Rock Satánico

La relación entre rock y satanismo se ha exagerado mucho. Mientras algunos ven "demonios" donde no los hay y otros encuentran mensajes diabólicos donde no existen, hay quien ha sabido hacer del fenómeno un negocio muy rentable. Pero en el amplio universo del rock existen también profundos conocedores de la magia negra que han manipulado a su antojo las conciencias de sus seguidores a travéz de la música.

Para muchas personas la relación entro los asesinatos peipelrados por la "familia" encabezada por Charles Manson y la música fue meramente casual. Pero, aunque parezca increíble, esas muertes nunca se habrían producido si la música no hubiese influido tan poderosamente en el líder de este aupo v en su particular mundo interior. No en vano, y según consta en los informes elaborados por el reformatorio en el que pasó algún tiempo, la principal actividad de Manson era componer música. Las letras de las canciones de los Beatles, además de los postulados de la cienciología y de la Biblia y una Interpretación bastante peculiar del pensamiento de Fríedrich Nietzsche y de Adolf Hitler, forjaron su compleja mentalidad. Sin embargo, fue sobre todo su obsesión por el famoso grupo de Liverpool lo que le empujó a perpetrar sus crímenes.

Por azar, Manson había logrado ganarse la confianza de Dennis Wilson, uno de los miembros de los Beach Boys, gracias a cuya influencia pudo acceder a una sesión de prueba en una compañía discográfica. Esta experiencia demostró que Charles no era ni mejor ni peor que cualquiera de los músicos que pasaban por allí. No era un genio, como él creía, pero sus canciones estaban bien elaboradas y tenían cierto gancho. Manson, que escuchaba constantemente la música de los Beatles para inspirarse, estaba convencido de que el grupo de Liverpool le hablaba a través de mensajes ocultos en sus canciones. Decía que los miembros del popular conjunto eran profetas que representaban a los cuatro jinetes del Apocalipsis.

Naturalmente, creía que el quinto jinete era él.

Backmasking

Una de las prácticas de las que los integristas cristianos suelen acusar a la industria del rock es la de incluir mensajes subliminales en las canciones. El predicador evangélico de Burton-on-Trent (Reino Unido) es uno de los especialistas en detectar backmasking o introducción de mensajes que sólo pueden ser descodificados si los discos se escuchan al revés. En la década de 1980 el grupo Judas Priest fue llevado a juicio por incluir en uno de sus temas un mensaje en backmasking que, teóricamente, indujo al suicidio a dos adolescentes. Pero, como ha sucedido en otras tantas ocasiones, la acusación no prosperó. Seguramente, en la mayoría de los casos estos supuestos mensajes subliminales están más cerca de la paranoia de algunos fanáticos que de la propia realidad.

"Acusados", La música frente a la ley

En la década de 1980, a instancias de algunas asociaciones de padres, las esposas del secretario de Estado de EE.UU., James Baker, y del ex candidato a la Presidencia Al Gore impulsaron la creación de una comisión parlamentaria para estudiar la influencia de la música moderna en la mente de los adolescentes.

Esta iniciativa, que abogaba por la imposición de la censura, promovió la creación del Parental Music Resource Center (PMCR), que intentó vetar a músicos cuyas obras contuviesen referencias a la violencia o al sexo. Algunos de los artistas acusados por el PMCR fueron el cantante country John Denver (por drogadicción), George Michael (por inmoralidad), Prince (por pornografía) o los Eagles (por satanismo).

Villa de la Libertad, 

la contraofensiva integrista.

Decidido a contrarrestar la influencia presuntamente perniciosa de la música rock en los adolescentes, el pastor Fletcher A. Brothers fundó en Nueva York la Villa de la Libertad, que en la actualidad posee delegaciones en Canadá. A estos recintos llegan

anualmente decenas de jóvenes enviados por sus padres para ser sometidos a un riguroso proceso de desprogramación musical y adoctrinamiento ideológico. En estos centros se practica cada día la oración a las 6 de la mañana; las mujeres deben usar falda y se les enseña a ser amas de casa y los chicos reciben clases de masculinidad y aprenden carpintería. El pastor Brothers está convencido de que la música rock es la causante de la mayor parte de las actitudes antisociales de la juventud. Ni que decir tiene que en las "villas" está prohibido escuchar este tipo de música.

