Solo quien ha pasado por este trance sabe la huella que una Experiencia Cercana a la Muerte (ECM) puede dejar en su protagonista a corto, medio y largo plazo. Sus consecuencias van desde leves alteraciones fisiológicas hasta profundos cambios en el sistema de valores que pueden desencadenar crisis existenciales. ¿Qué hacer para asimilar e integrar en la vida una experiencia de este tipo?
por Alejandro Parra
(rapp@fibertel.com.ar)
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ECM
Experiencias Cercanas a la Muerte
Cómo afrontarlas
FUENTE: Revista española MAS ALLA Nº 259.
Cómo afrontarlas
FUENTE: Revista española MAS ALLA Nº 259.
A los 55 años, Alberto, casado y conductor de , fue internado en un hospital con el ritmo cardiaco irregular y durante un diagnóstico angiográfico sufrió una oclusión coronaria. Estuvo en estado crítico y se le practicó una cirugía de cuádruple by pass, tras la cual dijo tenido la clara sensación de que abandonaba su cuerpo y observaba la habitación del hospital desde arriba. Se refirió con asombrosa precisión a ciertos procedimientos propios de la cirugía cardiovascular que le habían practicado durante la operación. También dijo que en cierto momento había dejado de centrar la atención en la escena de la intervención quirúrgica debido a una luz brillante que le condujo a través de un túnel hacia una región cálida, "de amor y de paz", donde tuvo un encuentro con su madre muerta y su cuñado. Este le comunicó -sin hablar- que debía regresar a su cuerpo. Despertó con una intensa necesidad de ayudar a otros y un gran deseo de hablar sobre su experiencia, a pesar de la consternación de su esposa. Las experiencias cercanas a la muerte (ECM) son eventos psicológicos profundos que a veces se combinan con elementos místicos y trascendentales. Se producen, por lo general, en personas que han estado a de morir o que se encuentran muy afectadas psíquica o emocionalmente, y algunos de sus rasgos característicos son la inefabilidad (es difícil explicar la experiencia con palabras) y la sensación de que .el suceso trasciende el ego y de que se produce una unión con un principio divino o superior. Más allá de ser una rareza, se ha observado que las ECM aparecen al menos en un tercio de la población que ha estado próxima a la muerte.
•EN EL LIMITE DE LA MUERTE
El Raymond Moody (ver pág. 32 de esta revista) acuñó el término "experiencia cercana a la muerte" en 1975 y la definió como "una experiencia perceptual consciente que tiene lugar durante un evento en el cual una persona podría fácilmente morir o ser asesinada (e incluso estar cerca de ser declarada clínicamente muerta) pero, no obstante, sobrevive, y continúa su vida física". Más tarde la redefinió como "un evento espiritual que ocurre inesperadamente a algunos individuos en el límite de la muerte".
María González, ama de casa, recuerda su experiencia cercana a la muerte después de que se le abriera una herida. Dos días después, muy debilitada a causa de una hemorragia masiva, quiso ir al baño y su esposo la acompañó: "Recuerdo que llegué hasta la puerta, donde me desmayé. Entonces fue como si caminara sobre algodones, o sobre una alfombra, y sentí una gran tranquilidad y paz. Era como si de repente me encontrara en perfecto estado de salud. Era muy agradable ese caminar, y mientras lo hacía mi entorno estaba vacío, no había dimensionalidad". Su esposo y su hijo intentaron hacerla reaccionar, pero el médico les comunicó que había sufrido una muerte clínica como consecuencia de una parada cardiorrespiratoria. "Si la muerte es así, yo he dejado de temerla", asegura María. Mercedes, esposa de un conocido conductor de programas de televisión en Buenos Aires (Argentina), me relató el siguiente caso. El 14 de julio de 1964, mientras conducía, dio un brusco volantazo para evitar chocar contra un camión y su automóvil volcó. Ella salió despedida por el parabrisas, por lo que sufrió diversos traumatismos en la cabeza, los tobillos y la nariz. "Entonces -recuerda Mercedes-pude ver un túnel de luz blanca y solo pensé: '¡Mami, yo sé el disgusto que te voy a dar, pero no quisiera salir de aquí!'. Sentí que me iba, cada vez más y más. Supe que me moría, que me estaba entregando. De pronto, sentí que mi cuerpo estaba tendido en el piso, pero yo podía verlo. Luego regresé a él, absorbida por algún tipo de fuerza o energía. Tuve la sensación de que habían pasado apenas unos pocos segundos. La experiencia cambió radicalmente mi vida: ahora la valoro mucho más y me siento más sensible y tolerante hacia los demás". La investigación médica ha coleccionado experiencias como las de Alberto, María y Mercedes desde el siglo XIX. Según un estudio hospitalario realizado por el psiquiatra estadounidense Bruce Greyson, entre el 9% y el 18% de los pacientes que pasan por una situación de proximidad a la muerte protagonizan también una ECM. Y en otro efectuado mediante entrevistas, tras aplicar la Escala de Experiencias Cercanas a la Muerte a pacientes hospitalizados que habían tenido un paro cardiaco u otras patologías similares, Greyson encontró testimonios de ECM en el 2% de la muestra, un total de 1.595 enfermos.
