¿Fue san Antonio Abad un
druida?
San Antonio
Abad fue un monje del desierto fundador del movimiento eremítico. La figura de
este hombre, que alcanzó los 105 años de edad, es un modelo a seguir para los
cristianos. Pero su vida y sus atributos se mezclan con los de la deidad más
luminosa del panteón celta, el dios Lugh. ¿Se trata de una casualidad? ¿Qué
tipo de relación existe entre ellos?
por
Osvaldo Carígi y Stefánia Tavanti
traducción:
Helena R. Olmo
Revista
Más Allá Nº260.
“Antonio Abad,
¿un druida disfrazado?". Esta pregunta da título a uno de los capítulos de
la obra Atlas ilustrado de los celtas: una civilización europea (Susaeta), de
Elena Pereivaldi. La autora, una experta medievalista y escritora de
interesantes ensayos sobre el mundo celta, desarrolló su obra documentándose
con una exquisitez casi maniática, aunque la coloreó con cierta dosis de
pragmatismo e interpretaciones personales bien sustentadas en antecedentes
históricos. A la luz de estas consideraciones surge la idea del Antonio druida,
a nuestro parecer lo suficientemente sugerente como para entrevistar a la
estudiosa milanesa. Queríamos indagar en los aspectos que inspiraron esta
particular exégesis sobre el religioso, ciertamente intrigante, que al mismo
tiempo desvelaron otros inquietantes aspectos de la vida de aquel a quien la
tradición ha llamado El grande.
Queríamos que
Pereivaldi nos desvelara si san Antonio, cuyo nombre significa
"floreciente", fue realmente un druida o la escritora recogió una
atractiva idea destinada a encandilar al lector.
-La figura de san Antonio se enmarca en un contexto
iconográfico alineado con el momento en el que la Iglesia asumía deidades y
ritos del mundo celta para hacerlos propios. En la página 180 de su libro, en
el capítulo dedicado a san Antonio Abad, anuncia una sorprendente
interpretación iconográfica, magistralmente ejemplificada en la pregunta
"¿Un druida disfrazado?".
-Antonio nació
en el pueblo de Comas, en el Alto Egipto, aproximadamente en el año 250. Su
biografía es bien conocida y no presenta ningún vínculo con el mundo celta.
Pero sorprende que toda su iconografía sí sea similar a la de los antiguos
druidas: edad avanzada, barba larga, lenguas de fuego a los pies y la presencia
de un cerdo que le acompaña. En las versiones más antiguas, era un jabalí,
animal totérnico para los celtas, muy vinculado a los druidas.
-Usted dice sentirse fascinada por la figura de este
religioso por su ambivalencia...
-Era un
cristiano, un eremita que combatió en vida los tormentos de la carne, aunque
estaba lejos de compararse con lo que nos cuentan las tenebrosas hagiografías
de algunos ascetas. Antonio peleó contra el Demonio, pero es una figura
luminosa y deslumbrante. Posee todas las virtudes de un campeón del bien unidas
a las características de una antigua divinidad pagana, portadora de luz.
ANIMAL TOTÉMICO
-Entre los atributos iconográficos de san Antonio ha
mencionado las llamas y el cerdo. La imagen del niego está vinculada a la
leyenda según la cual Antonio fue hasta el infierno para extraer las almas de
los condenados de las garras del Demonio. El santo también es considerado el
protector de los animales domésticos. ¿Aparece por eso en compañía de un cerdo?
¿Y por qué este animal?
-Para los
celtas, el jabalí era un animal sagrado que representaba la autoridad
espiritual. Vivía en el bosque y comía bellotas, frutos de los robles, también
considerados sagrados. De sobra es conocido el vínculo entre los druidas y el
bosque y el uso que hacían del muérdago que crece en los robles. Es normal que
escogieran el jabalí como tótem, hasta el punto de hacerse llamar a sí mismos
"grandes jabalíes blancos". El jabalí estaba consagrado al dios Lugh,
que otorgaba a los hombres la luz, lo que le conecta con la sabiduría. La
imagen de san Antonio con el jabalí es la interpretación cristiana del dios
solar Lugh.
-¿Pero por qué el jabalí de la iconografía más
antigua es sustituido por un cerdo?
-El jabalí era
un animal sagrado por sus atributos salvajes, impetuoso y de aspecto hirsuto.
Para los evangelizadores eran propiedades vinculadas al paganismo. Era más
fácil convertirlo en un inofensivo cerdito, que, además, resultaba muy
conveniente por el hecho biográfico de que Antonio había sido perseguido por el
Demonio, que se le había aparecido en forma de cerdo. Es notable que incluso el
artista Pisanello, que en 1445 lo pintó junto a san Jorge, decidiera hacerlo
con el jabalí, demostrando cuan viva y arraigada estaba aún la presencia del
verdadero tótem.
-Es curioso que, más allá de la iconografía y los
ritos vinculados a las culturas precristianas, haya tantas celebraciones que
caen en el mismo período por una razón que usted considera "una curiosa
coincidencia que no puede ser casual".