"PROFECÍAS" Y RACISMO

Según Charles Manson, el Álbum blanco de los Beatles contiene las más reveladoras profecías. Uno de los temas de este disco, Helter Skcller, era objeto predilecto de su atención. La letra de esta canción alude al continuo vaivén al que se ven sometidos los pasajeros de las montañas rusas en los parques de atracciones, pero Manson lo interpretó como el anuncio de una revolución en la que los negros intentarían acabar salvajemente con la supremacía blanca. El músico creía que sólo la "familia" guiada por él se salvaría de la carnicería escondiéndose en una cueva oculta en el desierto. 

Al cabo del tiempo, el caos sería sofocado -según sus planes- por Man-son y sus seguidores, quienes finalmente convertirían a los negros en esclavos.

La "familia" asesinó a la actriz Sha-ron Tate, esposa del famoso director de cine Román Polanski. al matrimonio LaBianca y a cuatro personas más para acelerar este fatídico día. Manson pensó que los negros serían acusados de estos crímenes y que, en consecuencia, se desencadenarían una serie de brutales batallas entre ambas razas que desembocarían en su triunfo personal como pacificador. Para Manson, no cabía duda de que todo este proceso estaba fielmente expuesto en las melodías del Álbum blanco ni de que a él, como quinto evangelista y "mesías", le correspondía ejecutarlo hasta sus últimas consecuencias. Pero las cosas sucedieron de otro modo. Tras aquella orgía de sangre, Manson fue detenido, sometido ajui-cií > y condenado a cadena perpetua. En la cárcel continúa tocando la guitarra e incluso ha grabado algunos temas que se han podido escuchar en ediciones pirata. El caso de Manson es seguramente el ejemplo más extremo de la influencia que unas determinadas canciones pueden ejercer en la mente de un asesino, pero en realidad representa sólo un capítulo más de la historia del rock y su relación con sucesos luctuosos.

Por desgracia, en el futuro se registrarían otros hechos semejantes.

FALSOS Y VERDADEROS SATANISTAS

La relación entre música y satanismo podría dividirse en dos grandes categorías. La primera incluye a los grupos y solistas que utilizan el satanismo sólo como estética y con el único fin de vender más discos. En este caso, las letras, las portadas de los discos, la indumentaria de los músicos e incluso la puesta en escena de los conciertos no son otra cosa que elementos destinados a impresionar a un público deseoso de sentirse inmerso en un ambiente irreal de fantasía más o menos siniestra. Por el contrario, el segundo grupo está compuesto por aquellos conjuntos y músicos que son profundos conocedores de la magia negra y que han difundido a través de la música un mensaje destinado a adoctrinar a sus seguidores.

Así, mientras los componentes del primer grupo pueden llegar a convenirse en victimas de las supuestas fuerzas oscuras que pretenden dominar, los del segundu conocen muy bien las armas con las que juegan. Saben que a través de la música (verdadera magia de sonido) pueden manipular conciencias a su antojo. Naturalmente, los pertenecientes al primer grupo son legión, mientras que en el segundo apenas se puede incluir a una minoría de fieles adeptos al lado oscuro.

CLÁSICOS "DEMONÍACOS"

La relación entre la magia negra y la música no es, como se cree, propia de la época contemporánea Desde el principio de los tiempos han existido músicos con supuestos poderes sobrenaturales o que realizaron presuntos pactos con el Diablo. Los casos de E.T.A. Hoffmann, célebre escritor de cuentos ocultistas y excelente compositor del siglo XIX, Ghi-seppe Tartini, uno de los mejores violinistas de la historia, que escribió después de un sueño la famosa sonata El trino del Diablo en el siglo XVIII, Nicolo Paganini (1782-1840), el más famoso virtuoso del violín, de quien se dijo que había hecho un pacto con Satanás para obtener su increíble dominio del instrumento, o del también pianista y compositor Franz Listz (1811-1886), cuya obra contiene numerosas alusiones satánicas, son algunos de los más conocidos. Pero fue con la irrupción del rock en la escena musical y, sobre todo, a partir de la década de 1960 cuando la relación entre música y satanismo pasó a un primer plano. Muchos de los artistas punteros de aquellos días coquetearon con las ciencias ocultas y algunos llegaron a practicarlas colaborando con Antón LaVey, fundador y sumo sacerdote de la Iglesia de Satán, o rindiendo admiración al más famoso mago moderno, La Bestia Aleister Crowley.

