Misterios reales de la serie de moda
SE CUENTAN POR MILES LOS SEGUIDORES DE JUEGO DE TRONOS, TANTO DE LAS NOVELAS DE GEORGE R. R. MARTIN COMO DE LA SERIE PRODUCIDA POR LA HBO QUE YA PREPARA SU SEXTA TEMPORADA. UNA SAGA DE FANTASÍA ÉPICA CARGADA DE MISTERIO, MITOLOGÍA Y GUIÑOS A LA HISTORIA: MAGIA, HEREJÍA, VATICINIOS, ZOMBIES, SOCIEDADES SECRETAS... ¿QUÉ ENIGMAS SE ESCONDEN TRAS LA SERIE DE MODA? LOS DESVELAMOS.
TEXTO: Óscar Herradón
FUENTE: Revista Española ENIGMAS Nº 237, Septiembre de 2014.
Si hay algo de lo que se hable en los últimos años, en cualquier círculo, incluso en las elitistas esferas de la política, es de Juego de Tronos, la saga de moda. De las novelas, de su autor, el norteamericano George R. R. Martin -ahora más famoso que la misma J. K. Rowling, aunque lleva la friolera de veinte años dando forma a este complejo universo- y, cómo no, de la serie de la HBO de impecable factura y desbordado presupuesto. Y es que aunque hablemos de algo que se remonta a las sagas más antiguas de la mitología, la lucha entre el bien y el mal, los eternos conflictos morales del animal de “dos patas”, la codicia, la traición, la cordura y la falta de ella... lo cierto es que las luchas sin cuartel por el trono de hierro tienen un aire fresco -y radical- que deja en juego de niños sagas como El Señor de los Anillos y ha cautivado a millones de espectadores de medio mundo. Todos ellos, todos nosotros -pues en ENIGMAS hemos de confesar nuestra devoción por la misma-, esperamos ansiosos una nueva entrega de la novela o una temporada más de su versión catódica.
Y en las últimas semanas la expectación daba la mano a la controversia ante las declaraciones de su creador sobre la trama y sobre temas que afectan a su vida íntima, mientras se hacía público que Sevilla sera una de las ciudades que tendrán el honor de convertirse en escenario de parte de la quinta temporada. Concretamente, los especialistas de la HBO han elegido como escenario el Real Alcázar sevillano, donde se recrearán las escenas de los Jardines del Agua del reino de Dorne, un rodaje de nueve días del 14 al 22 de octubre de este año.
En cuanto a Martin, ya está cansado de las especulaciones de los fans sobre su hipotética “mala salud” y el rumor de que fallecerá antes de concluir la saga. El pasado mes de julio, el escritor espetaba sin titubeos, en una entrevista al diario suizo Tages-Anzeiger, de la que se hizo eco El Mundo, un “que os jodan”, con peineta incluida, apuntando que: “Francamente, encuentro la pregunta bastante ofensiva, que la gente especule sobre mi muerte o mi salud”.
Al laureado autor aún le quedan por publicar los dos últimos libros de Juego de Tronos. Ahora, Martin trabaja en el volumen sexto, cuyo título será previsiblemente Vientos de invierno.
Estas mases, tras el buen sabor de boca que dejó la intensidad de la cuarta temporada, no dejan de saltar noticias a la prensa sobre lo que vendrá... si la serie televisiva seguirá la línea argumental de los libros o, como ya ha sucedido, será una versión evidentemente más corta, con menos tramas y algunas de ellas alteradas. No hay que olvidar que es el propio Martin el encargado de guionizar la versión televisiva.
De lo que no cabe duda es de que Juego de Tronos es un complejo escenario de fantasía épica en el que cabe de todo, que evidencia influencias muy diversas: antropológicas, mitológicas, historiográficas... y muchos enigmas, que es al final lo que nos atrae cual poderosos imanes. La tarea de desvelar esos secretos cuya respuesta quizá se halle únicamente en la mente de su creador constituye un ejercicio apasionante al que se están dedicando blogs de medio mundo. Profecías, visión remota, zombies, magia negra, teriantropía, sociedades secretas, resurrección... todo ello complemento de una trama muy real sobre la lucha por el poder, la codicia y la venganza, que convierten a Juego de Tronos en mucho más que una franquicia, en un universo en sí mismo en el que confluyen muchas de nuestras pasiones, miedos y eternas preguntas.
En las próximas líneas intentamos desgranar gran parte de esos misterios “reales” de la multimillonaria epopeya que se narra en la Canción de Hielo y Fuego. Escuchad la absorbente banda sonora, sumergíos en las tierras de Poniente y dejaos llevar por la imaginación. No todo es ficción en este juego.
LICANTROPÍA Y ZOMBIES
Los miembros de la Casa Stark, de Invernalia, poseen lobos gigantes con los que mantienen un vínculo especial, principalmente el pequeño Bran Stark, que además de tener el don de la profecía, es capaz de controlar mentalmente -en una suerte de simbiosis- a su fiel compañero de cuatro patas, algo que en la serie se conoce como “cambiapieles”. Estos enormes cánidos de color blanco grisáceo son denominados huargos, nombre que hace una alusión evidente a una criatura con forma de enorme lobo de la mitología nórdica, los warrgos, seres que también aparecen en la epopeya El Señor de los Anillos.
