• Blog Foro CC.OO. ChileComparte.cl: La ouija en el laboratorio

Este verano, diversas revistas científicas, conferencias y congresos en el campo de la psicología se hacían eco de una noticia interesante: la ouija había sido llevada al laboratorio para estudiar el inconsciente. Los científicos Gauchou y Rensink, de la Universidad de British Columbia, en Canadá, realizaron un experimento en el que invitaron a participar a 27 personas en sesiones ouija. Los resultados fueron sorprendentes.

por Mado Martínez

Revista española ENIGMAS diciembre 2012.

Científicos de la British Columbia University de Canadá decidieron llevar la ouija al laboratorio con objeto de explorar sus posibilidades. Básicamente, lo que estos estudiosos hicieron fue utilizar el tablero con el fin de establecer comunicación con esa cara oculta de nuestra mente llamada Inconsciente.

En la actualidad, podemos afirmar que Freud estaba equivocado y que el inconsciente no es la zona donde habita lo oscuro, solo limitado a funciones accesorias de nuestro comportamiento. No, el inconsciente no es la fuente de pesadillas y traumas. Hoy podemos hablar de un nuevo concepto de inconsciente, aquel que la ciencia revela como el auténtico ejecutor de la mayoría de nuestros actos y sin el cual no podríamos salir adelante.

Entonces. ¿Qué es? ¿Cómo funciona? El psicólogo John Bargh, de la Universidad de Vale, en Estados Unidos, nos revela que tomamos decisiones importantísimas de forma inconsciente y que este es quien nos hace comportarnos como lo hacemos.

En definitiva, que como Hélene Gauchou dijo en la conferencia de la Asociación para el Estudio Científico de la Conciencia que tuvo lugar en Brighton, Inglaterra, "vas conduciendo tu coche por una ruta que te es familiar mientras planeas tu día. Cuando llegas, te das cuenta de que no estabas controlando el coche de forma consciente, sino que ha sido tu zombi interior quien lo hacía".

Precisamente es esta mujer, Hélene Gauchou, la investigadora que junto al profesor Ronk Rensink usó el tablero de ouija en la Universidad de British Columbia para tratar de ahondar en el conocimiento del control inconsciente. Se trata de un estudio pionero aunque quizás lo más sorprendente fueron los resultados puesto que, entre otros hallazgos, estos psicólogos descubrieron que los participantes eran capaces de responder preguntas de forma muy precisa, incluso cuando desconocían la respuesta.

¿Cómo realizaron este experimento? Como en una sesión de ouija tradicional, Gauchou y Rensink reunían a personas en parejas en torno a un tablero de ouija a través del cual se hacían preguntas que debían responderse con sencillez. A continuación vendaban los ojos de uno de los participantes mientras que se pedía al otro que retirase sus dedos del tablero, sin que el "ciego" lo supiera. Lo que ocurría era que el que tenía los ojos vendados seguía pensando que formaba parte del equipo y que creía que era el otro quien movía el máster, cuando era él mismo, a solas, quien lo hacía, debido a la fuerza ideomotora, un movimiento inconsciente. Ya en 1852 William Carpenter describía este fenómeno para demostrar que los movimientos musculares pueden ser inconscientes y totalmente independientes de los deseos y las emociones conscientes.

Los últimos experimentos realizados sobre la ouija demuestran el valor de esta para profundizar en el conocimiento de un nuevo concepto de inconsciente, que matiza las teorías freudianas.

¿Inconsciente o espíritus?

¿Con qué estamos contactando cuando "jugamos" a la ouija? ¿Son los fantasmas a los que siempre hemos temido nuestros propios fantasmas? ¿Contactamos con espíritus o con nosotros mismos? ¿Son estas las únicas disyuntivas que nos surgen? Como veremos, los interrogantes no se acaban aquí y es más fácil que a cada paso nos surjan más preguntas que respuestas.

Siguiendo con los experimentos en la Universidad de British Columbla, de lo que se quejaban los participantes "ciegos" -con los ojos vendados- en esa prueba, era de que sus compañeros estaban moviendo el máster. ¿Cómo es posible que el máster se mueva sobre el tablero cuando solo una sola persona tiene sus dedos sobre él estando esa persona convencida de que es el otro compañero quien está moviéndolo? Los científicos explican este movimiento por la fuerza automática ideomotora, como decíamos anteriormente, por lo que Rensink está convencido de que el sistema inconsciente hace efecto y es quien verdaderamente toma decisiones en nuestra vida cotidiana.

