miércoles, 1 de abril de 2009

El exorcismo de Emily Rose

por Loc_Nohr

"La persona poseída manifestará su estado de anormalidad con cambios y contorsiones de la fisonomía, relajamientos o rigideces del cuerpo; ante la invitación de realizar cualquier acto de piedad o de devoción, reaccionará de manera más o menos turbulenta con una hiperexcitación de los miembros, amenazas, gritos espantosos, actitudes provocativas, blasfemas y sacrilegas...".
Corrado Balducci, La posesión diabólica






¿Posesión Diabólica?


El exorcismo de Emily Rose, un caso real.







Imagen IPB






Estrenada el 9 de septiembre del 2005 en EEUU, El exorcismo de Emily Rose -dirigida por Scout Derrickson- se había concebido como un filme de modestas pretensiones comerciales pero que, pese a las cautas expectativas de sus productores, ha pulverizado las taquillas logrando el top one de los títulos más vistos.
Probablemente su éxito se justifique más por la manida coletilla de "basada en hechos reales" que acompaña como subtítulo las escalofriantes imágenes que integran el trailer, que por los supuestos fenómenos de "poltergeist" que, según declaraciones en prensa, presenciaron algunos actores durante el rodaje. Televisores y equipos de radio que se encendían solos mientras sombras misteriosas se vislumbraban durante los ensayos de algunas escenas, probablemente puedan explicarse como consecuencia de la sugestión de los mismos tras visionar, aleccionados por su director, horas y horas de documentales sobre exorcismos auténticos.
Como la historia protagonizada por Pegan Macneil -supuestamente inspirada en la posesión de un adolescente de Mount Rainier en la década de los cuarenta- El exorcismo de Emily Rose nana los detalles de un suceso que conmocionó a la opinión pública alemana y que, a diferencia de la novela de Blatty, está mejor documentada a través del nombre de su verdadera protagonista: Anneliese Michele, una joven de veinticuatro años.
Bautizado por la prensa de la época como "caso Klingenberg" -ciudad de Baviera en la que se produjeron los hechos-, este luctuoso episodio significó la primera investigación judicial iniciada como consecuencia de la muerte de una joven en el curso de una serie de exorcismos.Tras el dramático desenlace, acaecido el 1 de julio de 1976, la Fiscalía sentó en el banquillo a los dos pastores exorcistas, Arnold Renz y Ernst Alt -identificados en el film con el personaje del padre Moore-, inculpados por un delito de homicidio al dejar morir a la joven por inanición.




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La joven Emily murió de inanición, victima -para los médicos-de un brutal ritual cuya única base era una superstición desmedida. En este caso la justicia se decantó por la tesis más "irracional".




A diferencia de otros lamentables sucesos en los que una parafernalia pseudo exorcista ha arropado la inducción de un homicidio -en España alcanzan'an triste notoriedad los casos Albayzin y Almansa a comienzos de la década de los noventa-, en la versión cinematográfica del caso Emily Rose es un sacerdote católico, cuya autoridad para desempeñar su labor como exorcista es concedida por la jerarquía eclesiástica, quien deberá enfrentarse a la imputación de un crimen.
En contraste con El Exorcista, donde únicamente se expone una interpretación de los hechos basada en la superstición -recuérdese que son los propíos médicos quienes recomiendan llevar a cabo dicho ritual-, El exorcismo de Emily Rose traslada el eterno enfrentamiento entre religión y ciencia a los tribunales. Una abogada agnóstica, interesada en la defensa del caso para conseguir un reconocimiento de su bufete, será la encargada de defender al fracasado sacerdote en su lucha contra el poder de las tinieblas. Frente al inquietante informe elaborado por un anciano padre jesuíta concluyendo que la joven está poseída por el demonio, tal y como ella asegura a sus padres, se sitúan los peritajes forenses y evaluaciones médicas que diagnostican un síndrome epiléptico. Finalmente, y considerando todas estas pruebas, en abril de 1978 el tribunal de justicia alemán terminará dictando una sentencia, desconcertante para unos e indiscutiblemente razonable para otros... ¿Fue el espíritu de Emily Rose poseído por el demonio?


