lunes, 29 de noviembre de 2010

Ocultismo Medieval II: Ramón Llull, el doctor iluminado



Ocultismo Medieval



II PARTE:


Ramón Llull, el doctor iluminado





El último refugio templario



En 1208 nacía en Montpellier Jaime, hijo de Pedro II de Aragón y de Mana de Montpellier, el cual pasaría a la historia como Jaime I el Conquistador Heredó la corona de Aragón a los cinco años, aunque su tío Sancho actuó como regente hasta 1218. Educado en Monzón por los templarios, cuando apenas contaba 18 años tomó las riendas del poden En este entorno apareció en escena un hombre singular: Ramón Llull...


Ramón Llull


El doctor iluminado
FUENTE: Revista española ENIGMAS Nº 165 (visita www.AKASICO.com).



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Por aquel entonces, mientras que la nobleza aragonesa era partidaria de atacar Valencia, Jaime prefirió seguir elconsejo de Pere Martell, contramaestre de galeras, que le propuso en 1227 la conquista de Mallorca. Aquello le ofrecía la oportunidad de acaudillar a la nobleza catalana, que le animaba a convertirse en el primer rey en tomar territorio de ultramar.
Así fue como el proyecto fue aprobado por las Cortes de Barcelona en 1228. El mes de
septiembre de 1229, parte del puerto de Salou, en Tarragona, una flota compuesta por 155 barcos y numerosas embarcaciones menores, con 15.000 hombres y 1.500 caballos. El desembarco se efectúa en Santa Ponsa. Lacapital, Madina Mayürqua, la actual Palma, cae en el mes de diciembre de ese año, pero la resistencia musulmana en las montañas dura hasta 1231. Una vez conquistada la isla, Jaime I reparte el territorio entre los nobles tal y como se indica en el Llibre del Repartiment.



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Ramón Amat Llull y su esposa Elisabet d'Erill, fueron una de esas familias nobles de Barcelona que habían contribuido económicamente a la conquista, recibiendo a cambio propiedades en el monte Randa, Son Llull, cerca de Palma, y lacasa donde nace nuestro protagonista: Ramón Llull. Conocido también como Raimundo Lulio en castellano, Raimundus o Raymundus Lullus en latín -o incluso como Raymond Lully en la tradición anglosajona-, vivió desde muy joven en un ambiente cortesano, llevando una vida despreocupada, dedicándose a la poesía amorosa trovadoresca. En 1257 se casó con Blanca de Picany, con la que tuvo dos hijos: Doménech y Magdalena. Con el tiempo, llegó a convertirse en senescal del futuro rey Jaime II de Mallorca. Una vida disoluta, incluidas infidelidades y amoríos, que se ve recogida en el relato autobiográfico Vida coeténia.
La vida de Llull no escapa, al igual que la de otros hombres ilustres, a todo tipo de especulaciones, teorías, así comodefensores y detractores de su persona, añadiéndose a todo ello los inevitables episodios míticos. Algunos de estospasajes ya forman parte de determinadas biografías.
Uno de estos episodios más conocidos y comentados es el referente al de la genovesa Ambrosia de Castello, a quien persiguió prendado por su extraordinaria belleza. Su irrupción a caballo en una iglesia para depositar a los pies de su amada un madrigal se convirtió en el más destacado, debido a sus consecuencias, pues Ambrosia aceptó recibirlo en sus aposentos, y no precisamente para acceder a los ímpetus del joven sino para mostrarle uno de sus senos carcomido por un cáncer. Llull retrocedió horrorizado y en sus oídos quedaron grabadas las palabras de la dama: "Míralos bien Raimundo, contempla la fealdad de este cuerpo que ha conquistado tu afecto. ¿No harías mejorconsagrando ese mismo amor a Jesucristo?".
Cuenta la tradición que el joven se retiró a meditar creyendo que la lírica trovadoresca podría calmar su desazón, pero la poesía no logró serenar sus emociones. Así transcurrieron siete días en el monte Randa, tiempo en el que se le apareció una cruz que rechazó. Pero aún tuvo que experimentar por tres veces la visión de Cristo para comprender definitivamente cuál debía ser su vocación.
En el lugar donde hoy se encuentra el santuario de Nuestra Señora de Cura, se halla la supuesta cueva elegida por Llull para este retiro de 1273, otro episodio de su vida sobre el que resulta imposible dilucidar lo que tiene de real y de simbólico. Terminando una de sus meditaciones alzó su mirada hacia el árbol que le daba sombra y vio en sus hojas las letras ordenadas que compondrían su obra capital, el Ars Magna. Durante algunos meses volvió a tener otras visiones que acabarían otorgándole el título de "Doctor Iluminado".
Siendo cortesano y poeta, Ramón Llull sabía perfectamente el poder de la palabra y que las técnicas literarias eran útiles para facilitar la reflexión. Si la espada no servía como argumento religioso, también llegó a la conclusión de que la lírica de las palabras podía encerrar interpretaciones distintas y levantar sospechas, malentendidos y prejuicios sobre lo dicho o lo escrito. Eso le llevaría años más tarde a emplear la razón de la lógica para combinar ideas.