Otro de los temas que se aborda tangencialmente es el de la zombificación, los "muertos vivientes", tan de moda hoy por otro éxito catódico, The Walking Dead. Los Otros, a quienes los salvajes conocen como los Caminantes Blancos, son una misteriosa raza que vive al norte del Muro. Estos son descritos como humanoides de gran altura, de piel extremadamente pálida, casi translúcida, con apariencia cadavérica y ojos de un fuerte azul brillante. Precisamente las personas que son asesinadas por estos Caminantes Blancos se reaniman como una suerte de zombies -a los que se conoce como espectros- y que recuerdan a lo que en la antigüedad y durante la Edad Media y el Renacimiento fue conocido como necromancia, una parte de la magia negra que se servía de toda suerte de rituales para invocar el poder de los espíritus e, incluso, según antigua creencia, dar vida a los muertos. En la serie, cuando estos hombres “reviven”, su temperatura corporal es muy fría, sus ojos brillan también azules y sus manos se tornan negruzcas, obteniendo una gran fuerza para atacar a los humanas. Aunque se les puede frenar mediante el descuartizamiento, sus miembros, cual el de lagartijas, continúan moviéndose una vez separados de su cuerpo. La mejor forma de acabar con ellos es quemándolos, pues son altamente inflamables.
Otra forma de necromancia que hallamos en la serie es la que es capaz de llevar a cabo Thoros de Myr, un sacerdote rojo de R’hllor, quien puede traer de vuelta a la vida, en más de una ocasión, a Beric Dondarrion, líder de la conocida como Hermandad sin Estandartes. Aunque los resucitados mediante esta técnica no recuerdan del todo su vida pasada, acumulan cicatrices de las heridas que les causaron la muerte en ocasiones anteriores.
En la Tierra Media los huargos eran criaturas malvadas con forma de lobo, pero de un tamaño mucho mayor, como en Juego de Tronos, aunque en este caso las mascotas de los Stark muestran una lealtad a sus amos muy alejada de la visión maligna de dichas criaturas. Según los mitos nórdicos, el wargo era una criatura fantástica, como ya he señalado, semejante a un lobo, pero de mayor tamaño, fiereza e inteligencia. En ocasiones parece que algunos norteños experimenten una fuerte conexión con dichos cánidos.
Desde la antigüedad ha existido una estrecha relación entre la magia y lo que se conoce como teriantropía -supuesta habilidad de cambiar de forma humana a animal y viceversa-, capacidad que se ha atribuido históricamente a brujas, hechiceros, druidas, chamanes, etc. El caso más célebre de teriantropía es, claro, la licantropía o capacidad para convertirse en hombre-lobo. Aunque los “cambiapieles” de Juego de Tronos no se transforman literalmente en las criaturas que controlan -lobos, águilas, cuervos...-, sino que entran en una especie de comunicación psíquica con éstas, podemos considerar dicha habilidad como una suerte de teriantropía sui generis. Sus cuerpos no sufren una metamorfosis, aunque un cambiapieles puede trasladar su mente a la de los animales e, incluso, a la de otros seres vivos, como una poderosa telepatía, como hace Bran Stark con su fiel mayordomo Odor. El personaje de Bran desarrolla cada vez habilidades psíquicas más poderosas, llegando a sumergirse de lleno en lo que hoy denominaríamos control mental e incluso "visión remota".Otro de los temas que se aborda tangencialmente es el de la zombificación, los "muertos vivientes", tan de moda hoy por otro éxito catódico, The Walking Dead. Los Otros, a quienes los salvajes conocen como los Caminantes Blancos, son una misteriosa raza que vive al norte del Muro. Estos son descritos como humanoides de gran altura, de piel extremadamente pálida, casi translúcida, con apariencia cadavérica y ojos de un fuerte azul brillante. Precisamente las personas que son asesinadas por estos Caminantes Blancos se reaniman como una suerte de zombies -a los que se conoce como espectros- y que recuerdan a lo que en la antigüedad y durante la Edad Media y el Renacimiento fue conocido como necromancia, una parte de la magia negra que se servía de toda suerte de rituales para invocar el poder de los espíritus e, incluso, según antigua creencia, dar vida a los muertos. En la serie, cuando estos hombres “reviven”, su temperatura corporal es muy fría, sus ojos brillan también azules y sus manos se tornan negruzcas, obteniendo una gran fuerza para atacar a los humanas. Aunque se les puede frenar mediante el descuartizamiento, sus miembros, cual el de lagartijas, continúan moviéndose una vez separados de su cuerpo. La mejor forma de acabar con ellos es quemándolos, pues son altamente inflamables.
Otra forma de necromancia que hallamos en la serie es la que es capaz de llevar a cabo Thoros de Myr, un sacerdote rojo de R’hllor, quien puede traer de vuelta a la vida, en más de una ocasión, a Beric Dondarrion, líder de la conocida como Hermandad sin Estandartes. Aunque los resucitados mediante esta técnica no recuerdan del todo su vida pasada, acumulan cicatrices de las heridas que les causaron la muerte en ocasiones anteriores.
En la imagen superior, Fantasma, el lobo -wargo- de Jon Nieve. Debajo, el pequeño Bran Stark durante uno de sus momentos de trance como cambiapieles. Al lado, el lobo Fenrir de las sagas nórdicas y en la otra Imagen Stannis Baratheon, aspirante al trono de hierro y el Elegido según la sacerdotisa Melisandre.
ORÁCULOS DE LA ANTIGÜEDAD
La profecía está presente en toda la saga, tanto, que en ocasiones los vaticinios y visiones llegan a confundir al lector/espectador; su importancia es capital en el desarrollo de la trama, pero es un recinto concreto el que nos retrotrae a los grandes oráculos del mundo antiguo.
La Casa de los Eternos, a la que es invitada a entrar Daeneiys Taigaryen, es la morada de los brujos de Qarth, y recuerda sobremanera a los oráculos de la antigüedad que estaban presentes en la vida cotidiana y cuyos "vaticinios" eran seguidos por grandes líderes como Alejandro Magno o el emperador romano Adriano. Uno de los episodios más célebres y a su vez enigmáticos de la corta pero intensa vida de Alejandro de Macedonia fue su visita al Oráculo de Anión, en el desierto libio, alrededor del año 331 a.C. Al parecer, además de consultar imperiosamente al oráculo sobre quiénes habían sido los asesinos de su padre Filipo, quiso saber si el dios oracular le concedería el honor de convertirse en “rey de todos los pueblos”. Al parecer, la respuesta fue afirmativa, lo que no es de extrañar teniendo en cuenta lo que podía acarrearle una respuesta negativa a los sacerdotes del templo.
