¿Objetos en Marte?

Además de la posible existencia de vida, Marte contiene otros enigmas todavía por desvelar: desde las desapariciones de algunas sondas espaciales en circunstancias extrañas a la presencia de OVNIs, pasando por el descubrimiento de posibles construcciones en su superficie.

¿Objetos Artificiales sobre el Planeta Rojo?

La conspiración de la NASA...

En mayo de 2008 se formó un gran revuelo cuando la NASA divulgó unas extrañas imágenes de lo que parecían ser cavernas en plena superficie marciana. Las imágenes obtenidas por la sonda Mars fíeconnaissance Orbiter no dejaban lugar a dudas. Eran unos oscuros orificios situados en medio de unas amplias planicies de lava. Los científicos creyeron que se trataba alguna clase de receptáculo cuyo techo se había derrumbado o de un pozo de paredes tan verticales que ni siquiera la luz del Sol iluminaba su interior. Las siete grutas, bautizadas por los astrogeólogos como las «siete hermanas», se ubican en las laderas del volcán Arsia Mons, una de las cumbres más altas de Marte, y representan un verdadero enigma. «Así se trate de bocas de pozos muy profundos o de entradas a espaciosas cavernas, es seguro que conducen al subsuelo marciano», destacóTimTitus, investigador del Instituto Estadounidense de Geología (USGS).
Anteriormente, otros científicos ya habían defendido la existencia de una intrincada red de canalizaciones en el planeta rojo. Ya en el siglo XIX, el astrónomo Percival Lowell aseguraba que había gigantescas conducciones de agua a cielo abierto. Estaba equivocado, pero era lógico que en la época de las primeras observaciones astronómicas de Marte -en las que se veían nubes amarillas, casquetes polares y manchas- los científicos echaran a volar su imaginación.

TERROR Y MIEDO EN MARTE

En 1877 el astrónomo norteamericano Asaph Hall descubrió los dos satélites de Marte, bautizándolos como Pobos y Deimos -miedo y terror-, nombres más que adecuados para estos objetos tan extraños. De pequeño tamaño, ocho y dieciséis kilómetros de diámetro respectivamente, ambos son negros y de forma irregular. En Pobos se observaron profundos surcos y grandes cráteres, que pueden ser considerados los mayores del sistema solar; mientras que Deimos carece de ellos. Su superficie está cubierta por una gruesa capa de polvo y abundan las rocas de unos cien metros de altura. Si Deimos tiene una fuerza gravitacional mucho más débil que Pobos, ¿cómo puede retener semejantes piedras? El científico ruso Sklovsky asegura que estos satélites son plataformas espaciales diseñadas en el pasado por una civilización no humana.

LA POLEMICA CARA

Tomada desde 1.873 kilómetros de altura el 25 de julio de 1976 por la sonda Viking 1, en esa imagen se ve lo que pare ce un rostro humano de proporciones perfectas y totalmente simétricas, sobre la superficie marciana de Cydonia. Una región en la que muchos aseguran que se distinguen pirámides
y distintas ruinas, situadas en relación geométrica con otras estructuras aparentemente artificiales. Finalmente, el «rostro» fue fotografiado de nuevo el 8 de abril de 2001 por la Mars Global Surveyor, cuyas cámaras son más potentes que las de la Viking 1, y el misterio se esfumó. Aparentemente, allí
no hay más que una meseta. Sin embargo, ¿por qué gran parte de las imágenes de Cydonia no se dieron a conocer por la NASA hasta diez años después de ser captadas?