MORRISON, EL PIONERO

Uno de los artistas que más polémica creó al respecto fue Jim Morrison, el carismático b'der de los Doors. Sobre el escenario, Morrison imitaba ritos chamánicos de culturas indígenas y tomaba todo tipo de drogas. Estuviese o no poseído, lo cierto es que provocaba escándalo tras escándalo. Rompió todos los lazos que le unían a su familia y se fue sumergiendo paulatinamente en un mundo dominado por el alcohol y el sexo.

Arrestado en varias ocasiones, la vida del cantante cobró un rumbo aún más siniestro cuando se casó con Patricia Kennealy, una editora que se convertiría en bruja celta y que introdujo a Morrison en el ocultismo. El matrimonio se celebró en 1970 siguiendo un ritual pagano. Pero estar casado no impidió a Morrison tener aventuras amorosas con admiradoras y proseguir su escalada hacia el abismo. De hecho, su muerte dejó sin resolución más de veinte demandas de paternidad interpuestas por amantes despechadas. El alcohol y una vida de desenfreno se llevaron a la tumba a este icono de la modernidad, cuyos restos descansan en el famoso cementerio parisino de Pere Lachaise junto a los de Oscar Wilde, Frédéric Chopin, Amedeo Modi-gliani, Marcel Proust u Honoré de Balzac.

Paradójicamente, la muerte comiilió a Morrison en una leyenda. Según algunos, su fallecimiento estuvo relacionado con ritos de vudú y magia negra e incluso hay quien, convencido de que el cantante no murió, asegura haberle visto posteriormente en numerosas ocasiones. Asimismo, se especula con la posibilidad de que no existiera un solo Jim Morrison, sino varios, que trabajaron para los semcios secretos de Estados Unidos.

Especulaciones aparte, lo que es indudable es que Morrison fue uno de los pioneros del rock vinculado a lo que se conoce como música satánica.

LA DÉCADA DE 1970

A lo largo de la década de 1970 fueron surgiendo poco a poco grupos que hacían gala deliberadamente de su satanismo. En la mayoría de los casos el motivo estaba claro: habían descubierto que Satán hacía vender más discos. Desde los años 60 nombres como los Rolling Stones, los Animáis, Lea Zeppelin, Black Wido\v, Alice Cooper, Black Sabbalh, Eagles, Deep Purple, Queen, W.A.S.R, Iron Maiden o AC/DC se habían hecho enormemente populares en todo el mundo gracias a sus temas musicales y a su capacidad para impresionar al público con sus fantasías demoníacas. Algunos de ellos aparecían en el escenario envueltos en un ambiente que intentaba despertar en el auditorio la atracción por lo oculto y lo misterioso. Sus atuendos (verdaderos uniformes del mal), su elaborado maquillaje, su puesta en escena cargada de efectos especiales y un hábil uso de la luminotecnia hipnotizaban al auditorio hasta sumergirlo en una orgía de histerismo. A todo ello ayudaba un volumen de sonido extraordinariamente alto y unas letras que se referían al Diablo, a violaciones, a asesinatos, a sueños o a extraños rituales. Todo ello, acompañado de voces desgarradas que parecían salir del mismísimo Averno, frecuencias de armónicos altísimas y un electrizante ritmo de batería. 

Uno de los grupos que mejor dominó la puesta en escena "satánica" fue KISS. Sus miembros aparecían disfrazados con extravagantes y cuidadas vestimentas y, para acentuar el efecto, maquillaban sus rostros para asemejarse a seres de otro mundo. También se acompañaban de gestos obscenos y bien explícitos, salpicados de insultos varios y actitudes desafiantes ante la prensa. Uno de sus integrantes, Gene Simmons, se hizo famoso por un gesto de su mano que imitaba los cuernos del Diablo. Desde luego, todo este montaje estaba destinado a conseguir un éxito de público que ciertamente se reveló extraordinario. De hecho, cuando años más tarde reaparecieron despojados de su maquillaje y sus características vestimentas, sus ventas bajaron de golpe y sus conciertos apenas despertaron interés.