Del mismo modo, Daenerys, que se mueve en unas tierras que recuerdan esa misma antigüedad exótica de Oriente, Babilonia, Sumeria y, por qué no, la misma Macedonia alejandrina, entra en la Casa de los Eternos con la intención de conocer lo que le depara el futuro como Madre de Dragones. Este oráculo de Qarth, también conocido como el Palacio del Polvo, en el que muchos entran pero pocos vuelven a salir, es un edificio ruinoso y ancestral, que toma forma enroscada, como una serpiente de piedra a través de un bosquecillo de “árboles de corteza negra con hojas azules manchadas de tinta, las cuales se utilizan para hacer la bebida que los qarthienses llaman sombra de la noche”.
En la imagen superior, la escalera que conduce a la Casa de los Eternos, en Qarth, un oráculo que revelará a Daenerys cosas sobre el destino de Poniente. En la otra página, la espada de Jon Nieve, Garra, la "espada bastarda” de acero valyrio de la Casa Mormont, que le regalará Jeor Mormont, Lord Comandante de la Guardia de la Noche, tras salvarle la vida.
a la Cámara de los Eternos, habitáculos que contienen distintas visiones.
Precisamente este oráculo tiene no pocas similitudes con el de Éfira, conocido en la antigüedad como “el Oráculo de los Muertos”, que presentaba un aspecto confuso y sombrío: largos pasillos en cuyas paredes se abrían puertas estrechas que conducían a habitaciones minúsculas, y corredores laberínticos. Para acceder hasta él los consultantes realizaban sacrificios y, tras varios días entre la vigilia y el sueño, en trance gracias a sustancias opiáceas como el hachís -que en este caso servía, como el bebedizo de Qarth, para facilitar las visiones-, podían consultar al oráculo.
Tras pronunciarse con distintas profecías, Daenerys va a ser atacada por los brujos de Qarth cuando el dragón Drogon los elimina.
PARECIDOS RAZONABLES
Jaime Lannister-Götz von Berlichingen:
A Jaime Lannister, le cercenan la mano derecha, la cual es reemplazada más tarde por una de oro. Pues bien, el personaje histórico en el que podría haberse inspirado es Götz von Berlichingen, apodado "Mano de Hierro", un caballero imperial franco del siglo XV. Éste recibió un tiro de cañón que le arrancó la mano derecha, que fue reemplazada por un mecanismo de hierro; una prótesis en la que la posición de los dedos podía fijarse con diez ruedas mecánicas, lo que le permitió volver a luchar.
Petyr Baelish-Thomas Cromwell:
El conspirativo personaje al que apodan "Meñique" podría estar inspirado en el estadista inglés Thomas Cromwell, secretario de Estado con Enrique VIII. Ambos personajes pertenecían a familias de clase humilde que gracias a su arrojo y a sus maquinaciones, lograron ascender en su sociedad. Cromwell, a instancias del duque de Norfolk, fue detenido, acusado de traición al rey -algo que hará Baelish primero con Eddard Stark, Mano del Rey con Robert Baratheon y más tarde con Joffrey, ya rey- y ejecutado.
Cersei Lannister-Lucrecia Borgia:
El personaje de Lucrecia Borgia -al menos el de la leyenda negra- bien podría compararse al de Cersei: conspiradora e incestuosa, en la serie, mantiene una relación con su hermano Jaime y fruto de la misma son precisamente sus hijos -bastardos reales-. Lo cierto es que la Italia del Renacimiento y la familia Borgia al completo son sin duda una fuente de inspiración clara para dar forma a Desembarco del Rey y a la Casa Lannister, un nido de natos conspiradores y criminales ávidos de poder y riquezas.
Joffrey Baratheon-Eduardo deWestminster:
uno de los personajes más odiados de la serie guarda numerosas similitudes con Eduardo de Westminster, príncipe de Gales. Éste fue el único hijo del monarca inglés Enrique VI y Margarita de Anjou. Se rumoreaba que era hijo ilegítimo. Además, el joven Eduardo era un individuo depravado y amante de la violencia. De él llegó a escribir el embajador de Milán que "Este chico, con apenas 13 años, habla sólo de cortar cabeza o hacer guerras". Su muerte fue violenta, al igual que la de Joffrey.
Theon Greyjoy-Jorge de Clarence:
Theon crece como una suerte de hermanastro de Robb Stark en Invernalia. Cuando éste se proclama "rey en el Norte", Theon apoya su causa para después traicionarle. Una vez más la historia inglesa es fuente de inspiración. Precisamente las acciones de Jorge de Clarence se suceden en el marco de la Guerra de las Dos Rosas. Éste apoyaría primero las aspiraciones de su hermano Eduardo IV al trono inglés para después traicionarle y ponerse de parte de Margarita de Anjou y su esposo Enrique VI. Aquello le costó caro.O GRIEGO?
Ninguno está en la cabeza de George R. R. Martin para saber en qué se inspiró para todas y cada una de las ficciones de su saga, pero algunos símiles, aunque quizá sean casuales, parecen evidentes entre Juego de Tronos y la historia universal. Uno de esos “parecidos razonables” es el de un elemento fundamental en la segunda temporada televisiva, el llamado fuego valyrio, un arma capaz de destruir al más preparado de los ejércitos, en este caso una flota naval enemiga, comandada Stanis Baratheon, aspirante a sentarse, cómo no, en el trono de hierro, en la llamada batalla de Aguasnuegras.
Pues bien, aunque el verdoso fuego ideado por Martin no existe, claro, es muy probable que se inspirase en el llamado “fuego griego”, del que sí queda registro historiográfico y que, curiosamente, continúa siendo uno de los mayores misterios bélicos sin dilucidar. Su composición no ha llegado hasta nuestros días, aunque las crónicas hablan de un invento bizantino que provocaba unas llamas capaces de devorar los navios enemigos, flotas enteras, con rapidez, pues apagarlo era una hazaña casi imposible, ya que ardía en contacto con el líquido elemento, una fórmula perdida que químicos e historiadores están intentando reescribir.