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• A la vera de Miramar 

A partir de este momento Llull está convencido de que la conversión de los infieles debe efectuarse con losargumentos de la razón. Sabe bien que los fundamentalismos existentes en las tres religiones monoteístas niegan que con la razón se alcancen verdades fundamentales, pues éstas sólo se consiguen con la fe. Sin rechazar dichos postulados en su totalidad, insiste en que esas verdades son alcanzables a través de la lógica y la razón. Ello recuerda el gnosticismo e incluso el primitivo cristianismo. Sus conocimientos del sufismo y de la cabala judía son elementos que le permiten adaptarlos a su obra mística, sus componentes filosóficos y su amor y pasión por la creencia en Dios.
Entre 1274 y 1275 viaja a Montpellier, donde su obra es revisada y aprobada según testimonio de la Vita. Ramón solicitaría del entonces infante Jaume la creación de un monasterio para la preparación de misioneros. Miramar, que éste es su nombre, es inaugurado en 1276. Allí acuden 13 frailes franciscanos, número simbólico referido a Jesucristo y a los 12 apóstoles. Después, pretendió crear otras escuelas de traductores y de misioneros por toda la cristiandad.
De nuevo en Montpellier el año 1287, la ciudad verá nacer otras dos obras: la Ars Inventiva y el Ars Amatoria. Buena parte de dicho trabajo encierra conceptos de corte oriental. Impenitente viajero, decide desplazarse a Túnez para predicar su Arte convencido de la infalibilidad de su método obtenido según él por revelación divina. Pero no lo conseguiría ni en este viaje ni en otros dos posteriores.
Si nos remontamos a los años 1147 y 1149, según una crónica del obispo Otto de Freising, existían unas curiosas y extrañas epístolas cuyo autor era un enigmático personaje llamado Preste Juan. Pero esas misivas cobraron unafuerza inusitada entre los años 1165 y 1177. En esa agitada Edad Media, dichas cartas levantaron gran revuelo entre reyes europeos y el Vaticano. Cabe la posibilidad de que Llull estuviera informado de su existencia, pues según algunos, en 1301 cuando viajó a Chipre y Armenia, se entrevistó con el que sería el último Gran Maestre de los templarios, Jacques de Molay, y con Enrique II, rey de los Santos Lugares, para solicitarle permiso para marchar en busca del misterioso reino del Preste Juan. No obtuvo nada de lo que pedía, pero su carácter indomable le impidió rendirse.