'Todavía no sabemos cómo funciona, pero ahora sabemos que existe y tenemos una forma de probar que la información está ahí, en algún lugar". Los resultados en las respuestas arrojaron un 65% de aciertos, que estadísticamente se considera un dato relevante. ¿Cómo conoce el inconsciente respuestas a preguntas que el consciente desconoce por completo? ¿Las aprendimos en algún momento y después las olvidamos de nuestro recuerdo consciente? ¿Es la inteligencia inconsciente una entidad ajena? Y en cualquier caso, ¿cómo se comunica el inconsciente con nosotros? "Parece que existe un canal de comunicación con esta inteligencia, así que el siguiente paso es empezar a examinar cuan inteligente es y tener una idea de lo que esta inteligencia hace bien y de lo que no".

¿Cabe la posibilidad de que no exista solo el consciente, el subconsciente y el inconsciente, sino también, otra variable más en esta ecuación que nos ayudaría a despejar la incógnita revelando que existe una red de datos a la que nuestro inconsciente puede tener acceso? Y esta red de datos, ¿es fiable? Imaginemos que esta red a la que nuestra mente puede conectarse funciona como el buscador Google. Queremos saber algo, tecleamos los términos de la búsqueda y esperamos a que aparezcan en la pantalla miles de millones de resultados. Nuestro Inconsciente elegirá en qué resultados hará click para ampliar la información, de acuerdo a "sus intereses - nuestros intereses", pero... ¿Todo lo que hay escrito en las páginas web que se nos abrirán es cierto? Por supuesto que no. Pero sigamos especulando con teorías sobre esa red de conocimiento. ¿Y si se tratara de un tela de araña en la que los inconscientes-inteligen-cias de las personas del más allá y el más acá, de este planeta o del otro, estuvieran conectadas entre sí? Nuestro inconsciente podría conectarse a ellas y preguntar a aquella que le sea más afín lo que desea saber, e Incluso cabría la posibilidad de que esa otra inteligencia inconsciente pudiera contestarnos sin ser consciente de que lo está haciendo. ¿Sería verdadera y auténtica toda la información que nos proporcionaría? Desde luego que no, ya que podía ser tan cierto como falso.

¿Verdad o mentira?

Los peligros de la autosugestión

Junto a casos en que los practicantes de ouija reciben información sorprendentemente precisa de acontecimientos y circunstancias que los sujetos desconocen y a la que jamás han tenido acceso, también tenemos historias de grandes engaños. A veces, esos "espíritus" o "inteligencias" que los practicantes de ouija aseguran que hacen acto de presencia en una sesión, mienten. No siempre la información es verdadera. En cualquier caso, las consecuencias de"jugar"con la ouija, bajo determinadas condiciones, pueden ser terroríficas, puesto que los sujetos pueden entrar fácilmente en un estado de sugestión muy peligroso. Pero, ¿por qué es peligrosa la misma? Sencillamente porque se producirá sin que nos demos cuenta y se alojará en nuestro subconsciente, y una vez allí triunfará, haciéndonos creer que hemos hablado con el mismísimo demonio en una sesión de ouija. ¿Lo era? Y si no lo era, ¿quién era? ¿Nosotros? A veces, como dicen, nuestro peor enemigo somos nosotros mismos.

Todavía estamos lejos de vislumbrar los rincones de la mente humana o de saber cómo se comunica nuestro piloto automático interno, el Inconsciente, con nosotros, aunque tal vez una forma de acceder a su banco de datos sea la ouija y esta pueda proporcionarnos pistas para elaborar un método más sofisticado. Mientras tanto, los científicos de varias universidades del mundo dejan atrás los viejos patrones freudlanos, revelándonos un nuevo inconsciente, revolucionario e Inédito, como jamás habíamos creído que era. En el camino hacia el descubrimiento de nosotros mismos y de quienes somos, la mejor manera de avanzar es hacerse nuevas preguntas.