Ésta fue un arma incendiaria utilizada por el Imperio bizantino en numerosas batallas navales entre los siglos VII y XIII -una sorpresa táctica decisiva, según el experto en historia medieval José Soto, en los dos grandes asedios árabes de Constantinopla de 674-687 y 717-7I8- capaz de ardersobre el agua o en contacto con ella y que recibió diversos nombres: fuego marino, fuego romano -según lo designaron los árabes- o fuego griego, como comúnmente se conoce y como lo bautizaron los cruzados. Los bizantinos guardaron celosamente el secreto de su composición. A pesar de ello, se sabe que la enigmática mezcla, que era líquida, incluía nafta -una fracción del petróleo conocida como bencina-, azufre y es probable que amoníaco, aunque han sido prepuestas otras sustancias como la cal viva o el nitrato.
La invención del “fuego griego” se atribuye a un ingeniero militar de nombre Callínico, original de Siria, que llegó a Constantinopla en los días previos al primer gran asedio árabe.
RÄGNAROK,LA BATALLA
DEL FIN DE LOS TIEMPOS
Es muy probable que una vez más sea la mitología nórdica la que ha senado de fuente de inspiración al creador de este universo para esa batalla final que se intuye está próxima y de la que son conscientes los cuervos de la Guardia de la Noche ante el peligro que se cierne sobre el Muro. “Se avecina el invierno” -Winter is Coming- es el lema de la Casa Stark, residente en Invernalia, señores del Norte, pero es también una especie de advertencia que insinúa la importancia que el invierno, el frío, tienen en todo este universo, en un sentido cuasi apocalíptico que, repito, recuerda a las sagas nórdicas que cantan el Rägnarok o “destino de los Dioses”, la batalla del fin del mundo que aventura de forma profética el Armagedón que será precedido, según se recoge en las colecciones históricas de mitología nórdica conocidas como Eddas, por el llamado Fimbulvetr; el Invierno de Inviernos, tres inviernos consecutivos que se seguirán uno a otro sin verano.
Tras ello, se desataran todo tipo de conflictos y luchas intestinas, y todos los mortales desaparecerán.
No es casual que en Juego de Tronos se hable en reiteradas ocasiones de que se avecina el invierno más largo y crudo que recuerden los más ancianos y precisamente la lucha titánica, llena de traiciones, por el trono de hierro, ha llevado a los hombres de Poniente a un conflicto continuo de clanes enfrentados, guerras intestinas, batallas en campo abierto y asesinatos en la corte, tras décadas de relativa tranquilidad bajo el reinado de Robert Baratheon que tomó el cetro tras la muerte violenta de Aerys II Targaryen.
Es más, el verdadero peligro, como señalan en varias ocasiones los miembros de la Guardia de la Noche, viene de más allá del Muro: los salvajes, los gigantes, los espectros, muertos que regresan a la vida cual una suerte de zombies gélidos. La Canción de Hielo y Fuego no viene sino a ser la gran profecía que a modo de Rägnarok, enfrentará a dioses y hombres en una lucha mucho más trascendental que las mundanas batallas por el trono forjado de Desembarco del Rey, algo que, eso sí, la gran mayoría de los hombres de Poniente desconoce. Un territorio, el rico universo de Martin, que alude claramente al Occidente medieval de las guerras fratricidas, la lucha por crear fronteras y el surgimiento de una nobleza guerrera, junto a la aparición de la figura de los primeros grandes reyes, como Carlomagno.
Es más, en la versión original inglesa, Poniente es Westeros, que recuerda a Western World o “Mundo Occidental”, y que tiene muchos elementos de la vieja Europa en torno al siglo XV, previa al descubrimiento de América; curiosamente, en el mapa de Poniente, no se conocen las tierras que están más allá del mar occidental. Un complejo tablero de ajedrez donde se narran las luchas sin cuartel entre la nobleza y los reyes, el fin de toda una era que se adentra en las turbulentas aguas de una imprecisa modernidad.
Hay quien alude también, en relación al lema de los Stark, a que Martin se inspiró en un hecho histórico concreto como es la conocida como Pequeña Edad de Hielo, un periodo frío que sucedió al periodo cálido medieval -entre los siglos X y XIV-, que abarcó aproximadamente de 1550 a 1850, alcanzando su punto álgido en 1816, el conocido como “Año sin Verano”, momento en el que la temperatura en el Viejo Continente descendió considerablemente, provocando una gran escasez de alimentos.
LA GUARDIA DE LA NOCHE,
LOS TEMPLARIOS DEL NORTE
Los cuervos, como se conoce a los miembros de la Guardia de la Noche, son integrantes de una organización que tiene muchos nexos en común con las Órdenes medievales que, como los Templarios, Hospitalarios o los caballeros Teutónicos, eran organizaciones religioso-militares. El fuerte simbolismo que encierra dicha hermandad se halla precisamente en que es refugio de asesinos, forajidos y traidores -también antiguos nobles caídos en desgracia- que hacen sus votos como la única forma de redimir sus errores del pasado, y salvar así su vida, aunque ésta esté condenada para siempre al hábito negro y a la vigilancia del Muro, una colosal fortificación compuesta principalmente por hielo y situada al norte de Poniente, con unos 483 kilómetros de extensión, y más de 213 metros de altura. La Guardia de la Noche cuenta con diecinueve castillos a lo largo del Muro, aunque en la actualidad, perdido su antiguo esplendor, sólo controla la Torre Sombría, el Castillo Negro y Guardiaoriente del Mar.