• Llull y el Temple

La caída de San Juan de Acre y la pérdida de Tierra Santa en 1291 constituyó un duro golpe para la cristiandad. El espíritu de las cruzadas y el heroísmo en nombre de Dios habían casi desaparecido de las mentes y los corazones.Ahora, los reyes estaban más preocupados por doblegar el feudalismo y concentrar los poderes para constituir los primeros estados nacionales. Era necesario encontrar unos culpables a quien señalar, y si además podían requisar sus fortunas y llenar con ello las arcas reales, mejor que mejor.
Hasta el año 1307, las fabulaciones, acusaciones y envidias en contra de la Orden del Temple van en aumento.Corrían extraños rumores sobre no menos extrañas ceremonias y ritos iniciá-ticos aprendidos en Tierra Santa debido a sus contactos con sectas musulmanas. Felipe el Hermoso, rey de Francia, endeudado con la Orden en más de cien mil libras para gastos cortesanos decidió, con la complicidad del papa Clemente V, acabar con el Temple.
A comienzos de este siglo XIV, Llull aparece en escena. Escribe una misiva al papa Nicolás IV cuyo contenido audaz propone la fusión de las tres Órdenes de monjes guerreros, podría recuperar Tierra Santa. Anteriormente, a mediados del siglo XIII, dicha propuesta ya la había efectuado Federico II sin resultado alguno. Caso de alcanzar esa alianzaentre templarios, hospitalarios y teutónicos, la nueva Orden pasaría a llamarse "Orden del Espíritu Santo". Llull insiste en su proyecto y decide entrevistarse con Jaime II de Aragón en 1305. Ha preparado para dicho rey un trabajo titulado Líber de Fine, que el rey remitirá a Clemente V.
Temeroso de lo que se avecina con la conspiración del rey de Francia, el Papa cursa otra misiva dirigida a los grandes maestres de las tres Órdenes en la que sugiere seguir los sabios consejos de Llull. Pero pasan los meses sin respuesta alguna. Cuando Jacques de Molay decide contestar correctamente la misiva papal, su contenido es contrario y negativo para Llull. La suerte está echada para el Temple y De Molay y sus dignatarios son quemados en una pequeña isla del Sena, en París, cerca de Nótre Dame, llamada De los Judíos.


• ¿Llull un alquimista?

Una de las controversias que todavía perduran acerca del pensador es si se interesó por la alquimia y si llegó a practicarla. Existen como mínimo una treintena de obras alquímicas atribuidas a Llull en las que aparecen signos y letras cabalísticos y que Sabunde quiso eliminar con el deseo de desvincular cualquier lazo entre la cabala hebraica y sus más notorias semejanzas con el Ars Combinatoria.
Muy en la línea de Llull, Ramón o Raymond de Sabunde pensaba que el hombre debía regresara la iglesia primitiva. Profesor en la Universidad de Toulouse desde 1434 hasta 1436, su idea principal era conciliar la razón con la fe por medio de la contemplación de la naturaleza, oponiéndose claramente a la creencia generalizada de entonces sobre que razón y fe, filosofía y religión, eran irreconciliables. A pesar de que no cabe la menor duda de que Llull conoció la cabala y usó su metodología, los tiempos no aconsejaban que un miembro de la Iglesia se interesara por conceptos y estudios foráneos. Sabunde intentó con ello alejar de toda sospecha a Llull, a quien admiraba.
Existe otro Ramón Llull, creado con mucha habilidad por algunos autores anónimos de los siglos XIV y XV, que supuestamente redactó obras sobre la piedra filosofal y que fabricó oro alquí-mico. Entramos de lleno en el mito y la leyenda que se ha erigido en torno al doctor iluminado. ¿Qué creer? Una inmensa mayoría aboga por la negación alquímica, como la especialista Michela Pereira, actual profesora de filosofía medieval en la Universidad de Siena. Esta investigadora ha separado los textos propios del Corpus seudo Juliano de aquellos que se incluyeron de forma ocasional y los que deben ser definitivamente excluidos. Pero si nuestro deseo es conocer el origen de todo ello, tendremos que remitirnos al lulismo de donde partió. Según Lenglet de Fresnoy -rosacruz-, nuestro personaje aportó innovaciones a la alquimia como el llamado "pelícano", un recipiente para la destilación, y un "sello hermético" comocerramiento de recipientes en los que se cuece el compuesto filosofal.
Todavía hoy circulan entre los coleccionistas unas monedas acuñadas, según se cuenta, con oro obtenido por Llull en la Torre de Londres cuando en 1312 viajó a Gran Bretaña, pues por aquel entonces, nuestro místico defendía la idea de una nueva cruzada y fue a la búsqueda de financiación. El monarca inglés y el escocés se negaron alegando falta de medios. Llull prometió facilitarles la suma necesaria encerrándose en un laboratorio hermético. Al cabo de unos días, "obtuvo" el oro necesario para acuñar unas monedas conocidas como los "Nobles de la rosa". Lenglet añade que una vez examinadas, éstas poseen un oro mucho más perfecto que el de los Jacobos y otras monedas antiguas. Incluso llevan una curiosa inscripción: "De igual forma que Jesús había pasado inadvertido por entre los fariseos, así el oro alquímico pasa inadvertido para vosotros". La existencia de dichas monedas es irrefutable, así como la presencia del beato en Inglaterra. Todo lo demás está envuelto por la leyenda.