EL HOMBRE CLAVE

Michael Malm estudió en el Instituto de Tecnología de California, donde obtuvo el doctorado en Ciencias Planetarias y Geología. En 1975 entró a formar parte del personal técnico del Laboratorio de Propulsión a Chorro, hasta que pasó a ser catedrático adjunto de Geología y, más tarde, catedrático en la Universidad Estatal de Ari-zona. En 1990 se dedicó a la investigación y fundó la empresa Malin Space Science Systems -MSSS-, de la que es presidente y director científico. Esta compañía se encargó de facilitar el suministro y manipular el sistema de cámaras de la fracasada misión Mars Observer (1992-1993). También es la proveedora y operadora de las cámaras instalados a bordo de la Mars Global Surveyor. Se trata, sin duda, de la persona más importante del mundo en lo que a Marte se refiere.

LA MISTERIOSA «REGIÓN CRÍPTICA»

En la década de los setenta varias sondas en órbita alrededor de Marte revelaron que, durante la primavera, grandes áreas cercanas al polo sur se volvían de un color mucho más oscuro que el resto del casquete helado. ¿Cómo dichas zonas, situadas en la región polar, no estaban cubiertas de hielo brillante? Intrigados, los científicos planetarios bautizaron esta zona como la «región críptica». En 2006, las imágenes tomadas por la Mars Global Surveyor de las áreas heladas de Marte volvieron a captar la atención de los especialistas por sus inusuales y caprichosas formaciones. Las misteriosas marcas que salpican la región críptica, conocidas como lunares, arañas o abanicos, dependiendo de su forma, son tan sugerentes que algunos llegaron a referirse a la existencia de vegetación o incluso de colonias masivas de algún tipo de vida extraterres-tre, dada la uniformidad y regularidad de los «objetos» que se distinguían. Sin embargo, los científicos del laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) aseguraron que se trata de meros efectos del deshielo en áreas específicas del planeta rojo.
Con la finalidad de desvelar el enigma, la NASA diseñó una ambiciosa misión cuyo objetivo era posar una nave espacial -la Mars Polar Lander- en los suelos helados cercanos al borde del casquete polar sur de Marte. Sirviéndose de un brazo robótico, la sonda cavaría para hallar agua helada. El módulo transportaba dos pequeños vehículos, diseñados para impactar en la superficie marciana y probar nuevas tecnologías. Sin embargo, se perdieron justo en el momento del descenso, el 3 de diciembre de 1999.
Aunque la situación exacta de la sonda sobre el planeta rojo es un misterio, la agencia espacial de EE UU parece haberla localizado como un pequeño punto brillante en una de las fotografías que obtuvo la cámara de la Mars Global Surveyor.
Sin embargo, las imágenes no hacen más que aumentar el enigma, pues la NASA concluyó, después de exhaustivos estudios, que la sonda Mars Polar Lander había realizado con éxito el descenso y que sus paracaídas así como la ignición de los retrocohetes, necesaria para posarse en la superficie marciana, funcionaron perfectamente. En otras palabras, la sonda había tocado tierra según los planes establecidos, así que se desconoce la razón por la que dejó de emitir señales.

EXTRAÑAS DESAPARICIONES

Años antes, en 1992, tuvo lugar un suceso similar con otra prometedora nave, la Mars Observer, cuya misión consistía en cartografiar con una eficacia y resolución nunca alcanzadas la totalidad del planeta. En esta ocasión falló poco antes de entrar en órbita. Un portavoz de la NASA aseguró en rueda de prensa: «Aunque enviamos una serie de órdenes de emergencia a la sonda para activar su transmisor, no se recibió la señal de 'respuesta' en ninguna de las estaciones de seguimiento en todo el mundo».
Incluso se formó una comisión independiente de investigación para averiguar lo sucedido. Los expertos concluyeron que la simple rotura de un cable había dado al traste con la misión. Sin embargo, se trataba de una burda mentira. Días después de que los miembros de la comisión dictasen su «veredicto», numerosos técnicos de la propia NASA denunciaron ante la prensa que las comunicaciones de la Observer con la Tierra habían sido interrumpidas deliberadamente por los controla-dores, en el momento que la sonda se aproximaba al planeta rojo. Este procedimiento sólo podría calificarse de «suicida», porque es vital para el desarrollo de una misión espacial que la comunicación entre la nave y el centro de control se mantenga constante. Los defensores de la teoría de la conspiración aseguran que este suceso prueba que el gobierno estadounidense oculta a la opinión pública mundial descubrimientos perturbadores sobre el planeta rojo.