Los votos y el juramento de la Guardia de la Noche, cuyos miembros también se conocen como "los hermanos negros", recuerdan mucho a los que debían realizar los monjes guerreros medievales, y su misión es proteger Poniente de las amenazas, numerosas e imprecisas, que se hallan más allá del Muro, como los Templarios y sus homólogos debían proteger Tierra Santa del avance de los que para ellos eran infieles. Si el símbolo de los templarios era la cruz paté, y la de los teutónicos una cruz negra sobre vestimenta blanca, en este caso es un color, el negro, el símbolo por antonomasia de los miembros de la Guardia de la Noche, negro en referencia a su hábito. Un miembro de la Guardia de la Noche lo es para lo que le resta de vida. Deben guardar votos de castidad y obediencia. Muchos criminales pueden entrar en sus filas como forma de evitar la pena capital, lo que recuerda a la Legión Extranjera francesa.
STARK Y LANNISTER: LA
GUERRA DE LAS DOS ROSAS
En este caso ha sido el propio autor estadounidense quien ha confesado que se inspiró en este episodio clave de la historia moderna inglesa para dar forma a la enconada rivalidad entre estas dos casas. Los Lannister son precisamente los responsables de la mayoría de asesinatos entre los Stark y ello provoca un odio visceral entre los miembros de ambas familias que se extiende a lo largo de toda la serie.
La conocida como Guerra de las dos Rosas fue una guerra civil que enfrentó en distintas etapas a los miembros y partidarios de la Casa de los Lancaster contra los de la Casa de York entre los años 1455 y 1485. Tanto unos como otros descendían del rey Eduardo III y por tanto aspiraban al trono inglés tras el vacío de poder dejado por los Plantagenet. Se conoció como “Guerra de las dos Rosas” en alusión al emblema que identificaba a cada casa: la rosa blanca de York y la roja de tos Lancaster, a partir del Romanticismo.
Lannister es un apellido que fonéticamente tiene mucha similitud con Lancaster y Stark no dista demasiado de York. Curiosamente, tras el asesinato del rey Aerys y el príncipe Raeghar, con la consecuente desaparición de tos Taigaryen en Poniente, las dos casas intentaron conquistar el trono de hierro: los Lannister comandados por Lord Tywin y los Stark de Lord Eddard, que se aliaron con los Baratheon y los Arryn. Además, en la Guerra de las Dos Rosas fueron habituales las traiciones y el cambio de bando de algunos contendientes, cosa que sucede de forma habitual en la ficción. Existen amplias similitudes entre los Siete Reinos y la antigua geografía inglesa y la división en casas que dominan partes de un territorio delimitado por un muro, algo genuina-mente anglosajón. En referencia a esta enorme muralla defensiva, que protege a tos hombres de Poniente de los Caminantes Blancos, parece que puede tratarse de una revisión de la Muralla de Adriano, erigida entre tos años 122 y 132 por orden del emperador romano que le dio nombre con la intención de defender Britania de los bárbaros del Norte, como los pictos o tos escotos de Irlanda, que recuerdan a los salvajes de la saga.
Por otro lado, en referencia a la historia inglesa como principal fuente de inspiración de George R. R. Martin, el diario El Mundo entrevistaba al doctor en Historia Medieval Daniel Rodríguez Caldoso sobre la historia real que había tras Juego de Tronos, quien señalaba que “La Heptarquía anglosajona, formada por Kent, Sussex, Wessex, Essex, Northumbria, Estanglia y Mercia, guarda una evidente relación con los siete reinos”.
Incluso el pasaje que, según confesó el autor, más le costó escribir, el de la Boda Roja o las Lluvias de Castamere, puede estar inspirado en hechos históricos reales, en este caso de la historia escocesa. Puesto que narrarla sería ofrecer demasiados tan sólo diremos que en este sangriento fragmento parte de los Stark son masacrados sin piedad, traicionados por Lord Walder Frey a instancias de Tywin Lannister, mientras se desarrolla la ceremonia, como invitados en su castillo. Dicho pasaje podría tener su reflejo en distintos episodios históricos: la conocida como Cena Negra, que tuvo lugar en Escocia en el siglo XV, donde el clan de los Douglas fue traicionado por otros clanes y la corona; y la Masacre de Glencoe, también en Escocia, a finales del siglo XVII, donde los MacDonald, invitados a un festejo por los Campbell, fueron brutalmente asesinados, mientras sus mujeres y sus hijos morían a la intemperie.
1. El Cuervo de Tres ojos. 2. Daenerys Targaryen y uno de sus dragones. 3. Uno de los rostros tallados en un Arciano por los Niños del Bosque. 4. La sacerdotisa Melisandre, celosa guardiana del culto monoteísta de R’hllor. 5. Jaqen H’ghar, uno de los "hombres sin rostro”, astuto criminal de Lorath.
POLITEÍSMO VS MONOTEÍSMO
En Juego de Tronos se evidencia un marcado conflicto entre religiones, una lucha entre el politeísmo y el monoteísmo que recuerda al experimentado por el Imperio romano tras la implantación del cristianismo. En los tiempos en que se desarrollan los hechos, lo que podríamos considerar el “presente” de la saga, los hombres de Poniente guardan culto a los Siete, un dios séptuple, una deidad única con siete aspectos: el Padre, el Guerrero, el Herrero, la Madre, la Doncella, la Vieja y el Desconocido y dicha religión es conocida simplemente como “la Fe”; si consideramos a los siete atributos de un mismo dios, no estaríamos hablando exactamente de politeísmo per se, aunque el monoteísmo en este caso lo representa claramente un culto muy concreto del que enseguida hablaré. El símbolo de la religión de los Siete es una estrella de siete puntas, prismas de cristal, arco iris y el número citado para representar a su deidad. Su estructura edesial está muy jerarquizada y recuerda a la de la Iglesia católica: está dirigida por el Sep-tón Supremo -que equivaldría al Papa en el Vaticano- y un consejo de “Altos Devotos” que guarda paralelismos con el Colegio de Cardenales católico, un selecto grupo de individuos de entre los que se elige al Septón Supremo de tumo, en una suerte de cónclave.