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• Llull y América

La relación del beato con América fue otra de las sorpresas que me llevé cuando el doctor Sevilla me comentó que en el libro de Quaestiones, Quo-tilibetales per artem demostrativam seu inventivam solubiles, escrito en 1287, la Cuestión número 154 posee un párrafo sumamente sorprendente con respecto a otro continente al otro lado del "mar grande". Dicho párrafo fue resaltado por Doña Emilia Pardo Bazán en la conferencia que pronunció en el Ateneo de Madrid a propósito del cuarto centenario del Descubrimiento: "Raimundo Lulio, en la Cuestión 154, al proponer la dificultad del flujo y reflujo en el mar de Inglaterra, el doctor iluminado, nunca más iluminado que en tal momento, la resuelve con las siguientes palabras: "Toda la principal causa del flujo y reflujo del Mar Grande, o de Inglaterra, es el arco del agua del mar, que en el Poniente estriba en una tierra opuesta a las costas de Inglaterra, Francia, y España y toda la confinante de África, en las que ven los ojos el flujo y reflujo de las aguas, porque el arco que forma el agua como cuerpo esférico es preciso que tenga estribos opuestos en que se afiance, pues de otro modo no pudiera sostenerse; y por consiguiente, así como esta parte en nuestro continente, que vemos y conocemos, en la parte opuesta del poniente estriba en otro continente que no vemos ni conocemos desde acá, pero por la verdadera filosofía que conoce y observa por los sentidos la esfericidad del agua y su medio flujo y reflujo, que necesariamente pide las opuestas vallas, que contengan el agua tan movediza, y sean pedestales de su arco, infiere que necesariamente en la parte que es occidental hay continente en que tope el agua movida, así como topa en nuestra parte respectivamente oriental".
Los escritos de Ramón Llull llegaron a los diferentes monasterios franciscanos y sus ¡deas, es decir, el lulismo, estuvieron presentes en el momento crucial del descubrimiento del
nuevo mundo.Tenemos que situarnos en el año 1485 y en la ciudad de Lisboa cuando Colón había fracasado en su intento de pedir ayuda al rey Juan II de Portugal para conquistar nuevas tierras. Fue entonces cuando junto a su hijo Diego, Colón emprendió viaje por mar hacia Andalucía, donde había oído decir que los Reyes Católicos se encontraban persiguiendo la conquista de Granada.
En realidad fueron los franciscanos quienes consiguieron de los Reyes Católicos la ayuda que Colón precisaba. En la provincia de Huelva y cercano al histórico puerto de Palos, donde desembarcaron, Colón y su hijo fueron atendidos en el monasterio franciscano de la Rábida. Fueron los frailes Antonio de Marchena y Juan Pérez, confesores y consejeros de Isabel la Católica, los que consiguieron las naves y tripulaciones de los monarcas para Colón.
Sabemos que fue un 12 de octubre de 1492 cuando fue descubierta la primera isla del Caribe, y con ello el comienzo del Descubrimiento. Si esto era ya de por sí trascendental, la chispa se prendió en 1494 en el segundo viaje, concretamente en la isla La Española -la actual Haití y República Dominicana-.