-No es casual,
más bien es el testimonio del gran sincretismo cultural que caracteriza al
cristianismo primitivo. A los pueblos paganos que durante siglos o milenios
habían adorado a sus dioses era muy difícil imponerles otras figuras y otros
ritos. Por eso la Iglesia optó por solapar las figuras existentes a las de su
culto, como sucedió con Lugh y san Antonio.
-¿La transfiguración de la iconografía celta de san
Antonio Abad solo se debe a una manipulación por parte de la Iglesia?
-Si la Iglesia
no hubiera encontrado una base sólida sobre la que trabajar, difícilmente
habría sido posible su imposición sin infligir dolor. Cuando los predicadores
trabajaron para sincretizar las figuras cristianas con las paganas lo hicieron
para facilitar el proceso de cristianización.
SANTA BRÍGIDA Y BIRGIT
Sincretismo feérico
Al igual que ocurre
con san Antonio Abad y el dios solar Lugh, santa Brígida no solo es la santa
más conocida de Irlanda, también es uno de los más claros ejemplos de sincretismo
entre una santa y una deidad celta, en este caso, Birgit.
"Absolutamente
cierto -explica la escritora medievalista Elena Percivaldi- Y no es casual que
la fiesta de quien fundó en el año 500 la abadía de Kildare se corresponda con
la ceremonia del Imbolc a principios de febrero. Los celtas honraban a la diosa
Birgit, una "sabia mujer" capaz de curar a hombres y animales durante
el Imbolc Se despedía el invierno y se bendecía a los rebaños haciéndolos
atravesar el humo de las hogueras para purificarlos. Los cristianos se dieron
cuenta de que el 1 de febrero los irlandeses festejaban a santa Brígida. En la
isla ambas figuras sagradas se habían sincretizado hasta tal punto que resultan
indisociables. Sin ir más lejos, el monje Cogitosus -el primer biógrafo de
santa Brígida- la presenta como un hada dotada de milagrosas capacidades para
manejar las fuerzas de la Naturaleza, exactamente igual que la Birgit
pagana".
EXTRAÑAS COINCIDENCIAS
-Siguiendo con este razonamiento, la identificación
podría haber sido real y no solo iconográfica... ¿Fue entonces Antonio un
druida?
-La
identificación real no es posible, los datos biográficos excluyen esta
hipótesis. Lo intrigante es el sincretismo iconográfico y mítico entre estas
dos figuras y que Antonio asuma el aspecto de un druida. Quiero recordar que,
además del cerdo/jabalí y del fuego, la campanilla que lleva consigo está
presente en la simbología céltica: es el útero de la diosa Madre, de quien
descendía Lugh, y representa la vida. ¿Curiosas coincidencias?
-¿Cómo era representado el dios Lugh?
-Aparece como un
joven acompañado de un jabalí. En una mano lleva una lanza y está envuelto en
una aureola luminosa, como impone su relación con la luz y el fuego o su propio
nombre, que significa "el luminoso". Era honrado a primeros de agosto
durante el festival del Lughnasa, en el transcurso del cual los celtas
celebraban matrimonios y asambleas y se divertían con juegos. Es interesante
que para los romanos Lugh fuera equivalente a Mercurio. De hecho, existe una
inscripción galorromana dedicada a Mercurio/Moccus. Y mocáis, en gaélico,
significa "cerdo".
-¿Por qué los restos mortales de Antonio fueron
transportados a Francia, a la capilla de Saint Julien, en Arles?
-Es una
turbulenta historia. Antonio falleció en su ermita en el monte Qolzoum, cerca
del Mar Rojo, a la edad de 105 años. A pesar de que su fama de santidad se
difundió rápidamente, el lugar exacto en el que recibió sepultura fue un
misterio durante años. Parece que fue descubierto en el siglo VI, durante el
imperio de Justiniano Los restos mortales fueron trasladados a Alejandría y
luego a Constantinopla. Quien llevó sus reliquias a Francia fue Jocelin de
Cháteau Neuf, cuando volvía de peregrinación de Tierra Santa. Las consignó a la
villa de La Mota, actualmente Saint-Antoine-l'Abbaye, cerca de Viena. Allí,
sobre el año 1095, a raíz de unas ceremonias votivas, se levantó la Orden de
los Antonianos, fundada por el señor Gastón, después de que, supuestamente, el
santo intercediera en la curación de su hijo, que padecía un herpes zóster.
Asimismo, se construyó un hospital para atender a los aquejados de esta
enfermedad. En 1491 las reliquias fueron trasladadas a la iglesia de los Santos
Giuliano y Antonio, en Arles, y hace unas décadas recalaron en la iglesia de
San Trófimo, también en Arles. El lugar no fue elegido al azar en la época
celta había un santuario dedicado al dios Lugh. El círculo se cierra.
-Ha dicho que hacia 1095 un noble fundó en Viena la
Orden de los Antonianos en agrade-cimiento por haber curado a su hijo de una
enfermedad causada por el virus de la varicela que es conocida como "fuego
de san Antonio". ¿Ya estaba consolidada la fama del santo como sanador de
esta dolencia?