Frente a la fe en los Siete se hallan otras religiones menores, la más poderosa de ellas la creencia en R’hllor, cuya principal representante es la hermosa y embaucadora sacerdotisa lady Melisan-dre, quien ha convencido al aspirante al trono de hierro Stannis Baratheon de que es el Elegido, AzorAhai, una figura mesiánica profetizada en los antiguos libros deAsshai, que decidirá la guerra
y que recuerda en algunos aspectos a los Elegidos de diversas religiones de nuestro universo. La profecía -elemento sobrenatural presente con fuerza en toda la saga- reza que un Ahai usará una espada de fuego llamado Portadora de Luz, conocida como la Espada Roja del Héroe, y levantará “a los dragones de la piedra”.
Su enemigo -al modo de Satanás- es el “gran Otro”, un dios maligno de la oscuridad, el frío y la muerte que mantiene una eterna lucha contra R’hllor.
De lo que no cabe duda es de que Juego de Tronos es un universo en sí mismo que bebe, como las tragedias épicas, de los grandes conflictos de la humanidad. En él se aúnan las pasiones más mundanas con una magnética atracción por el misterio, la magia y lo oculto que toda obra de fantasía épica debe contener; en este caso, basada en muchos aspectos “reales” tanto de la mitología como de la historia que no hacen sino enriquecer aún más un relato cuyo final todos anhelamos conocer pero que, como siempre sucede, nos dejará el sabor agridulce del que ha terminado de degustar algo sublime. Por ahora, aún nos quedan unas cuantas aventuras -o desventuras- en Poniente que leer y visionar, esperando que no se cumpla el designio de los hombres sin rostro... Valar Morghulis.
Es más, el verdadero peligro, como señalan en varias ocasiones los miembros de la Guardia de la Noche, viene de más allá del Muro: los salvajes, los gigantes, los espectros, muertos que regresan a la vida cual una suerte de zombies gélidos. La Canción de Hielo y Fuego no viene sino a ser la gran profecía que a modo de Rägnarok, enfrentará a dioses y hombres en una lucha mucho más trascendental que las mundanas batallas por el trono forjado de Desembarco del Rey, algo que, eso sí, la gran mayoría de los hombres de Poniente desconoce. Un territorio, el rico universo de Martin, que alude claramente al Occidente medieval de las guerras fratricidas, la lucha por crear fronteras y el surgimiento de una nobleza guerrera, junto a la aparición de la figura de los primeros grandes reyes, como Carlomagno.
Es más, en la versión original inglesa, Poniente es Westeros, que recuerda a Western World o “Mundo Occidental”, y que tiene muchos elementos de la vieja Europa en torno al siglo XV, previa al descubrimiento de América; curiosamente, en el mapa de Poniente, no se conocen las tierras que están más allá del mar occidental. Un complejo tablero de ajedrez donde se narran las luchas sin cuartel entre la nobleza y los reyes, el fin de toda una era que se adentra en las turbulentas aguas de una imprecisa modernidad.
Hay quien alude también, en relación al lema de los Stark, a que Martin se inspiró en un hecho histórico concreto como es la conocida como Pequeña Edad de Hielo, un periodo frío que sucedió al periodo cálido medieval -entre los siglos X y XIV-, que abarcó aproximadamente de 1550 a 1850, alcanzando su punto álgido en 1816, el conocido como “Año sin Verano”, momento en el que la temperatura en el Viejo Continente descendió considerablemente, provocando una gran escasez de alimentos.
LA GUARDIA DE LA NOCHE,
LOS TEMPLARIOS DEL NORTE
Los cuervos, como se conoce a los miembros de la Guardia de la Noche, son integrantes de una organización que tiene muchos nexos en común con las Órdenes medievales que, como los Templarios, Hospitalarios o los caballeros Teutónicos, eran organizaciones religioso-militares. El fuerte simbolismo que encierra dicha hermandad se halla precisamente en que es refugio de asesinos, forajidos y traidores -también antiguos nobles caídos en desgracia- que hacen sus votos como la única forma de redimir sus errores del pasado, y salvar así su vida, aunque ésta esté condenada para siempre al hábito negro y a la vigilancia del Muro, una colosal fortificación compuesta principalmente por hielo y situada al norte de Poniente, con unos 483 kilómetros de extensión, y más de 213 metros de altura. La Guardia de la Noche cuenta con diecinueve castillos a lo largo del Muro, aunque en la actualidad, perdido su antiguo esplendor, sólo controla la Torre Sombría, el Castillo Negro y Guardiaoriente del Mar.
Los votos y el juramento de la Guardia de la Noche, cuyos miembros también se conocen como "los hermanos negros", recuerdan mucho a los que debían realizar los monjes guerreros medievales, y su misión es proteger Poniente de las amenazas, numerosas e imprecisas, que se hallan más allá del Muro, como los Templarios y sus homólogos debían proteger Tierra Santa del avance de los que para ellos eran infieles. Si el símbolo de los templarios era la cruz paté, y la de los teutónicos una cruz negra sobre vestimenta blanca, en este caso es un color, el negro, el símbolo por antonomasia de los miembros de la Guardia de la Noche, negro en referencia a su hábito. Un miembro de la Guardia de la Noche lo es para lo que le resta de vida. Deben guardar votos de castidad y obediencia. Muchos criminales pueden entrar en sus filas como forma de evitar la pena capital, lo que recuerda a la Legión Extranjera francesa.
STARK Y LANNISTER: LA
GUERRA DE LAS DOS ROSAS
En este caso ha sido el propio autor estadounidense quien ha confesado que se inspiró en este episodio clave de la historia moderna inglesa para dar forma a la enconada rivalidad entre estas dos casas. Los Lannister son precisamente los responsables de la mayoría de asesinatos entre los Stark y ello provoca un odio visceral entre los miembros de ambas familias que se extiende a lo largo de toda la serie.