Posesiones en el siglo XXI

¿Supersticiones de tiempos pasados? ¿Psicosis pasajeras asociadas a modas cinematográficas? Nos guste o no, lo cierto es que los datos estadísticos están ahí y demuestran precisamente todo lo contrario: los casos de pretendidas posesiones diabólicas están en notable aumento. En Francia, por ejemplo, y hasta los años ochenta, la demanda de exorcismos era prácticamente anecdótica. En todo un año de la década de los sesenta, una diócesis como la de Autun no atendía más de media docena de casos de personas que decían estar poseídas por el demonio. En 1977 existían solamente 17 sacerdotes exorcistas en todo el país, más que suficiente para atender la epidémica psicosis de posesiones diabólicas generada tras el éxito de taquilla obtenido por El Exorcista cuatro años antes. A comienzos de los noventa, una diócesis francesa recibía, en un mes, casi una veintena de solicitudes de exorcismo.
Actualmente, en el año 2005, son un centenar los religiosos cualificados para desempeñar esta función y una diócesis como la de Perpignan atiende, cada mes, a más de veinte personas que sienten bajo su epidermis las garras del mismísimo demonio arañando en su alma. ¿Qué está ocurriendo para que tantas personas estén convencidas de arrastrar los mismos síntomas que la pequeña protagonista de la novela de William R Blatty?
Para el padre Denis Broussat, tal vez uno de los mejores exorcistas en el país galo, probablemente la proliferación de obsesiones demoníacas esté relacionada con el auge del satanismo a través de la música e internet. A su sacristía acuden decenas de personas que, manifestando diversos síntomas, creen estar poseídas por algún tipo de entidad demoníaca: "Hay quien me dice que tiene la sensación de estar atrapado en una tela de araña o sentirse como una especie de pelota atada a una raqueta y que, cuanto más se mueve, más atrapado se encuentra. Son casos habituales de obsesión".
La mayon'a -un 75%- suelen ser amas de casa entre cuarenta y cincuenta y cinco años; mientras que la edad media de los hombres -que solamente representan un 25% de los "obsesionados" por el demonio- oscila en torno a los cuarenta. Probablemente estas cifras debieran invitarnos a reflexionar sobre la situación que, aún hoy, soportan muchas mujeres que se enfrentan a difíciles circunstancias sociales y personales: matrimonios desestabilizados, dificultades laborales, escaso reconocimiento de la labor de las amas de casa, malos tratos, etc...
Obviamente, y como él mismo aclara, únicamente un pequeño porcentaje inferior al 1% de las personas que acuden a él solicitando un exorcismo reúnen los síntomas que se describen en una auténtica posesión demoníaca: generación de olores extraños en el ambiente -osmogénesis-, hablar lenguas no conocidas -xenoglosia-, exhibir una fuerza hercúlea -sansonismo-, movimiento de objetos a distancia y perturbaciones de objetos eléctricos -telequinesis-... además de la caracten'stica aversión a todo lo sagrado y la "incapacidad para manifestar obras de caridad". Solamente para este ínfimo porcentaje de casos se reserva el ritual del exorcismo, cuya liturgia se remonta al año 1614 y se recoge en el Rituale Romanum bajo el epígrafe De exorcizan-dis obsessis a daemonio, actualizado en una revisión llevada a cabo en 1994 por Juan Pablo II.




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En la película el padre Moore se enfrenta a los demonios que supuestamente han ocupado el cuerpo de la joven universitaria Emly, en una bátalla que según los viejos escritos se remonta a tiempos ancestrales.