-No estamos
seguros, parece que el de Viena es su primer "milagro". En 1089 una
terrible epidemia de herpes zóster se cebó con Europa. Para promover la
cruzada, el papa Urbano n ordenó que las sagradas reliquias de Antonio fueran
expuestas públicamente. Miles de fieles oraron por su curación, entre ellos el
noble Gastón. Al parecer, muchos hallaron alivio y la noticia de los poderes
curativos de Antonio no tardó en difundirse. Fue entonces cuando la cultura
popular rebautizó la enfermedad como "fuego de san Antonio".
EL MISTERIO DEL...
..17 de enero
Recordemos que el 17
de enero fue para el abad Bérenger Sauniére una fecha significativa, como lo
sugieren inquietantes concomitancias... El 17 de enero de 1781 murió la
Marquesa de Blanchefort, descendiente de Bertrand, cuarto gran maestre
templario en 1100. Durante la extremaunción confesó a su canónigo algunos
importantes secretos y le consignó cuatro extraños pergaminos que había
escondido dentro de un pilar tras el altar mayor de la iglesia de
Rennes-le-Cháteau (Francia). Muchos decenios después, Sauniére encontró estos
documentos durante unos trabajos de restauración y el 17 de enero partió hacia
París con la intención de descifrarlos. También un 17 de enero, esta vez del
año 1917, Sauniére enfermó y murió cinco días más tarde.
LAS RELIQUIAS DE LA DISCORDIA
-En cuanto a la iglesia de San Trófimo, que alberga
las reliquias de Antonio, ¿quién la eligió?
-El primer lugar
de veneración fue escogido por un heredero del propio Jocelin de Cháteau Neuf,
Guigues de Didier, quien mandó construir una iglesia cerca de Viena. Más tarde
los benedictinos de Montmajour, a quienes fueron sometidos los antonianos en
1088, decidieron el traslado de las reliquias a Arles. La historia recuerda a
un folletín cargado de mezquindad. Con la difusión del culto al santo, los
antonianos y los benedictinos terminaron discutiendo por el reparto de las
limosnas que generaban las reliquias. Al principio, los benedictinos solo se
encargaban de vigilar los restos "a distancia". Pero cuando intuyeron
el verdadero volumen del "negocio", cogieron los restos y los
escondieron en Montmajour, cerca de Arles. Cuando en 1490 los benedictinos
fueron sometidos a los antonianos, estos últimos recuperaron las reliquias y
las trasladaron a Arles, a la iglesia de San Giuliano. Hasta aquí la historia
conocida. Pero si nos remontamos mucho más en el pasado, descubrimos que Arles
era un oppidum celta, llamado Arélate, que significa "ciudad entre dos
estanques". No muy lejos, en Saint Remy-de-Provence, la antigua Glanum,
había una fuente muy venerada. No es este el contexto para analizar cuan
solemne era la presencia de agua para los celtas, baste decir que toda la zona
era considerada sagrada. Sabemos que Lugh era la divinidad más venerada de la
Galia y que los altares a él dedicados estaban por todas partes, empezando por
Lughdunum, hoy Lyon, que albergaba el Gran Santuario de las Tres Galias. Un
poco más alejado de Arles está Aigues-Mortes. Luis IX lo eligió como punto de
partida para sus cruzados. No sé si todo esto puede ser considerado casual.
-La figura de san Antonio Abad parece jugar un papel
fundamental en Rennes-le-Cháteau. Durante su viaje a París, el abad Bérenger
Sauniére adquirió copias de algunas pinturas; una de ellas tiene por
protagonista al propio eremita, La tentación de san Antonio, obra del artista
David IV-niers. Además, Sauniére hizo colocar una estatua de Antonio en la
iglesia de Rennes. ¿Cómo se explica este particular interés?
-Bérenger
Sauniére era un hombre religioso y había estudiado la vida de los santos. Me
inclino a pensar que, como francés, también conocía los atributos cristianos
derivados del paganismo -como los que hemos visto en la figura de Antonio-
heredados de Lugh. Con toda probabilidad, lo percibía como una especie de
custodio del conocimiento, el único capaz de "iluminare", ya que
poseía la virtud de la luz y el fuego. Su figura le obsesionaba. Tanto es así
que mandó reproducir varios cuadros que representaban distintas escenas de su
vida, muchas de las cuales están extraídas de las obras del pintor francés del
siglo XVII David Teniers el Viejo. Pero lo más curioso es la presencia áe la
estatua de Antonio junto a la de otros cuatro santos importantes, Germana,
Rocco, Antonio de Padua y Lucas. Las iniciales de los nombres de los cinco
santos forman la palabra GRAAL. ¿Se oculta el Santo Grial en las cercanías? Una
última coincidencia: el 17 de enero (ver recuadro abajo), durante la fiesta de
san Antonio Abad, a una determinada hora del día, el Sol atraviesa la vidriera
e ilumina la estatua de Antonio. ¿Otra casualidad?
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