La conocida como Guerra de las dos Rosas fue una guerra civil que enfrentó en distintas etapas a los miembros y partidarios de la Casa de los Lancaster contra los de la Casa de York entre los años 1455 y 1485. Tanto unos como otros descendían del rey Eduardo III y por tanto aspiraban al trono inglés tras el vacío de poder dejado por los Plantagenet. Se conoció como “Guerra de las dos Rosas” en alusión al emblema que identificaba a cada casa: la rosa blanca de York y la roja de tos Lancaster, a partir del Romanticismo.
Lannister es un apellido que fonéticamente tiene mucha similitud con Lancaster y Stark no dista demasiado de York. Curiosamente, tras el asesinato del rey Aerys y el príncipe Raeghar, con la consecuente desaparición de tos Taigaryen en Poniente, las dos casas intentaron conquistar el trono de hierro: los Lannister comandados por Lord Tywin y los Stark de Lord Eddard, que se aliaron con los Baratheon y los Arryn. Además, en la Guerra de las Dos Rosas fueron habituales las traiciones y el cambio de bando de algunos contendientes, cosa que sucede de forma habitual en la ficción. Existen amplias similitudes entre los Siete Reinos y la antigua geografía inglesa y la división en casas que dominan partes de un territorio delimitado por un muro, algo genuina-mente anglosajón. En referencia a esta enorme muralla defensiva, que protege a tos hombres de Poniente de los Caminantes Blancos, parece que puede tratarse de una revisión de la Muralla de Adriano, erigida entre tos años 122 y 132 por orden del emperador romano que le dio nombre con la intención de defender Britania de los bárbaros del Norte, como los pictos o tos escotos de Irlanda, que recuerdan a los salvajes de la saga.
Por otro lado, en referencia a la historia inglesa como principal fuente de inspiración de George R. R. Martin, el diario El Mundo entrevistaba al doctor en Historia Medieval Daniel Rodríguez Caldoso sobre la historia real que había tras Juego de Tronos, quien señalaba que “La Heptarquía anglosajona, formada por Kent, Sussex, Wessex, Essex, Northumbria, Estanglia y Mercia, guarda una evidente relación con los siete reinos”.
Incluso el pasaje que, según confesó el autor, más le costó escribir, el de la Boda Roja o las Lluvias de Castamere, puede estar inspirado en hechos históricos reales, en este caso de la historia escocesa. Puesto que narrarla sería ofrecer demasiados tan sólo diremos que en este sangriento fragmento parte de los Stark son masacrados sin piedad, traicionados por Lord Walder Frey a instancias de Tywin Lannister, mientras se desarrolla la ceremonia, como invitados en su castillo. Dicho pasaje podría tener su reflejo en distintos episodios históricos: la conocida como Cena Negra, que tuvo lugar en Escocia en el siglo XV, donde el clan de los Douglas fue traicionado por otros clanes y la corona; y la Masacre de Glencoe, también en Escocia, a finales del siglo XVII, donde los MacDonald, invitados a un festejo por los Campbell, fueron brutalmente asesinados, mientras sus mujeres y sus hijos morían a la intemperie.
1. El Cuervo de Tres ojos. 2. Daenerys Targaryen y uno de sus dragones. 3. Uno de los rostros tallados en un Arciano por los Niños del Bosque. 4. La sacerdotisa Melisandre, celosa guardiana del culto monoteísta de R’hllor. 5. Jaqen H’ghar, uno de los "hombres sin rostro”, astuto criminal de Lorath.
El cuervo de tres ojos: Aparece a intervalos en diferentes capítulos de la serie y se muestra a Bran Stark en el marco de sus visiones proféticas. Al parecer, está ligado a los Antiguos Dioses de más allá del Muro. En tiempos pretéritos perteneció a la Guardia de la Noche. Se dice de él que "tiene mil ojos, y uno".
Los Dragones: Se creían extintos, pero Daenerys Targaryen, una suerte de exótica libertadora y heredera legítima al trono de hierro, se convierte en la nueva "madre de dragones" y tiene a su cargo a tres de estos seres que, para muchos pueblos de nuestra antigüedad, llegaron a ser considerados reales. Todavía hay quien cree que puede descubrir alguno vivo, lo que parece difícil... Sus huevos eclosionaron entre el fuego junto a Daenerys, en la vasta planicie de Mar Dothraki. Fueron bautizados por su "madre" como Drogon -en homenaje a su marido fallecido, el caudillo de los Dothraki Khal Drogo-, Rhaegal y Viserion. Está claro que constituyen una amenaza para la casa Lannister y los demás aspirantes al trono de hierro y que serán decisivos en los acontecimientos venideros.
Arcianos, árboles milenarios: Estos árboles, que parecen estar directamente relacionados con las visiones de Bran Stark, de corteza blanca y hojas rojas poseen en su tronco un rostro que, según la tradición, fue tallado por los también enigmáticos Niños del Bosque durante la Edad del Amanecer, antes de la llegada de los Primeros Hombres por el Mar Angosto. A través de ellos los antiguos dioses velan por aquellos que todavía profesan su religión y son así testigos de los acontecimientos más relevantes; es más, en el pasado los llamados "verdevidentes" -aquellos considerados sabios entre los Niños del Bosque, que tenían facultades mágicas- pueden ver a través de los ojos de estos árboles. Con su madera, que nunca se pudre, está tallada la mesa de asambleas de la Guardia Real y el trono de la Casa Arryn en el Nido de Aguilas.