Es más, algunos técnicos de la agencia espacial llegaron a insinuar que en realidad sí se captaron las imágenes emitidas por la sonda, pero desde una base secreta. De ser esto cierto, existirían proyectos secretos de investigación espacial, controlados por determinados organismos militares.
El 1 de abril de 1977 la compañía Anglia Televisión emitió un polémico documental, titulado Alternativa 3, en el que se daba a conocer la existencia de unos proyectos secretos de investigación espacial. El argumento del programa se basaba en la desaparición de científicos occidentales y soviéticos, los cuales supuestamente trabajaban en secreto para un programa conjunto EE UU-URSS de exploración marciana.
Según dicho reportaje, el hombre habría pisado el planeta rojo en 1962, hallando una atmósfera y temperatura similares a las de la Tierra, además de rastros de vida sobre la superficie del planeta rojo. Años después, se descubrió que el documental era falso. Mezclaba muy hábilmente imágenes reales con declaraciones de actores profesionales que se hacían pasar por científicos y técnicos de la NASA. Aun así se prohibió su emisión en EE UU, convirtiéndose en una referencia para los seguidores de las teorías más conspiranoicas.

OVNIS SOBRE MARTE

En 1991 la sonda soviética Pobos 2 dejó de emitir señales hacia la Tierra después de fotografiar un enorme objeto oscuro y cilindrico.
Poco antes había captado una sombra de varios kilómetros que tapaba gran parte de la luna marciana Pobos (ver recuadro). Sin duda, un OVNI enorme se había acercado a la sonda rusa. Cuando los técnicos consiguieron girar en redondo la nave para averiguar si existía algún objeto tras la Pobos, ésta envió la imagen del enorme no identificado y luego se hizo el «silencio».
Marina Popovich, antigua piloto militar soviética y coronel del ejército, aseguró que las autoridades de la URSS barajaron la posibilidad de que la imagen correspondiera a un aparato extraterrestre. Pero, ¿y si se trataba de una nave secreta de la NASA que se topó con la sonda soviética?
El 22 de marzo de 2004 la cámara de fondo del vehículo robot Spiritcaptó un aparato sobrevolando el cielo marciano. La imagen no ofrecía lugar a dudas, así que los técnicos de la NASA se pusieron manos a la obra para identificar el objeto. Concluyeron que no era parte de las naves rusas Mars 2, Mars 3, Mars 5 o la desaparecida Pobos 2, ni de las estadounidenses Maríner 9 o Viking 1. Sólo quedaba la posibilidad de que se tratase de la Viking 2, en órbita polar marciana desde el verano de 1976.
Tras analizar la trayectoria y la velocidad, los científicos resolvieron que el OVNI probablemente fuera de dicha nave, la cual daban por perdida desde hacía tiempo. También se barajó la socorrida hipótesis del meteorito o asteroide. Sin embargo, de nuevo voces disidentes de la propia agencia espacial apuntaron la posibilidad de que Marte estuviera siendo visitado por naves de origen desconocido.

¿APARATOS EXTRATERRESTRES?

Tan sólo seis días antes de que la Sp/r/í fotografiara el extraño OVNI sobre el horizonte marciano, el robot que se desplazaba sobre las inmediaciones del cráter Gusev filmó un objeto de apariencia metálica y perfectamente circular, semienterrado en las enigmáticas arenas rojas.
Enseguida la NASA se apresuró a presentar imágenes de archivo con la intención de demostrar que el objeto artificial provenía del propio robot. Anteriormente, el 8 de marzo del 2004, otro de los vehículos eléctricos que recorren las planicies marcianas, el Opportunity -el segundo en llegar al planeta rojo-, sorprendió a la comunidad científica con una serie fotográfica en la que se distinguía una forma blanquecina -bautizada como «el conejo»-, que se desplazaba frente al robot, apareciendo y desapareciendo continuamente. ¿Seres vivos sobre la superficie marciana? Para la NASA la respuesta es negativa. Un portavoz de la agencia se apresuró a declarar: «Probablemente se trate de fragmentos pertenecientes a los paracaídas de aterrizaje de la sonda».