LOS INTEGRISTAS CRISTIANOS CONTRAATACAN

Como consecuencia de la actitud de ciertos grupos de rock y de hcavy nidal, los cristianos integristas se orga-ni/aron para combatir lo que para ellos era una auténtica ola de satanismo. Ya en la década de 1960 los grupos ultraconservadores habían convocado cremaciones públicas de discos de Elvis, Jimmy Hendrix o los Beatles y, posteriormente, de todos aquellos trabajos presuntamente relacionados con el Demonio. En Estados Unidos se habilitaron, además, clínicas especializadas a las que unos preocupados padres llevaban a sus hijos más díscolos para que fuesen "desintoxicados" de la música satánica, de la estética gótica y de los relatos de terror. El escándalo sobre la influencia de determinados tipos de música sobre la conciencia y el comportamiento de los jóvenes alcanzó su climax cuando, para argumentar su oposición al heavy metal, los inte-gristas cristianos utilizaron para su causa a individuos que confesaron haber cometido asesinatos bajo la influencia directa de la música. En Estados Unidos se constituyó incluso una comisión parlamentaria que investigó a determinados artistas. Al final de las ponencias, éstos lograron que se respetara su libertad creativa, aunque la comisión consiguió que se colocara en algunos discos un adhesivo advirtiendo sobre su teórico peligro.

MARILYN MANSON

La senda de la música satánica siguió su camino en la década de 1990 y se ha desarrollado hasta nuestros días a través de conjuntos como White Zombie, Slipknot, Dealh, Slayer, Deicide o Venom, entre otros. 

En este contexto, Brían Warner, el líder del grupo Marilyn Manson, se ha convertido en uno de los personajes más polémicos de los últimos tiempos. Combinando todos los recursos que ofrece actualmente la industria discográfica con una gran astucia para crear escándalos, este artista ha logrado situarse en los primeros puestos del ranking de ventas. Warner se ha mostrado orgulloso de ser un seguidor de la fe satánica. No en vano su libro de cabecera es El cuaderno del Diablo, de Antón LaVey, quien le otorgó el título de sumo sacerdote de este credo.

Aunque en numerosas ocasiones ha sido objeto de discordia, lo cierto es que las acciones más discutidas de Marilyn Manson -cuyo nombre rinde homenaje a Marilyn Monroe y a Charles Manson- han sido sabiamente dirigidas a la explotación publicitaria y, por tanto, a un incremento en las ventas de discos. De todos modos, ello no impide que sus integrantes sean sinceros embajadores de la Iglesia de Satán y que en cada uno de sus recitales intenten atraer a nuevos adeptos.

EL BLACK METAL NORUEGO

Los integrantes del grupo noruego Mayhem son un caso aparte en el contexto de los grupos musicales catalogados como satánicos. Llevaban una vida estrafalaria en una cabana sin luz ni agua potable y se dice incluso que enterraban sus ropas días antes de los conciertos para lucirlas en éstos bien putrefactas. Siguiendo con esta dinámica, se herían públicamente con objetos cortantes y, en general, rendían culto al mundo oscuro.

Míuíiac. uno de sus miembros, abandonó el conjunto en 1988 tras intentar suicidarse. Su puesto lo ocupó Dedil, quien en 1991 se mató pegándose un tiro con su escopeta. Su cuerpo fue descubierto por otro de los componentes de la banda, Euronymous, que no dudó en realizar fotografías del cadáver de su compañero con el cráneo hecho trizas.

Euronymous, satanista convencido y dueño de una tienda de discos en la que se promocionaba el black metal y se organizaban orgías y ceremonias dignas del más puro espíritu satánico, fue además el creador del Inner Circle, cuyo objetivo era organizar en Noruega un me nimiento musical en tomo al black metal y luchar contra el cristianismo. Aunque en el Inner Circle había algunos grupos que profesaban el satanismo, otros de sus miembros abogaban por el renacimiento de la mitología vikinga.

La trayectoria del Inner Circle fue efímera. Uno de los componentes del círculo, Varg Vikernes, líder del conjunto Bw-um, tuvo una disputa en 1993 con Euronymous y lo apuñaló más de veinte veces en presencia de un componente del grupo Blackthom. Debido a este asesinato ingresó en prisión, donde aún cumple condena. Antes de esto, Vikernes había sido acusado de promover la quema sistemática de iglesias tradicionales noruegas (starvkirke), aunque fue absuelto por falta de pruebas. En 2003 intentó escapar de la cárcel, pero fue detenido y su condena se amplió a otros 14 meses. En la actualidad es militante del grupo Resistencia Aria, de tendencia neona/i. Si bien tras esta serie de acontecimientos la policía noruega prácticamente desmanteló el Inner Circle, grupos como el británico Necrópolis o el alemán Absurd, entre otros, mantienen viva la tendencia musical de sus componentes.