogantes en el aire. No explica, por ejemplo, la masiva presencia de objetos sobre nuestros cielos, la componente paranormal de las observaciones, el no contacto oficial en caso de que se trate realmente de visitantes de otros mundos y la más que sospechosa similitud con las antiguas visiones de hadas, duendes, ellos y otras criaturas del folclore popular, interpretadas por muchos especialistas como habitantes de un universo paralelo (el reino fantástico de Magonia). Veteranos ufólogos como Jerome Clark y John A. Keel (MÁS ALLÁ, 248) -que, junto con Vallée, fueron los artífices de la llamada "paraufología" (disciplina que estudia el vínculo entre los ovnis y lo paranormal)- han defendido esta hipótesis, que tuvo gran relevancia en los años 70 del pasado siglo. Existiría, pues, un ámbito más allá de lo físico. en otro plano de la realidad, en el que se halla el origen de estas manifestaciones que englobamos bajo el fenómeno OVNI. Incluso el doctor Alien Hynek, padrv de la ufología científica y defensor acérrimo de la hipótesis extraterrestre en los últimos años de su vida, comprendió que la teoría dimensional era mas plausible. "Existen demasiados informes sobre avistamientos de ovnis. Si todos ellos correspondieran a vehículos extraterrestres, resultaría que seriamos continuamente visitados por los extraterrestres (...). Los ovnis aterrizan en algún lugar, levantan automóviles, intranquilizan a las personas, transportan personas de un lugar a otro. Se trata, en efecto, de actos sin sentido alguno, tras los cuales no podemos suponer seres inteligentes extraterrestres", declaró.
Sin duda, la existencia de otras dimensiones, defendida por la cosmología moderna y la tísica teórica -a la que se ha venido a sumar el extraordinario hallazgo del CERN-, está sirviendo como hipótesis viable para explicar hechos que, hasta el momento, permanecían en el más absoluto misterio. En este sentido, habría que poner en tela de juicio otras interpretaciones que se han hecho muy populares pero que, sin embargo, no han logrado despejar todas las incógnitas que acarrean los extraordinarios y complejos fenómenos que se vienen manifestando en nuestro mundo desde los albores de la humanidad.
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