Sin embargo, de acuerdo con Greyson, este tipo de investigaciones reultan bastante limitadas porque "las personas a veces son reacias a comunicar a sus médicos sus ECM", lo que sugiere que la incidencia del fenómeno puede ser mucho más alta de lo que parece. Corresponde a los médicos y a las enfermeras -dice el experto- reconocer en los pacientes la necesidad que tienen de relatar estos episodios.
• LA ACTITUD DE LOS MÉDICOS Y LAS ENFERMERAS
El conocimiento y las actitudes que los médicos tienen sobre las ECM son de vital importancia para que el paciente responda positivamente ante la experiencia. El instrumento que los investigadores utilizan para evaluarlas es el Near-Death Phenomena Knowledge and Altitudes Questionnaire (Cuestionario de conocimientos y actitudes hacia los fenómenos cercanos a la muerte) de Nina Thornburg, diseñado originalmente para valorar el efecto de las actitudes de las enfermeras que se han encontrado con este tipo de casos. ¿Cómo pueden los médicos ayudar a estos pacientes? En 1977, Raymond Moody se refirió a esta pregunta como "el dilema clínico esencial". "El primer paso que deben dar los médicos -dijo- es reconocer su ignorancia al respecto". Y es que, según una realizada en 1994 entre 143 médicos, aunque el 51% había atendido al menos a un paciente que había tenido una ECM, la mayoría carecía de los conocimientos adecuados para reconocer un episodio de estas características. Sin embargo, el 65% tenía una actitud positiva hacia las ECM y el 51% dijo que les gustaría participar en un curso sobre el tema. "Si un médico valida la ECM de su paciente, puede inculcarle más valor y fortaleza para compartir su experiencia con familiares, amigos o seres queridos; por el contrarío, un médico que ignora la ECM de su paciente o la desprecia como una mera alucinación probablemente engendrará en este paciente una sensación de rechazo e incluso podría contribuir a la depresión. Este sentimiento de rechazo puede inhibir al paciente de cualquier intento de revelar una ECM", advierte Moody. Como hemos visto, el médico es la persona indicada para validar la ECM, por lo que debe saber escuchar al paciente de manera imparcial y carente de prejuicios. Esto implica mostrar una preocupación genuina por el bienestar emocional del enfermo y reconocer y aceptar la intensidad emocional propia de esta experiencia y el significado profundo que tiene para la persona que la protagoniza. Validando la experiencia, probablemente le otorgue un sentido de aceptación. Por último, un médico nunca debería intentar imponer su criterio sobre las ECM, sino que debería ayudar al paciente a descubrir por sí mismo el significado de su experiencia. A veces los pacientes confían antes sus ECM a las enfermeras, por lo que también estas deben saber cómo responder ante una situación así. La investigadora Robería M. Orne entrevistó a 912 enfermeras, de las cuales el 70% dijo tener conocimientos sobre las ECM. Pero lo interesante de este trabajo es que, de ese porcentaje, el 90% no había respondido correctamente a una prueba de conocimiento acerca de lo que es realmente una ECM. Sin embargo, la mayoría de las profesionales manifestó tener actitudes positivas hacia la ECM, lo cual sugiere una probable apertura para aprender más sobre el tema.
• ORIENTACIÓN ESPIRITUAL
Además de médicos y enfermeras, los pacientes que han tenido una ECM también revelan su experiencia a los sacerdotes, capellanes o párrocos durante su estancia en el hospital o después de haber sido dados de alta. David Royse, orientador espiritual, entrevistó a sacerdotes de 20 iglesias cristianas respresenta-tivas de todo tipo de creencias, desde las más progresistas hasta las más conservadoras. De su muestra de 174 religiosos, el 65% había asesorado por lo menos a un paciente que había tenido una ECM. Como se sabe, hay un efecto secundario bien conocido de la ECM, que es potencialmente importante, en particular para los orientadores espirituales: los cambios en la espiritualidad y/o la religiosidad del individuo que ha pasado por ella. Muchas de estas experiencias dejan huellas profundas en las creencias espirituales, aumentando o disminuyendo el grado de participación del sujeto en las religiones formales. En respuesta a estos efectos, muchos pacientes buscan orientación espiritual, por lo que los guías espirituales deben la información correcta y saber cómo responder a las dudas de estas personas.