Magia negra: La utiliza principalmente el personaje de Melisandre de Asshai, una especie de hechicera que controla al pretendiente al trono de hierro Stannis Baratheon mediante extraños conjuros y una capacidad de persuasión -a través de, entre otras bazas, el erotismo- difícil de sortear. Melisandre es la principal representante del culto monoteísta al dios R'Hllor y sus acciones para honrarle recuerdan a las hechiceras de la antigüedad y las brujas de la historia moderna. La sacerdotisa goza de poderes proféticos que le aportan un conocimiento parcial de lo que está por venir, visiones que suele obtener de las llamas, del fuego, lo que ha llevado a algunos a interpretar que su culto es diabólico. No obstante, contrariamente ésta se cree la representante de la luz frente a la oscuridad encamada en el Gran Otro, el enemigo de R'hollor que no se debe nombrar, al que siguen los Otros. En una ocasión Melisandre engendra una tenebrosa criatura tras una especie de ritual de magia negra, encargada de acabar con la vida de Renly Baratheon, hermano y rival de Stannis, y se la puede ver utilizando diversos venenos y sustancias extrañas de su botica particular.
Los hombres sin rostro: Especie de Hermandad de Asesinos que veneran al conocido como Dios de los Muchos Rostros, una suerte de dios de la muerte. Su origen se halla entre los esclavos de Valyria. En su templo, conocido como la Casa de Blanco y Negro, los seguidores de esta extraña religión van ataviados con túnicas blancas y negras y entre sus tareas se encuentra la de atender a los muertos. En el recinto se halla una fuente y varios altares consagrados a los distintos dioses de la muerte. Algunos visitantes que llegan a la Casa de Blanco y Negro beben del agua de la fuente utilizando una copa negra. De dicha fuente mana veneno que permite a aquellos que lo ingieren tener una muerte sin dolor, puesto que los seguidores de este culto consideran que la muerte es parte del orden natural de las cosas y un fin misericordioso al sufrimiento, instando así al suicidio. Por un alto precio, la hermandad o uno de sus miembros accede a matar a alguien. Estos enigmáticos personajes son entrenados para descubrir engaños y disfrazarse, poseyendo una serie de habilidades mágicas que les permiten cambiar de apariencia.
Uno de los aspectos más grotescos y singulares de su culto casi demoníaco es que cortan los rostros de aquellos que van a morir a su templo, colgándolos en una muralla especial como máscaras para usar durante sus acuerdos contractuales. En la serie televisiva han tenido aún poca presencia, tan sólo uno de ellos aparece para saldar su deuda con la pequeña Arya Stark, en la segunda temporada, ayudándola a escapar de Harrenhal.
Se trata de Jaqen H'ghar, un astuto criminal de Lorath, quien tiene la capacidad de cambiar su apariencia física y su rostro.
Una frase que se asocia al culto de su dios, y que es célebre entre los seguidores de la saga, es Valar Morghulis, que traducido del Alto Valyrio -la lengua de los antiguos- significa "Todos los hombres deben morir". La respuesta a esta sentencia es Valar Dohaeris, cuyo significado viene a ser "todos los hombres deben servir".
POLITEÍSMO VS MONOTEÍSMO
En Juego de Tronos se evidencia un marcado conflicto entre religiones, una lucha entre el politeísmo y el monoteísmo que recuerda al experimentado por el Imperio romano tras la implantación del cristianismo. En los tiempos en que se desarrollan los hechos, lo que podríamos considerar el “presente” de la saga, los hombres de Poniente guardan culto a los Siete, un dios séptuple, una deidad única con siete aspectos: el Padre, el Guerrero, el Herrero, la Madre, la Doncella, la Vieja y el Desconocido y dicha religión es conocida simplemente como “la Fe”; si consideramos a los siete atributos de un mismo dios, no estaríamos hablando exactamente de politeísmo per se, aunque el monoteísmo en este caso lo representa claramente un culto muy concreto del que enseguida hablaré. El símbolo de la religión de los Siete es una estrella de siete puntas, prismas de cristal, arco iris y el número citado para representar a su deidad. Su estructura edesial está muy jerarquizada y recuerda a la de la Iglesia católica: está dirigida por el Sep-tón Supremo -que equivaldría al Papa en el Vaticano- y un consejo de “Altos Devotos” que guarda paralelismos con el Colegio de Cardenales católico, un selecto grupo de individuos de entre los que se elige al Septón Supremo de tumo, en una suerte de cónclave.
Frente a la fe en los Siete se hallan otras religiones menores, la más poderosa de ellas la creencia en R’hllor, cuya principal representante es la hermosa y embaucadora sacerdotisa lady Melisan-dre, quien ha convencido al aspirante al trono de hierro Stannis Baratheon de que es el Elegido, AzorAhai, una figura mesiánica profetizada en los antiguos libros deAsshai, que decidirá la guerra
y que recuerda en algunos aspectos a los Elegidos de diversas religiones de nuestro universo. La profecía -elemento sobrenatural presente con fuerza en toda la saga- reza que un Ahai usará una espada de fuego llamado Portadora de Luz, conocida como la Espada Roja del Héroe, y levantará “a los dragones de la piedra”.
Su enemigo -al modo de Satanás- es el “gran Otro”, un dios maligno de la oscuridad, el frío y la muerte que mantiene una eterna lucha contra R’hllor.
De lo que no cabe duda es de que Juego de Tronos es un universo en sí mismo que bebe, como las tragedias épicas, de los grandes conflictos de la humanidad. En él se aúnan las pasiones más mundanas con una magnética atracción por el misterio, la magia y lo oculto que toda obra de fantasía épica debe contener; en este caso, basada en muchos aspectos “reales” tanto de la mitología como de la historia que no hacen sino enriquecer aún más un relato cuyo final todos anhelamos conocer pero que, como siempre sucede, nos dejará el sabor agridulce del que ha terminado de degustar algo sublime. Por ahora, aún nos quedan unas cuantas aventuras -o desventuras- en Poniente que leer y visionar, esperando que no se cumpla el designio de los hombres sin rostro... Valar Morghulis.
> PARA SABER MÁS
El libro Reyes, Espadas, Cuervos y Dragones, de la Editorial Fragua, donde varios autores desgranan gran parte de lo que se esconde, que es mucho, tras la serie de moda.
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