SECCIÓN V: Leyendas urbanas.
Al escuchar la palabra "leyenda" suponemos que esta se refiere siempre a aquellos relatos del pasado, de origen incierto, sobre hechos reales y fabulosos que se han enriquecido y recreado a lo largo de generaciones. El investigadorTimothy R.Tangherlini, autor del ensayo It Happened Not Too Far From Here... A Suruey o/Legend Theory and Characterization, las definió como "un relato breve, centrado en un solo episodio, que se transmite con el estilo de una conversación y representa, en un nivel psicológico, una creencia popular y una experiencia colectiva, y sirve para reafirmar los valores del grupo a cuya tradición pertenece". Un buen ejemplo de esto es el relato de cómo el Volcán Osorno tiene nieve en su pico (la historia de Licacarayen, Quitralpique y el Pillán o Peripillán).
Nuestro presente es también un terreno fértil para la aparición de relatos de este tipo que hallan su escenario en las grandes ciudades donde ahora se concentra el mayor número de habitantes, por eso se llaman "leyendas urbanas", aunque algunas sean solo nuevas versiones de relatos originados en ámbitos rurales. Aparecen en un lugar y en otro con ligeros cambios, nunca es posible verificarlas y sus fuentes son dudosas. Se les conoce a veces como "historias del amigo de mi amigo", ironizando sus fuentes espurias. El término con el que hoy conocemos este género fue propuesto por el folcloristajan Harold Brunvand, profesor de letras inglesas en la Universidad de Utah, Estados Unidos, en un volumen de 1981: The Vanishing Hitchhifeer: American Urban Legends & Their Meanings.
En ese volumen Brunvand demostró que las leyendas no son un género del pasado, sino una manifestación viva y vigente que puede decirnos mucho sobre la cultura contemporánea, sus temores, anhelos y creencias. Más allá de eso, estos relatos que de vez en cuando también aparecen en diarios y revistas, son curiosos y entretenidos, pues contienen elementos de misterio, horror y a veces ciertas pinceladas de sentido del humor. Literatura oral en constante transformación, la mejor manera de mantenerlas vivas es contarlas una y otra vez agregando elementos de nuestra propia imaginación.
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