¿Qué deben hacer un sacerdote o un orientador espiritual cuando un miembro de su comunidad religiosa relata una ECM? "Hay una falta generalizada de preocupación", explica David Royse. "Por ejemplo -añade-, un sacerdote puede sentir la ECM como un desafio cuando se trata de responder a una persona que comienza a tomar distancia tanto de la religión formal como del sacerdote. Por esta y por otras razones, es lamentable que la ECM esté tan ausente del campo de lo religioso y lo espiritual". Por otra parte, las personas que protagonizan una ECM experimentan distintas reacciones tanto en la esfera psíquica como física y a corto o largo plazo. Sentimientos de malestar, enojo, confusión, duda y aislamiento son algunas de ellas. Aumento de la autoestima y pérdida del miedo a la muerte son otras. Todo esto puede dar lugar a una profunda transformación en su sistema de valores. Hay algunas que se ven más afectadas en sus prácticas espirituales y religiosas, mientras otras, en cambio, se vuelven más propensas a protagonizar fenómenos paranormales (ver recuadro junto a estas líneas). Algunas, incluso, experimentan cambios físicos, como una menor necesidad de dormir, y otras provocan interferencias en los aparatos eléctricos cercanos. Hay quien logra integrar la experiencia en su vida y quien ve cómo esta se tambalea después de una ECM. En este sentido, el psicoterapeuta estadounidense Jeffry Andresen analizó el caso de dos personas que después de una ECM descubrieron "aspectos de sí mismos que deseaban integrar", pero también tuvieron que enfrentarse a otros de los que deseaban huir.
• CAMBIOS EN LAS RELACIONES SOCIALES
Debido a las transformaciones internas que produce, la ECM también puede afectar al curso de las relaciones interpersonales. De hecho, según un estudio de la australiana Cheríe Sutherland realizado en su país, la tasa de divorcios se triplicó en las personas que habían experimentado una ECM. Los participantes en esta investigación indicaron que sus relaciones con•» yugales habían terminado a consecuencia de la incapacidad de sus esposos/as para comprender el cambio de valores que habían experimentado tras sufrir una ECM. Una terapeuta familiar estadounidense, Sandra Rozan Christian, comparó un grupo de personas a las que una ECM había cambiado la vida con otras cuya vida también había experimentado un giro de 180 grados, pero por otros motivos. Rozan encontró que en el primer grupo el 65% de los matrimonios había terminado en divorcio, mientras que en el segundo este porcentaje era del 19%. Las personas del primer grupo que se habían divorciado sostenían que su escala de valores había cambiado de tal forma que les era imposible mantener su estabilidad matrimonial. Sin embargo, aquellos que después de una ECM habían seguido casados aseguraron que la reconciliación y el perdón con su pareja se había producido como resultado de ese cambio de valores. En consecuencia -dijeron- sus matrimonios eran más satisfactorios y estables tras la ECM.
• LA ECM COMO HERRAMIENTA PSICOTERAPÉUTICA
El psicoterapeuta estadounidense John Mc-Donagh creó un sistema al que llamó "ECM psicoeducativa". McDonagh presentaba vídeo-entrevistas con personas que habían tenido una ECM a pacientes que habían perdido a un ser querido, y descubrió no solo que estas suponían un consuelo para ellos, sino también que "los movilizaban emocional-menie en temas personales más allá del duelo en sí mismo". En el caso de los pacientes con ideación suicida, los vídeos contribuyeron a reducir esos pensamientos negativos. Otro terapeuta alemán, el psicólogo Engel-bert Winkler, presentó el caso de un chico de nueve años, Patrick, que había intentado quitarse la vida a consecuencia del suicidio reciente de su padre. Winkler había publicado un libro ilustrado sobre las ECM dirigido a niños y lo compartió con este chico. Entonces, su ideación suicida desapareció. "Es curioso que con todos los trabajos que se han publicado hasta ahora sobre los efectos de las experiencias cercanas a la muerte no haya casi nada respecto a la reacción que estas causan en las personas que no las han tenido", respondió el investigador estadounidense Kenneth Ring a la pregunta de si una ECM podría tener efectos terapéuticos sobre otras personas.
Ring desarrolló un curso sobre ECM en las universidades de Connecticut y Montana (EE.UU.). Al final de ambos, en los que participaron un total de 111 estudiantes, la mayoría dijeron estar más convencidos de la autenticidad de las ECM. Además, su temor a la muerte disminuyó y su percepción sobre la misma se volvió más positiva; incluso se mostraron más inclinados a creer en la existencia de vida después de la muerte. Asimismo, también presentaban una mayor
tendencia hacia la espiritualidad y su creencia en Dios se había reforzado. Así pues, los resultados de estos y otros estudios muestran claramente que el conocimiento de las ECM también puede tener un impacto importante en la vida de aquellas personas que no las han protagonizado. En 2005, el terapeuta Robert Sheeler inició un curioso experimento sobre las ECM en varias escuelas de Medicina. Sheeler mostraba a los estudiantes la vídeo-entrevista de una persona que narraba su experiencia cercana a la muerte, luego daba una clase acerca de los elementos comunes a las ECM y sus efectos y, por último, proponía a los estudiantes dos niveles de debate: uno que se desarrollaba en clase y otro a través de . En las discusiones en clase, los alumnos, divididos en grupos, hablaban sobre distintos momentos de la narración del protagonista de la ECM y en Internet hacían sus comentarios en un foro on Une. Después de probar este modelo durante dos años, Sheeler concluyó que el experimento había sido un éxito, ya que los estudiantes habían adquirido una mayor comprensión de lo que signfica la labor terapéutica centrada en el paciente. De nuevo, las ECM habían resultado ser una valiosa herramienta terapéutica.
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