Pero el viejo planeta no daba tregua. Poco después de esos curiosos sucesos, los medios de comunicación de todo el mundo se hicieron eco de un fenómeno sin explicación que logró mejorar el rendimiento de la sonda robot Opportunity. Tanto la Spirít como ésta fueron diseñadas con baterías que podían sobrevivir unos siete meses. Aun así, la Opportunity llevaba casi dos años funcionando gracias a que «algo» parecía limpiar regularmente las capas de arena y polvo de los paneles solares que tenía instalados.
La prestigiosa revista New Scientist publicó que el fenómeno «sólo puede compararse con lo que ocurre en un lavado automático para coches aquí, en la Tierra». Este providencial hecho incrementó la potencia de los mencionados paneles hasta casi su capacidad máxima, de novecientos vatios por hora. Según el jefe de los vehículos exploratorios de la NASA, Jim Erickson, «estos eventos emocionantes e inexplicables mantuvieron al Opportunity en muy buenas condiciones».

POLÍTICA DE OCULTAMIENTO

Evidentemente en la superficie marciana están sucediendo hechos bien extraños y la NASA censura parte de los datos que posee. Recordemos que desde la creación de la agencia espacial se habilitaron leyes concretas para el ocultamiento de información. Así, en la llamada Ley del Espacio -promulgada el 29 de julio de 1958- se lee: «La NASA se encargará de poner a disposición de los organismos directamente responsables de la defensa nacional los descubrimientos que tengan valor o importancia militar». Sin embargo, más llamativa es aquella que permite multar o incluso en carcelar a cualquier ciudadano de ese país que entre en contacto con una entidad o un aparato de procedencia extraterrestre y no siga los protocolos de la NASA, que obligan al silencio y a la nula publicidad del suceso (Titulo 14, Subsección 1211 del Código de Regulaciones Federales de los EE UU). Ahora bien, ¿quién se encuentra detrás de esta política de ocultamiento y secretismo? Desde luego una de las personas hacia las que apuntan los dedos acusadores de distintos periodistas es George Bush, padre del actual presidente de EE UU, quien también ocupó el mismo cargo, además del de vicepresidente y director de la CÍA.

Bush nombró a Daniel Goldin director de la NASA -cargo que ya no ocupa- durante las más importantes misiones a Marte. Pues bien, el investigador Dan Ecker denuncia lo siguiente: «Desde que Goldin accedió al cargo, muchos de los civiles de la NASA han sido reemplazados por antiguos miembros del Departamento de Defensa, y la agencia espacial se transformó en una institución más opaca. Además, en los últimos años se han estado desarrollando más misiones con objetivos militares que civiles». Y si Goldin fue el responsable principal de la política de secretismo de la NASA, Michael Malin se encuentra en la cúspide de la pirámide que controla la información técnica y científica sobre Marte (ver recuadro). De hecho, sólo él decidía hacia dónde debían enfocar las cámaras de las naves que fotografiaron la superficie del planeta en los últimos años. Su poder llegó a tal extremo que disfrutó de un asombroso privilegio: durante un período de seis meses era la única persona del mundo que podía observar las imágenes que la sonda Mars Global Surveyor iba enviando hacia la Tierra. Es decir, tuvo la capacidad de decidir qué imágenes se acabarían filtrando a la opinión pública. Demasiado poder para un solo hombre opinan distintas voces críticas, incluso procedentes de la propia agencia espacial de los EEUU.