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En este viaje fueron 17 naves con 1.500 hombres, aplicándose el modelo misionero del monasterio de Míramar y el ideario de Llull. Lamentablemente, Colón empezó a poner en marcha la venta de esclavos. Dos hombres con vocación de ermitaños, el catalán Bernal de Boil -o Buil-, que abandonó la isla precipitadamente para denunciarlo a los reyes, y el cardenal y arzobispo de Toledo, Francisco Jiménez de Cisneros, hombre fuerte de la corte y Mista convencido, mostraron su firme oposición. Cisneros, enterado por Buil, no pudo consentir el maltrato y la venta de los indios. Ello se tradujo en el Codicilo del Testamento de Isabel la Católica, que redactó un mes y medio antes de morir. La clave se encuentra en el ítem número 11, fragmento que dice así: "...pongan mucha diligengia, e non consientan nin den lugar que los yn-
diosvecinos e moradores de las dichas Yndias e Terra Firme, ganadas e por ganar, regiban agraurio alguno en supersonas ni bienesmas manden que sean bien e justamente tratados". El Mismo y sus seguidores acababan de salvar a los indios de la América hispana y portuguesa del exterminio. Ese famoso Codicilo fue la levadura de la protección de los indios occidentales. Desgraciadamente no ocurrió lo mismo en Estados Unidos y Canadá donde fueron exterminados los pueblos autóctonos, como también sucedió en el cono sur, después de la independencia de las repúblicas hispanoamericanas. Hay que reconocer que Llull tuvo total influencia en los primeros misioneros españoles en defensa de las tribus autóctonas. Años más tarde, todo ello no sería más que un recuerdo con la llegada de Pizarro o Hernán Cortés entre otros, y la historia volvió a repetirse con la aparición de la figura del no menos controvertido Bartolomé de las Casas, que enarboló la bandera de la defensa de los indígenas.

Llull el "informático"

Estuve en Miramar acompañado por el doctor José María Sevilla Marcos, director de dicho centro. Mientras recorríamos sus estancias, me acompañó hasta una pequeña pieza en la que se exponían reportajes y obras dedicadas al personaje. Allí estaban unos gráficos que había diseñado Llull, diagramas lógicos que eran punto de partida y base de un sistema impresionante que su autor denominó "Arte". Se trata de una lógica matemática que le hacía acreedor de ser el primer pensador en desarrollar una matemática parademostrar su ideario. Combinaciones determinadas de letras con conceptos facilitarían el trabajo de pensar para alcanzar una clara comprensión sobre grandes verdades. Esas mismas verdades combinadas entre sí, aunque de otra manera, permitirían otras comprensiones, y así sucesivamente. Para Llull, Dios puede ser contemplado, respecto a sí mismo, como un principio creador sin ser iniciado -Dios Padre-. Se trata de un principio que inicia y a su vez es iniciado -El Hijo-.
Y finalmente, un principio que es iniciado pero que no inicia -Espíritu Santo-.
Así compuso Llull un alfabeto de 9 letras -de la B a la K, saltándose la J para evitar confusiones con la I de los manuscritos-. Ello explicaría a judíos y musulmanes que Dios, acto puro, no puede permanecer inactivo y que, en su bondad, no puede permanecer encerrado en sí mismo y por tanto intrascendente. Siendo trascendente, crea el Cosmos, y al trascender hacia dentro de sí, generó desde la eternidad la Trinidad
Divina. El diagrama está compuesto por 9 cámaras colocadas de forma circular que se codifican.
Los conceptos filosófico-didácticos vendrían formados en tríadas, como hacían antaño pitagóricos, celtas y otras culturas. Utilizó similitudes en las declinaciones del lenguaje en las raíces semíticas -es decir, las lenguas hebrea y árabe-, que declinan los nombres en acción. Por ejemplo, los derivados del concepto del amor son: el que ama, el amado, y la relación entre ambos, el amor, que traducido a palabras creadas por Llull fueron "amativo". "amable" -el que recibe- y el "amor" entre ambos. Esta tridimensionalidad de cada uno de estos principios activos, constituye lo que denominó "correlativos". 


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