Un debate teológico

Considerado una de las máximas autoridades en la materia, el padre Cerrado Balducci no duda de la autenticidad de aquellos casos que parecen evidenciar una supuesta infestación demoníaca: "Si bien puede resultar simplista aceptar en todos los casos la posesión diabólica -escribe en La pos-sessione diabólica (1974)-, no tiene porqué ser absurdo, sin embargo, puesto que el demonio puede producir sin duda aquello de que es capaz la naturaleza humana".
Del mismo modo se pronuncia Gabriele Amorth, exor-cista en la diócesis de Roma, quien aboga por la necesidad de un mayor reconocimiento de una labor en cierta medida considerada una cuestión embarazosa en el seno de la Iglesia: "Hizo falta el cine para volver a despertar el interés por el tema -comenta sin pudor en el testimonio de su libro Habla un exorcista (1990), en el que dedica unos párrafos al caso que inspira El exorcismo de E/ro/y Rose-".
Sin embargo no todos los religiosos opinan del mismo modo. El jesuíta y parap-sicólogo Óscar González Quevedo se manifiesta escéptico ante la pretendida naturaleza diabólica de los fenómenos que se desencadenan durante una supuesta posesión: "Son fenómenos bien conocidos y explicados por la parapsicología y ciencias afines -comenta en Revista de Parapsicología (1976)-. Ni el caso histórico que inspiró a Blatty en El Exorcista, ni caso alguno de la historia tiene algo que ver con poderes del demonio".
En 1978, el padre Quevedo intervino en el caso de una adolescente de Sao Paulo que manifestaba síntomas muy similares a los de la protagonista de célebre film de William Friedkin: "Queriendo conducirla a la normalidad -escribe el jesuita-, unas diez a quince personas presentes rezaron y exclamaron: '¡Jesús! ¡Cubre con tu sangre a Sirley para librarla de la crisis'. Ella, con voz gruesa, exclama:'¡Ah! ¿Queréis sangre? ¡Aquí tenéis sangre!'. Según el relato de los familiares, habn'a aparecido en la sala, como por encanto, un charco de sangre visto por todos". A pesar de su especta-cularidad y dramatismo, el prudente y escéptico jesuíta argumenta que dichos fenómenos encuentran una explicación científica.




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¿Tiene miedo un exorcista?

Probablemente uno de los detalles más sugestivos en el clásico film El Exorcista sea el contraste que ofrece la imperturbable veteranía del anciano padre Merrin con los temores que manifiesta un afligido padre Karras durante la sesión de exorcismo. ¿Qué imagen se identifica mejor con la figura de cualquiera de estos auténticos "fiscales del diablo"? ¿Tiene miedo un exorcista cuando se enfrenta al poder sobrenatural del mismísimo demonio?
A pesar del hermetismo que caracteriza a los pastores de la Iglesia en todo lo que se refiere a este ámbito, la afabilidad del padre Broussat nos desvela alguno de los secretos en la difícil tarea de un exorcista.
"Fue la primavera del año pasado. Ella era una mujer de treinta y cuatro años residente en una ciudad del centro de Francia -el religioso no puede revelarnos más detalles- aficionada a determinadas prácticas espiritistas. En ella los síntomas eran suficientemente claros como para efectuar un exorcismo. Padecía un angustioso malestar y describía algunos de los fenómenos clásicos como la emisión de extraños sonidos y el desplazamiento de objetos a distancia cuando ésta se encontraba en una especie de trance. Los fenómenos remitieron progresivamente tras un exorcismo que se prolongó más de tres horas".
"Sinceramente padre Broussat -le preguntamos-, contésteme como ser humano antes que como exorcista, ¿hubo algún momento en que usted sintiera realmente miedo?"
"Antes hay que tomar una serie de precauciones. Es extremadamente importante albergarse bajo la protección de la sangre de Cristo...".

¿Cómo evitar una posesión diabólica?

La posesión demoníaca le puede ocurrir a cualquiera, pero no a los lectores de ENIGMAS. Recomendada por el padre exorcista Gabriele Amorto, esta plegaria tiene la suficiente fuerza como para protegerse de una posesión diabólica evitando, de este modo, protagonizar manifestaciones tan vomitivas como las de la niña Linda Blair en El Exorcista. Cojan papel y lápiz y tomen nota:



"Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, consuélame.
Oh, buen Jesús, escúchame.
Escóndeme entre tus llagas.

No permitas que me separe de ti.
Defiéndeme del enemigo maligno.
En la hora de mi muerte, llámame.
Haz que yo venga a ti
para alabarte con todos los santos
por los siglos de los siglos.
Amén".





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Las Verdaderas fotos de Emily Rose

Emily Rose es en realidad una joven alemana llamada Anneliese Michel. Desde su nacimiento el 21 de septiembre de 1952, Anneliese Michel disfrutó de una vida normal, educada religiosamente desde que era muy pequeña. Desde su nacimiento el 21 de septiembre de 1952, Anneliese Michel disfruto de una vida normal, educada religiosamente desde que era muy pequeña. Sin advertencia su vida cambió un día de 1968 cuando empezó a temblar y se dio cuenta de que no tenía control sobre su propio cuerpo.




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Acá un video del exorcismo:
http://anonym.to/?http://www.youtube.com/watch?v=x4n9vK0_mdk




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